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La resurrección de Rianal

La reforma de un singular edificio del centro de Jerez

Un grupo inversor de Madrid inicia las obras para convertir el antiguo edificio comercial en 11 apartamentos que se destinarán al alquiler

La reforma estará finalizada en el primer trimestre del año próximo

Fachada del edificio Rianal. / Miguel Ángel González

A principios de la pasada década, uno de los comercios históricos de Jerez echaba el cierre. La galería comercial Rianal, que otrora había sido vanguardia y referencia del centro histórico jerezano, pasaba a mejor vida víctima de las tendencias del sector textil que imperaban entonces. Desde ese momento, se sucedieron los rumores y los anuncios de firmas interesadas en su posible reapertura con nuevos negocios. Pero nada fraguó.

El inmueble, cuyo emblema es su portentosa fachada de granito verde y que fue diseñado por el arquitecto Fernando de la Cuadra, reabrirá reabrirá sus puertas en unos meses. Pero en esta segunda vida no será una galería comercial, sino un edificio residencial con 11 viviendas. Durante los últimos meses, la Delegación de Urbanismo ha autorizado el cambio de uso de este inmueble que ha solicitado su nuevo propietario, un grupo inversor madrileño que también ha adquirido a lo largo de los últimos meses en torno a una veintena de edificios en el centro de la ciudad.

Carlos Bernal ha sido el encargado de diseñar la reforma interior de Rianal, cuyas obras comenzaron hace escasas semanas. El edificio carece de problemas estructurales por lo que es “una actuación relativamente limpia”, explica. Al ser plantas diáfanas, tal y como quedaron cuando el edificio comercial echó el cierre en 2010, únicamente hay que dividirlas para hacer cada uno de los apartamentos. Estos tendrán entre 60 y 70 metros cuadrados de superficie.

Obreros reformando el interior del edificio. / Miguel Ángel González

Claro está, el interior hay que adaptarlo a las nuevas normativas por lo que es necesario cambiar totalmente las instalaciones de suministros, además de reconstruir techos y reformar ventanales, además de acondicionar las nuevas zonas comunes (en la planta baja habrá un local comercial). Hasta la azotea tiene un cuarto con una cubierta de uralita, que será retirada próximamente por una empresa especializada. La singular fachada del edificio se mantendrá.

Desde lo más alto de Rianal, que ofrece unas privilegiadas vistas del Gallo Azul (que también se está reformando) y de la plaza Esteve y Lancería, el arquitecto explica: “El centro de Jerez tiene un potencial enorme. Tiene turismo y atrae mucha gente; pero hay que darle vida también con gente joven”. Por ello, afirma que las viviendas de este inmueble se destinarán a “alquileres largos”. “Esto no van a ser apartamentos turísticos”, deja claro Bernal.

El arquitecto Carlos Bernal. / Miguel Ángel González

Por ello, el arquitecto afirma que la Delegación de Urbanismo está ayudando a agilizar este tipo de licencias. La de Rianal se ha concedido en “tres o cuatro meses” a pesar de que el proyecto requirió de un cambio de usos del edificio. Al respecto, indica: “El Ayuntamiento está muy por la labor de facilitar este tipo de inversiones. El centro las necesita”.

Se espera que las obras de este singular edificio de la calle Santa María esté finalizado a lo largo del primer trimestre del año próximo.

El edificio acristalado de la calle Corredera. / Miguel Ángel González

Próxima a iniciarse la reforma del edificio de Basilio Iglesias

También cuenta con licencia de obras las obras de reforma del edificio de oficinas que construyó el promotor Basilio Iglesias en la calle Corredera y que nunca llegó a abrir sus puertas. Este inmueble está en manos de unos promotores jerezanos, aunque también están vinculados a la promoción que actualmente se está ejecutando en el cercano edificio Rianal.

En este caso, se construirá una vivienda con tres habitaciones por planta y no se sacarán al mercado, según lo apuntado por el arquitecto Carlos Bernal, al que también se le encomendó el diseño de esta intervención. Este edificio fue reformado en 2007, instalándole la fachada acristalada por la que es conocida, para que albergara oficinas. Sin embargo, nunca llegó a abrir sus puertas.

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