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De una pequeña habitación con un frigorífico en Jerez a ser referente nacional
Gastronomía
Jerez/El restaurante Tuga, situado en la calle José Ortega y Gasset, celebró días atrás las distinciones de Solete de barrio de la Guía Repsol y la Q de calidad, siendo el único de Jerez que ha juntado los dos reconocimientos. Según la Guía Repsol, el Solete de barrio es ‘ese lugar que te despierta una sonrisa, que seduce por su cercanía, por su propuesta apetecible y el buen ambiente. Una dirección para sugerir a amigos y guardar como punto de referencia’. En Jerez hay cincocinco: Akase, Jindama, UltimAtun, Mesón Lomopardo y Tuga.
Y la ‘Q’ de calidad turística es un distintivo que se otorga a aquellos establecimientos turísticos que cumplen unos mínimos requisitos específicos exigidos en el Sistema de Calidad Turístico Español (SCTE) en cuanto a prestación de servicio. El objetivo de esta certificación de calidad turística es conseguir la satisfacción de los clientes a través de los servicios prestados o los productos ofertados. Además, se apuesta por la mejora continua para poder ofrecer siempre el mejor de los servicios. Se trata de superar las expectativas de los clientes con los recursos de los que disponen en los establecimientos. Gracias a esta certificación de calidad se transmite profesionalidad y fiabilidad a los clientes.
Tuga ha logrado reunir el Solete y la ‘Q’ de calidad turística y su responsable, Juanmi Contreras, subraya que lo importante de estas distinciones es que sirven para “que nos den visibilidad y estemos dentro del turismo gastronómico. A mí particularmente me está sirviendo para que el jerezano nos conozca, porque tengo más clientes de fuera de la ciudad que de Jerez”.
Y es que la gastronomía en general está de moda y en particular la jerezana: “En Jerez hay mucha y muy buena variedad, hemos crecido mucho en los últimos años. El cambio vino con la Escuela de Hostelería, la Cruz Blanca, Albores..., después del cambio real, que lo dio Manuel Valencia hace muchos más años con La Andana. Aquí en Jerez siempre se ha comido muy bien. Ahora hay mucha variedad y estilos, los que fusionan y los tradicionales. Los grandes cocineros siempre dicen que quieren la base de la tradición”.
Juanmi Contreras se dedicó a la cocina porque “me gusta comer. Desde siempre, como a mis niñas. Un amigo se metió en Escuela de Hostelería y me picó el gusanillo. Tengo facilidad para trabajar con las manos, antes era restaurador de muebles, y se me daba bien. Después estuve en el Villa de Jerez, La Andana y probando en otros lados, en La Piedra con los que ahora son dueños de Ultimátum, estuve en Escocia... Un día en La Piedra un cliente me preguntó si podía hacerle un menú degustación, le gustó y me propuso irme a Escocia. Fue una de las mejores cosas que he hecho, aprendes muchísimo”.
De vuelta a España “volví a La Piedra y al año y poco lo hablé con Rebeca, mi mujer, y comenzó la aventura”. Era el primer trimestre de 2019 y, antes del parón de la pandemia, sufrió los parones de Urbanismo, papeleos y burocracia que postergaron la apertura con el perjuicio económico que supuso.
Juanmi Contreras tiene muy a gala que “no se puede hablar de la cocina de Tuga sin pasar por la cocina de Manuel Valencia. Las tagarninas, la sopa de tomate en condiciones, el ajo campero, los guisos... Esa es nuestra base y tener la base tradicional es muy importante. Mi cocina tiene la base tradicional y como buen comensal, no soy de mezclar por mezclar o fusionar por fusionar. Cuando tengo fuera de carta las tagarninas, son las tagarninas como tú recuerdas, que es lo que yo busco”.
El chef jerezano habla de platos tradicionales como la poleá o “la verdadera berza jerezana, la de calabaza. ¿Quién podía echarle carne? Partiendo de esa idea empecé a recuperar recetas de cocina casera. El recetario viene de ese pensamiento”.
Una de las claves del éxito de Tuga está en su carta de vinos. “En Jerez hay pequeñas bodegas que hacen joyas y los cocineros están dando valor a los vinos de Jerez”.
Al frente de la sala están Juan Miguel Vega y el sumiller Adrián Diosdado, “especialista en jereces y manzanillas y ha conseguido una bodega espectacular” y es una apuesta por los pequeños “porque los pequeños necesitan escaparate, necesitan confianza, que es lo que yo pido. Que prueben, y después hay que demostrarlo, como en todos los negocios, hay que ganárselo”.
Juanmi Contreras tenía muy claro cómo quería su restaurante salvo el nombre. “Un día comencé a acortar palabras cotidianas para ver si encontraba alguno que me gustara. Y delante del espejo vi el reflejo del tatuaje de una tortuga que tengo en el brazo. Lo dejé en Tuga y me gustó”. En la celebración de la consecución de la Q de Calidad y el Solete de la Guía Repsol -entregados por Raúl Mesa como representante de OCA Global- estuvo la alcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez, que felicitó a Juanmi Contreras y a sus empleados. El acto contó también con la presencia de José Antonio Díaz, teniente de Alcaldesa y delegado de Urbanismo; Manuel Valencia, cocinero jerezano; Paz Ivison, periodista gastronómica jerezana; Fulgencio Meseguer, empresario jerezano; Luis Flor, de la Sociedad Jerezana del Vino; representantes de Bodegas Hidalgo, Óptica Vidal, Bodegas Urium, Axpo Electricidad; y Raúl Mesa, de OCA Global, entre otros.
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