Visitas de la familia real inglesa a Jerez

El Rebusco

La buena vida entre bodegas, caballos y palacios

La influyente colonia británica

La reina Victoria, el Príncipe de Gales, y el príncipe George en González Byass.
La reina Victoria, el Príncipe de Gales, y el príncipe George en González Byass.
José Luis Jiménez García

25 de septiembre 2022 - 20:51

LA muerte de la reina Isabel II de Inglaterra, y todo lo relacionado con su funeral. ha tenido en vilo al mundo entero.

La familia real, y por extensión la monarquía británica, se ha puesto de moda. Al igual que El Cid, la reina Isabel II ha sabido ‘ganar’ hasta después de muerta, afianzando aún más la adhesión de su pueblo a la corona, pero no solo de los hijos de pérfida Albión sino de aquellos que viven más allá de sus costas.

Gracias a Javier Maldonado conocemos la importancia de los capitales nacionales en el desarrollo de la industria vitivinícola en el Marco del jerez. Hasta esa fecha había quedado eclipsada por el ‘mito’ de la intervención de los británicos en la zona, Jerez y El Puerto.

Bota con las firmas de la reina Victoria Eugenia, el príncipe de Gales y el príncipe George, 1927.
Bota con las firmas de la reina Victoria Eugenia, el príncipe de Gales y el príncipe George, 1927.

¿Qué base real tiene esa leyenda urbana acrecentada en el devenir de los tiempos y aceptada sin cuestionarse?, no lo sabemos. el motivo es porque aún no se ha estudiado a fondo esa cuestión, el verdadero papel que jugaron los ingleses en la expansión de nuestros vinos durante los siglos XVIII y XIX.

El trabajo de investigación de Maribel Serrano Macias, que en breve publicará Peripecias Libros con el título de ‘Home, Sweet Home’, aportará luz sobre un aspecto tal vez menos relevante desde el punto de vista de la economía, pero no por ello menos importante en lo referente a las relaciones sociales como es la influencia de la arquitectura inglesa y la cultura británica en la ciudad de Jerez de la Frontera.

Para conocer algo más de todo esto me remito al documental de Nonio Parejo ‘Los ingleses y el jerez’, producido por Canal Sur TV en el 2015, y que es accesible en internet.

El duque de Edimburgo firma en el libro de visitas de González Byass, 1982.
El duque de Edimburgo firma en el libro de visitas de González Byass, 1982.

Los británicos jerezanos influyeron a la hora de la práctica pionera de actividades deportivas en esta parte de Andalucía como el foot-ball, el tenis, el polo, carreras de caballos, el tiro pichón, etc.

También fueron ellos los que presionaron a las autoridades locales de finales del XIX para que la comunidad protestante pudiera tener su cementerio (1864), y una capilla para la práctica de su credo (1872).

A día de hoy aún hay familias que ostentan apellidos británicos: Gordon, Ferguson, Ivison, Terry, Osborne, Williams, O´Neale, Craven-Bartle, Buttler, Grant. Y otros resuenan en la memoria colectica: Noble, Buck. Mackenzie, Davies, Marks, Campbell, Garvey, Sandeman, Cosens, etc.

Una de las personalidades más sobresalientes de la colonia británica asentada en nuestra ciudad fue Guy Williams, más conocido por don Guido.

Guido Williams y su esposa, Nina, en la casa que compartían en la calle Ancha.
Guido Williams y su esposa, Nina, en la casa que compartían en la calle Ancha.

Él era, junto a su hermano Carlos, los propietarios de las bodegas Williams & Humbert, cuyas oficinas se ubicaban en la calle Paul, actualmente un hotel, ostentando además el cargo de vicecónsul británico.

Su espléndida casa, compartida con su mujer Nina, aún se puede ver en el número 3 de la calle Ancha, actuales oficinas del Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana.

En los jardines de la bodega solía convocar a los británicos para la celebración de ciertos eventos oficiales, como el cumpleaños del monarca de turno, o la que tuvo lugar en mayo de 1945 con motivo del Día de la Victoria.

Los ingleses de Jerez celebrando el jubileo del rey Jorge V, 1935.
Los ingleses de Jerez celebrando el jubileo del rey Jorge V, 1935.

La imagen que publicamos corresponde al jubileo de plata del rey Jorge V, festejada en 1935.

Hay que recordar que Don Guido es el abuelo materno de Beltrán Domecq Williams, el que fuera hasta no hace mucho presidente del Consejo Regulador.

Victoria Eugenia y sus primos

El 26 de abril de 1927 Jerez vivió un acontecimiento importante, tal como recoge la prensa de aquel tiempo, la llegada de la reina de España, Victoria Eugenia, acompañada de sus primos, Eduardo, príncipe de Gales, y futuro rey con el nombre de Eduardo VIII, y el hermano de este, George, que ostentaría el título de duque de Kent.

El rey Alfonso XIII, no se incorporó a esta comitiva familiar de la reina, que actuaba como anfitriona de sus dignos parientes ingleses.

La mayor parte de la jornada la pasaron en las bodegas de González Byass, donde pudieron contemplar una exhibición de caballos pertenecientes a ilustres familias jerezanas.

En esta bodega se conservan las tres botas firmadas por las egregias personalidades, al igual que hicieron por la tarde en las bodegas de Williams & Humbert, donde fueron recibidos por Don Guido Williams, vicecónsul inglés, y por personal directivo de la compañía, entre ellos Thomas Spencer.

Allí firmaron una bota bellamente montada que reunía las firmas de los tres, tal como se puede ver en la foto adjunta.

La princesa y el duque

Tuvieron que pasar 45 años hasta que un nuevo miembro de la familia real inglesa se dignara a venir a Jerez. También, esta vez, eran los caballos el principal atractivo de interés.

De todos es conocida la afición de la princesa Ana. hija de la reina Isabel II, por los caballos. Es considerada una experta amazona, que representó a su país en los juegos olímpicos de Montreal en 1976.

La revista gráfica ‘La Actualidad Española’, de fecha 13 de julio 1972, reproducía un amplio reportaje de cuatro páginas a la estancia de la princesa Ana a Jerez para montar caballos de importantes ganaderos, entre ellos Álvaro Domecq y Tomás Terry en la finca El Paquete.

De allí se trasladaría al palacio de Pedro Domecq de la Riva, de la plaza Rivero, donde llegó en coche de caballo conducido por Pepe Mata.

Paloma Urquijo fue la encargada de preparar el almuerzo informal que degustaría la princesa y sus acompañantes, menú compuesto de ‘Vol-su-vent, de huevos revueltos con salmón, langostinos de Sanlúcar (dos salsas), solomillo Perigordine (champiñones perfilados, patatas a la crema, ensalada japonesa, ensalada del tiempo), fresas con helado y nata, frutas del tiempo y café’. Todo ello acompañado con los mejores vinos de la Casa Domecq.

Bota con la firma de la princesa Ana de Inglaterra en Fundador, 1972.
Bota con la firma de la princesa Ana de Inglaterra en Fundador, 1972.

Al parecer a la princesa Ana no le fue de su agrado los langostinos, a pesar de los insistentes comentarios de Álvaro Domecq Romero: ‘los mejores del mundo’.

Diez años después de su hija Ana, lo haría el duque de Edimburgo, concretamente el 10 de marzo de 1982. Una visita de horas, como la de su hija.

La noticia la reproducía el diario local ‘La Voz del Sur’, con fotografías del redactor gráfico J. Alberto.

Procedente de Túnez permaneció unas horas en Jerez antes de dirigirse al Coto de Doñana, para, posteriormente, el día 11trasladrse a Madrid, donde se entrevistaría con los Reyes de España.

En el aeropuerto, al mediodía, lo esperaban diversas personalidades. Desde allí marchó a las bodegas de González Byass, siendo recibido por Manuel González Díez, Carlos Mª. González Rivero, y el alcalde de Jerez, Pedro Pacheco.

En la bodega se organizó un almuerzo a cargo del restaurador Alfonso, que consistía en consomé al jerez, lubina, lenguados y diversas carnes, todo regado con los mejores vinos de la compañía.

Antes de marcharse el personaje real firmaría en el libro de oro en las bodegas, dejando el recuerdo de su nombre, Philip, en una bota.

Lord Snowdon y los vinos de Jerez

En la fecha en la que el marido de la princesa Margarita, hermana de la reina Isabel de Inglaterra, vino a Jerez, se estaba formalizando su divorcio, finales de julio de 1978.

Por ello resultó llamativo ver en ‘La Voz del Sur’, en su número del 29 de julio, reproducida una breve y curiosa entrevista con él a cargo de los periodistas Rafael Cañete y F. Santiago.

Anthony Armstrong Jones, más conocido como Lord Snowdon, reputado fotógrafo, se alojaba por aquel tiempo en el hotel Jerez.

Una importante agencia publicitaria había contratado sus servicios para la promoción de los vinos de Jerez. Durante su estancia de tres días en la ciudad había visitado bodegas y viñedos.

No hemos podido averiguar para que bodega realizó el encargo.

Una copa de Harveys casi a diario

Con motivo del jubileo de platino de la reina Isabel II, en su 70 aniversario como monarca, las bodegas Fundador lanzaron este año, en exclusiva para el mercado británico, una edición especial de su vino distintivo Harveys Bristol Cream.

Este vino, considerado el jerez más vendido en el mundo, ostenta en su etiqueta el sello Royal Warrant que lo identifica como proveedores oficiales de la casa real.

La única marca española en disfrutar de ese privilegio, ya que la reina mantiene una tradición iniciada por su la emperatriz Victoria, y continuada por los que la precedieron, el de beber una copa de Harveys casi a diario.

La princesa Mary en La Mariscala

La princesa Mary firma una bota en La Mariscala (Archivo Francisco Lozano).
La princesa Mary firma una bota en La Mariscala (Archivo Francisco Lozano).

El 13 de febrero de 1959, procedente de Gibraltar, la princesa Mary, hija de Jorge V, y por tanto tía de la recién fallecida reina de Inglaterra, Isabel II, llegaba a Jerez.

El motivo era visitar a la familia Guerrero, propietaria de la finca La Mariscala, y del famoso hierro de la yeguada que allí pasta. Fue recibida por los anfitriones Dolores González-Gordon, los hijos de esta, Manuel y Ramón Guerrero, y la esposa de este último, María Pemán Domecq.

La princesa Mary venía acompañada de su cuñada, y dama de honor, la condesa de Boyne, siendo invitada a firmar el libro de visitas y una bota, además de ser agasajada con un almuerzo.

De la breve estancia de la princesa Mary se conservan unas cuatro fotos en los archivos de Francisco Lozano, ya que fueron tomadas por su abuelo.

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