Suntory lanza la nueva edición de su whisky criado en botas de jerez

'Yamazaki Sherry Cask 2016' sale el 1 de febrero a la venta a 275 euros la botella, el doble que la versión anterior

Estuche y botella de 'Yamazaki Sherry Cask 2016'.
R.d. Jerez

19 de enero 2016 - 01:00

Los sherry casks tienden un puente entre España y Japón. La destilería japonesa Suntory, hasta no hace mucho propietaria de las antiguas bodegas Domecq, lanzará el próximo 1 de febrero una nueva edición de su whisky de malta envejecido en botas envinadas con jerez, el 'Yamazaki Sherry Cask 2016', de las que únicamente saldrán al mercado 5.000 botellas al precio de 275 euros la unidad, el doble que la anterior edición de 2013.

Al igual que algunas de las grandes destilerías de Escocia, Suntory refuerza su apuesta por el envejecimiento de whisky en botas de jerez, más aún después de que 'Yamazaki Sherry Cask 2013' fuese coronado el año pasado como el mejor whisky del año por Jim Murray en su 'Whisky Bible' (la Biblia del Whisky, la guía más prestigiosa e influyente entre los consumidores de esta bebida).

El uso de los sherry casks ha sido una constante en la firma japonesa desde 1924, un año después de la construcción de la destilería, en la que su fundador, Shinjiro Torii, empezó a envejecer sus whiskies utilizando las botas de jerez que importaba para la elaboración del 'Akadama Sweet', un vino dulce muy afamado en Japón.

Suntory ha mantenido ese vínculo con Jerez durante estos noventa años de su historia. El maestro destilador de la firma japonesa, Shinji Fukuyo, es el encargado de visitar primero las madereras del norte de España para asegurarse de la correcta elección del roble con el se fabrican las botas que son envinadas con oloroso durante tres años en bodegas de Jerez. Fukuyo supervisa cuidadosamente todo el proceso, tras el que las botas son enviadas a Japón para el envejecimiento del 'Yamazaki Sherry Cask Whisky'.

De la elección depende el resultado final, ya que las botas envinadas con jerez son tan apreciadas como temidas, pues pueden matar el sabor y el aroma del whisky si no se logra el "equilibrio perfecto", con el que, según la destilería, se intensifica "el paladar rico y lleno de matices del whisky".

Para el Yamazaki Sherry Cask 2016 se han utilizado los mismos whiskies que en la exitosa edición de 2013, de la que se agotaron las existencias tras ser coronado por Murray como mejor whisky del año. Estos whiskies han envejecido durante dos años. Para la mezcla (blend), Fukuyo añade varios rare sherry cask single malts, de los que algunos han llegado a envejecer durante más de 25 años.

La selección de los blends se realiza de entre más de un centenar de whiskies de malta, de ahí que su creador desaconseje su consumo a novatos, ya que "Yamazaki Sherry Cask 2016 se ha creado para el amante del whisky de Suntory, amante del paladar complejo, refinado y sutil".

La bota de jerez está presente en toda la colección Yamazaki Cask (Mizunara, Bourbon Barrel y Puncheon), motivo por el que la destilería sostiene que el Yamazaki Sherry Cask 2016 es "el whisky en el que España y Japón se reúnen".

Para disfrutar plenamente de este viaje, Fukuyo recomienda servir el whisky solo para apreciar su nariz, en la que destaca una nota clara y fresca. Hay un toque a pasas y una dulzura profunda, que lo convierten en una bebida elegante y rica a la vez. Ya en boca se aprecia la complejidad y el equilibrio entre madurez y delicadeza.

Servido con hielo, se abre el paladar y se empieza a catar el dulzor de la uva con una ligera y amarga acidez. Según el destilador, en su consumo "con agua encontramos un dulzor suave que florece como las primeras manzanas de la cosecha."

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