Salvaguardando la especie
El equipo experto, formado por técnicos del Zoológico de Jerez y de la Junta de Andalucía, anillan cada año a los pollos del ibis eremita El 'Proyecto Eremita' sigue dando resultados
Todos los años es el mismo procedimiento. La misma aventura. Cada año se anillan los pollos del ibis eremita (geronticus eremita), esa especie de pico curvo y de color rojo, y cuerpo cubierto de plumas negras con reflejos metálicos. Con estos aros no sólo se controla si aumenta la población, sino que además se puede leer incluso cuando están en vuelo. Para reconocer el trabajo que realizan desde el Zoológico de Jerez y la Consejería de Medio Ambiente, hay que echar la vista atrás y ver cómo se ha pasado de casi la desaparición a la cría en libertad.
Hace 400 años esta especie de ave desapareció de centro Europa y en 1989 se extinguió en libertad la población migradora de Turquía. Años después, en 2002, se descubre en la región de Palmyra, en Siria, sólo a 3 parejas reproductoras, lo que presentó un futuro más que incierto. En la última reunión mantenida por expertos internacionales sobre el ibis eremita, se determinó que era necesario continuar con la investigación de las técnicas de suelta o liberación controlada de ejemplares, con el fin de obtener poblaciones sedentarias, estables y autosuficientes en áreas potencialmente favorables para la especie. ¿Y cuál es una de estas áreas? La Barca de Vejer de la Frontera.
Debido a la situación de la especie, su estado crítico de amenaza, la necesidad de avanzar en el estudio de los métodos de liberación y al hecho de que el suroeste de la península Ibérica reúne condiciones a priori favorables para la especie, se propone el 'Proyecto Eremita'. Las manos de los trabajadores del Zoológico y de Medio Ambiente han permitido una primera fase con la cría en semi-cautividad (con ejemplares procedentes de zoológicos), y su posterior adaptación al medio, y final puesta en libertad, que se ha materializado con la cría este año de un buen número de pollos.
Con objeto de controlar la población y seguir investigando para su bien, se colocan unas anillas que identifica a cada ejemplar. Se sabe hasta dónde llegan en su área de dispersión, a qué lugares acuden a comer, permiten hacer un censo de la especie, lugar de nacimiento, quiénes son sus padres, y cuando se encuentran muertos, se sabe su procedencia. La anilla permite individualizar al ave, y toda la información se envía anualmente a la Oficina de Especies Migratorias, dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Hace pocas semanas, el equipo oficial, integrado por técnicos del Zoo y de la Junta de Andalucía, se trasladó a La Barca de Vejer para dar un paso más en el 'Proyecto Eremita'. Provistos de singulares cascos para dar una sensación de 'familiaridad', cada pollo se retira del nido para pesarlo, hacerle una serie de pruebas y anillarlo. En ocasiones, los expertos se encuentran con que algunas de estas pequeñas aves tienen las patas enrolladas en cuerdas. Esto se debe a que muchos agricultores dejan las cuerdas de atar las pacas de paja en el campo, y las cigüeñas y las ibis, entre otras especies, las cogen para el nido. Con los movimientos se van enrollando y a veces se les corta la circulación, pueden perder la pata incluso mueren, otras tienen más suerte y caen en las manos del equipo experto de Jerez que las desata. Cada cría es un éxito. Un escalón más en el proceso de recuperación de la especie. Y que siga así.
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