Trazabilidad

a pie de campo

Trazabilidad
Trazabilidad

31 de marzo 2011 - 01:00

El nombre imprime carácter y en el caso de los productos agroganaderos quién lo imprime son sus etiquetas en las que se da cuenta de la trazabilidad. Es decir del camino de los productos desde que nacen hasta que llegan a la mesa, que cualquier día las chuletas incluirán un vídeo documental reality sobre su vida en la dehesa, historia de un cochino.

Desde luego es un síntoma de transparencia por parte del sector y deja al consumidor bien tranquilo porque sabe lo que se está llevando a la boca, conoce su procedencia, el tratamiento que ha tenido el animal o el cultivo, cómo se ha recogido, embasado, todo.

Bien, en esto, hay algún caso que sin tener en cuenta el daño que le hacen a todo el sector, se dedica a hacer un falso etiquetado defraudando a los consumidores y a sus compradores directos y encima son capaces de justificar su acción diciendo que no se hacía por dinero porque sólo se ganaba un euro por kilo. En primer lugar, más quisieran algunos productores coger ese euro por kilo, y por otro lado, hay que criticar duramente este tipo de práctica que no vienen más que a ensuciar la imagen de un sector que durante años se ha afanado en producir con calidad y respondiendo a severas medidas de salubridad, respeto al medio ambiente y calidad.

Sí, es verdad que pagan justos por pecadores pero es complicado restablecer una imagen dañada cuando estas prácticas de piratas tienen mucho más eco en los medios de comunicación que las bondades del sector. Parece a veces que los medios están deseando que pasen estas cosas para sobrevolar como buitres a la carroña. La sangre vende.

Menos mal que la ciencia avanza y se pone por delante de los acontecimientos y experimentan en cuestiones como la distinción entre jamón ibérico de bellota y el que no lo es, a través de la prueba del carbono 14. Hay que ver que carbono más útil, el catorce, que lo mismo te dice si el cuerpo del tatarabuelo es el que está enterrado en la finca de verano que te muestra lo que se le ha antojado llevarse al hocico al marrano de turno.

El sector agroganadero es el primero en denunciar este tipo de actuaciones y está dispuesto a señalar con el dedo a aquellos que las practiquen porque va en beneficio de todos y de ello depende buena salud de su producción. Ahora bien, no es correcto que mientras se demuestra la inocencia de un denunciado se retenga una producción perecedera y se pierda más por lo echado a perder que por las multas. Eso hay que revisarlo

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