Se acabaron las visitas al Palacio Riquelme de Jerez
Patrimonio
El gobierno local decide suprimir las rutas guiadas a este edificio del siglo XVI, "porque no está en condiciones para recibir esas visitas"
Ciudadano Riquelme
Jerez/Ya no habrá más visitas al Palacio Riquelme. El gobierno local ha confirmado a este medio que ya no se celebrarán más rutas guiadas al interior de este edificio del siglo XVI, ubicado en la plaza del Mercado. La razón: "Porque el palacio no está en condiciones para recibir esas visitas, tal como ya denunciamos desde el PP durante la campaña electoral", apuntan fuentes municipales. La última fue el pasado 8 de julio.
Un programa de visitas, que de hecho tenían mucho éxito, que se inició el pasado mes de febrero por parte de la delegación de Cultura del anterior gobierno local, semanas después de que se derrumbara uno de los muros del palacio. Rutas que ya se hicieron también con anterioridad dentro del ciclo 'Conoce tu patrimonio', pero en esta ocasión se quería que fuera "de un modo más continuado en el tiempo", comentaba el entonces delegado Francisco Camas. Una continuidad que el gobierno popular ha frenado.
Unas visitas guiadas que ya se plantearon en 2016, cuando recién llegado el gobierno municipal en 2015, se proyectó la recuperación de Riquelme “para ubicar un centro de divulgación de las principales señas de identidad de la ciudad”. Fue en ese mismo año cuando el Ayuntamiento llevó a cabo las últimas obras de consolidación del monumento para frenar el progresivo deterioro.
Para poder visitarlo, el interior del edificio fue objeto de una limpieza en profundidad y de labores de desbroce. "Se abrirá con todas las garantías de seguridad e invertiremos el tiempo que sea necesario para ello. Se abrirá para que se entre sin casco, si fuera así, no lo permitiríamos lógicamente. Se transitará por las zonas que son seguras para poder entender el edificio y explicarlo como un yacimiento arqueológico", apuntaban entonces técnicos municipales. "La idea es abrirlo al público mientras se le da un destino/uso determinado y definitivo", decían.
Una apertura al público que el PP criticó (el pasado mes de diciembre) y de la que dijo que era "una invitación a los jerezanos a visitar las ruinas que ha dejado tras 8 años de Mamen Sánchez, sin compromiso con el centro histórico". El PP subrayó entonces su "firme compromiso con la rehabilitación del casco histórico, con un proyecto serio coordinado desde la delegación municipal específica del centro histórico que pondrá en marcha, por primera vez, el próximo gobierno de Pelayo a partir de mayo".
Aquel plan de visitas fue bien recibido por expertos, que apuntaban que “al menos permiten que el edificio no se olvide. Es un aspecto positivo. Que la gente sepa que existe y la situación en la que se encuentra. Que lo valore. Pero que sirva como un acicate para abordar una rehabilitación, que no se quede en una visita a una ruina o yacimiento arqueológico. Hay que ir más allá”.
Un palacio en la lista roja
El palacio Riquelme forma parte, desde septiembre de 2021, de la Lista Roja de Monumentos Civiles con mayor riesgo de desaparición de España de Hispania Nostra. Está catalogado como interés específico en el Plan General de Ordenación Urbana. Sea como fuere, este edificio del siglo XVI aparece en cualquier guía turística de la ciudad que se precie, por su importancia patrimonial y la historia que guarda.
El origen de la casa es islámico, pero la obra más importante que se hace es la del siglo XVI. La fachada del edificio es de 1542. El caballero veinticuatro Hernán Riquel se la encarga al portugués Fernando Álvarez (que hace también Ponce de León), quien desarrolla una portada sorprendente y novedosa, la primera renacentista grande que hay en Jerez, que no concluye por la ruina en la que se sumerge Riquel, que pide una serie de préstamos avalados por malas cosechas.
La fachada está decorada con un programa que habla de los héroes de la antigüedad y donde dos salvajes con su garrocha dicen que la cultura empieza de puertas adentro. Un palacio que estuvo habitado desde su creación hasta principios del XX por la familia Riquelme. Después, a mediados del siglo pasado, fue casa de vecinos, donde nació Antonio Perdigones. Una tía-abuela suya era la doncella del Conde de los Andes, a través de la cual consiguieron ser durante unos años los guardas del edificio, propiedad de la duquesa de Montemar, último descendiente Riquelme que, según dicen, se arruina en los casinos. Después se convirtió en caballerizas. Y llegó el abandono absoluto -tiempo en el que empezaron a llevarse todo del palacio-, la degradación del barrio y la expropiación por parte del Ayuntamiento en los 80.
Laureano Aguilar, arqueólogo municipal, explica que Riquelme “es un edificio histórico que ha envejecido mal. Vamos a dejarlo ahí”. Eso, y que lleva abandonado desde mediados del siglo XX, cuando se fueron sus últimos inquilinos. Aguilar recuerda que ya en los sondeos arqueológicos realizados en el edificio en el año 1996, los resultados hablaban de una “ocupación del solar desde el periodo almohade, con muy pocas estructuras, ya que las anteriores al XVI habían sido arrasadas para hacer un palacio con un concepto totalmente nuevo. En el siglo XIX hubo una intervención muy poderosa. Es de los pocos que hay en Jerez de esta época con una planta nueva, es decir, que no fue creciendo. Sus habitantes siempre tuvieron un elevado nivel económico ya que se hallaron fragmentos de cerámica italiana del siglo XIV, de las primeras importaciones italianas que se conocen en Jerez”. Unos sondeos previos a una reconstrucción que nunca llegó.
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