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Unos 375 años después de que Francisco Ponce de León, apodado El Caribe, encargara la construcción de su casa palacio junto a la Cruz Vieja, el inmueble sigue aguardando una nueva ‘vida’. Hace dos años, la Junta de Andalucía inició la rehabilitación de este edificio situado en la esquina de Ramón de Cala con Cazón, en pleno barrio de San Miguel, para que albergue 22 viviendas.
Sin embargo, a día de hoy, las obras no solo están paradas sino que el inmueble está en el punto de mira de los amigos de lo ajeno. Ya se han producido robos de materiales en su interior por lo que la Junta ha tenido que reforzar puertas y ventanas para evitar nuevas incursiones y evitar un deterioro que encarezca más la intervención arquitectónica.
Las obras de rehabilitación de esta casa palacio del siglo XVII se licitaron en 2017 y fueron adjudicadas a la empresa Proforma Ejecución de Obras y Servicios, una firma con domicilio en Madrid y perteneciente al Grupo Urvios, que tiene a sus espaldas numerosas actuaciones promovidas por administraciones públicas en todo el país.
La Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía, adscrita a la Consejería de Fomento y Vivienda, encargada de esta actuación, le adjudicó la actuación tras presentar la oferta económica más baja de las casi 50 empresas que participaron en el concurso —la propuesta económica era el único requisito que se tenía en cuenta en el concurso para la elección del ganador—. La firma madrileña presentó una oferta de 1,1 millones de euros, reduciendo así en un 38% el importe de licitación máximo establecido por la Junta en el pliego de condiciones.
El contrato se firmó a finales de abril de 2017 y, poco después, comenzaron los trabajos de rehabilitación. El proyecto contempla la rehabilitación integral del edificio conservando su fachada y estructuras (el inmueble cuenta con dos patios interiores) pero adaptando sus estancias para que haya 22 viviendas que se destinarán al alquiler para familias con recursos económicos limitados.
En septiembre del año pasado, el por entonces consejero de Fomento y Vivienda, Felipe López, durante una visita al inmueble junto a la alcaldesa, Mamen Sánchez, anunció que las obras estarían acabadas a finales de ese año. Aquel anuncio acabó incumpliéndose porque las obras se paralizaron poco tiempo después.
Este medio se puso en contacto con la Junta de Andalucía que no respondió a la solicitud realizada sobre los motivos de que la rehabilitación no haya podido acabarse. También se habló con la constructora, que se limitó a señalar que las obras se pararon por un “conflicto jurídico” que mantiene abierto con el organismo autonómico.
Ahora bien, este periódico ha podido saber que la Junta ha iniciado el procedimiento para romper el contrato con esta constructora, un trámite que tarda unos meses ya que requiere del visto bueno del Consejo Consultivo de Andalucía, un órgano que aún no se ha pronunciado. Una vez culmine el procedimiento, la Junta podrá licitar la terminación de la obra.
Así, mientras se resuelve el problema administrativo, el inmueble ha sufrido robos en los últimos meses. José Manuel Malvido, presidente de la asociación de vecinos de San Miguel, explica que lleva varios meses denunciando tanto a la Junta como al Ayuntamiento que están accediendo al interior de esta antigua casa palacio para llevarse todo tipo de materiales.
Precisamente, el pasado viernes registraba un nuevo escrito ante la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía alertando nuevamente de ello. Es más, vecinos de la zona han asegurado que algunos han aprovechado este inmueble para acceder y tratar de robar en otros aledaños. Días atrás, la Policía Local detuvo a uno que se encontraba en el interior del edificio.
Ante esta circunstancia, y como medida preventiva, operarios de la Junta de Andalucía están procediendo en los últimos días al tapiado de puertas interiores y a reforzar con rejas y tablones tanto puertas como ventanas exteriores. No en vano, algunas habían sido forzadas para poder acceder a su interior.
Así, mientras se busca una solución, la casa palacio de ‘El Caribe’, que fue apodado de esa manera por su fuerte genio, según relata Agustín Muñoz en su libro Calles de Xerez, es otra víctima más de aquellos que aprovechan los inmuebles vacíos y sin vigilancia para acopiarse de todo tipo de materiales.
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