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UDEV: contra los más malos de la ciudad

seguridad | Los servicios de la Policía Nacional en la ciudad

Nueve policías se hacen cargo en Jerez de la lucha contra la delincuencia más peligrosa y especializada

Sólo hay un único secreto: “Trabajo y más trabajo”... y mucha paciencia

Agentes de la UDEV acceden a la comisaría del Arroyo. / Manuel Aranda
Manuel Moure

13 de octubre 2019 - 06:00

Jerez/Los servicios de la Policía Nacional han trabajado siempre, en gran forma, de manera local. Eran los tiempos de las brigadas de la Policía Judicial, años en los que se actuaba contra delitos en un ámbito local o provincial. Rara vez, y hablamos de hace tres décadas, un caso saltaba dichas fronteras. Era cuando Madrid, con la colaboración de las comisarías locales y provinciales, decidía actuar. Todo ello cambio. La Policía española, de las más efectivas del mundo, decidió hace 25 años crear la UDEV: la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta. La apertura de fronteras del tratado Schengen propició que el libre tránsito de personas (y de delincuentes, así hay que señalarlo) estuviera a la orden del día.

La comisaría de Jerez cuenta con un equipo de este servicio, la UDEV. Si algo caracteriza a los nueve hombres al mando de un inspector, cuyo nombre reservamos por cuestiones de seguridad,es la mescolanza. Sí, se trata de una perfecta combinación entre veteranos y jóvenes con una característica común: la libre disponibilidad. Nadie, en el transcurso de este reportaje, lo dice así pero transciende que se trata de un trabajo casi monacal en el que “en ocasiones hay que estar horas y horas en una oficina a la espera de que un teléfono salte. Pueden estar todos los compañeros de fin de semana y uno de nosotros está al pie del cañón esperando un momento clave para comunicarlo y, en caso preciso, actuar”. Esto, como es fácil entender, supone que los que están de descanso saben que se les puede reclamar ‘ipso facto’.

Un agente con un ariete para acceder a domicilios. / Manuel Aranda

Las funciones de los policías de la UDEV son básicamente “la represión de la delincuencia organizada”. Su trabajo tan sólo tiene de peliculero el final de sus actuaciones. Y a veces ni eso. Horas de trabajo, de espera, de grabaciones, de asegurarse la presunta suerte de estar en el lugar correcto en el momento preciso. “Los agentes que vienen a la UDEV son policías con completa disponibilidad y si además tienen experiencia anterior pues mejor que mejor”.

Por sus manos pasan los casos más duros. Sin duda los más periodísticos. Aquellos que mueven conciencias y ríos de tinta y entradas en las páginas webs. No en vano son los encargados de esclarecer aquellos casos en los que se atenta contra la vida (homicidios, intentos de homicidio, lesiones graves...), contra la libertad (secuestros, extorsión...), organizaciones cuyo único fin y objetivo es el delito, ya lo hagan de forma establecida o itinerante, así como los nuevos delitos vinculados a internet.

Patrullando por internet

Este tipo de delitos merecen punto y aparte. Nadie en la Policía Nacional desmiente que las redes sociales, e internet en su conjunto, se erigen en una gran arma policial. el inspector al cargo es sorpresivamente claro cuando habla de la Red como “una realidad paralela. Todo lo que puedes conseguir en el mundo real lo puedes adquirir también por internet”. Hablamos, lógicamente, de drogas, armas, contactos sexuales, personas dispuestas a los más maquiavélicos fines... En definitiva, todo.

Instalaciones de la UDEV en la comisaría de Jerez.

Sale a colación el caso del ‘hackeo’ al Ayuntamiento de Jerez. “Es el caso perfecto”, dice el jefe de la UDEV de Jerez. “Lanzan un virus con un coste prácticamente nulo. Éste hace su trabajo entre decenas de miles de servidores y si consiguen que un par de empresas les paguen han obtenido lo que deseaban, que no es otra cosa que un beneficio rápido”. La modificación de los tipos penales es algo por lo que claman los agentes. El hecho de que se trate de delitos, muy gravosos para la víctima, pero en los que no media la violencia hace que sean poco castigados. Es algo que consideran que debería ser revisado.

La evolución de estos delitos relacionados con la ‘red de redes’ es impresionante. “En los últimos ocho años hemos podido pasar de una o ninguna denuncia al día a tener en la actualidad hasta un máximo de quince diarias. Cada vez se compra más por internet y hay gente dispuesta a hacer de todo para ganar un dinero fácil”. Para ello utilizan datos y documentos de todo tipo, desde las claves de tarjetas bancarias hasta documentos nacionales de identidad falsos. Todo está en la Red... pero en la Red también patrullan los agentes del Cuerpo Nacional de Policía.

El día a día

El policía es su condición. Y la condición hace al policía. “Somos policías judiciales”. ¿Qué significa? Pues que obedecen los ordenamientos de los jueces para que investiguen tales o cuantos asuntos sobre los que hay denuncias. Pero no radica ahí sólo su trabajo. Además suelen seguir la pista de hechos que su profesionalidad o la simple observación de la realidad (algo, por cierto, de los más periodístico) les indican como un buen camino.

“Hacemos tareas de medio y de largo recorrido”. Y es justamente aquí cuando se puede comprobar en detalle el trabajo de un equipo. Trabajan con temas que surgen hace meses, a los que no se les pierde la pista, a cuyo saco se les va añadiendo, grano a grano, la harina suficiente como para que al final, cuando haya que hornear, la autoridad judicial considere que hay ‘para hacer un buen pan’.

Las investigaciones medio recorrido duran meses. Se trata sobre todo de delincuentes que actúan de forma constante, a los que ellos mismos saben que van a atrapar. Las otras, las más complicadas, duran hasta años. Esas son las que provocan una minuciosidad quirúrgica. “Cuando vamos contra una organización delictiva no nos conformamos con detener a los cabecillas. Ni mucho menos. Aportamos un informe perfectamente documentado a la autoridad judicial en el que detallamos perfectamente qué hace cada uno de los investigados, qué papel juega, qué beneficios obtienen...”. El resultado, en forma de papel, es un cuadro de nombres, fotografías y enlaces entre los mismos en el que cada cual queda absolutamente ‘retratado’. Nunca mejor dicho. “No vamos tan sólo al delito, vamos a la red patrimonial”. En pocas palabras, y esto en boca del periodista: no se trata de arrancar la mala rama, ni mucho menos, consiste en arrancar el árbol y verter el suficiente herbicida como para que no tenga abono sobre le que volver a crecer.

Cuando el delito es la vida

A lo largo de los años los efectivos de la UDEV de Jerez se han encontrado con casos asombrosos. Se trata de delincuentes que han hecho del delito su forma de vida. Personas que han amasado dinero (ni mucho menos fortunas) pero que tendrán que esperar muchos años para salir con la certeza absoluta de que no verán un euro tras pasarse dos décadas en prisión.

En la actualidad hay grupos especializados en delinquir. Los agentes, que siempre están abiertos a nuevas circunstancias delincuenciales, saben que lo más probable es que tras una estafa por internet haya un grupo de nigerianos, de que si se trata de robos de joyas realizados con una maestría máxima los presuntos autores sean croatas, así como que si hay cajas fuertes reventadas en mansiones lo más habitual es que un kosovar esté detrás de ello, con todos sus compinches.

Este mundo globalizado obliga a otros asuntos. Ya ni siquiera vale detener, paralizar el patrimonio procedente de las actividades ilícitas sino que además hay que atacar de forma directa las actividades que llevan cabo los delincuentes para que ese dinero sucio parezca legal: se trata del blanqueo de capitales.

En la comisaría de Jerez, en el departamento de la UDEV, también se lleva a cabo dicho trabajo, minucioso y cansado, pero que reporta grandes satisfacciones. A lo largo de los últimos años los hombres de la UDEV en Jerez se han encontrado con casos de delincuentes profesionales (de los que han llegado a evadir dinero a Suiza) que gastaban hasta 7.000 euros en coches de alquiler. Aquí en Jerez. Y fueron a por ellos no sin antes llevarle a la autoridad judicial un perfecto croquis en el que se detallaba qué hacía cada cual, cómo actuaba, dónde se hospedaba y cuál era su paradero. Como se puede ver en este enlace, se trata de un trabajo lleno de satisfacciones, pero también de peligros.

Como diría un profano, se trata de un trabajo minucioso, casi de cirujano, en el que tan sólo la implicación personal y profesional sus miembros, con muchas horas de trabajo a sus espaldas, permite poner un final feliz del que se beneficia el conjunto de la sociedad.

Puñetera marihuana

La marihuana es un fenómeno en la actualidad. Y va a más. Los tiempos del hachís parecen haber pasado de moda. Los agentes del grupo de Estupefacientes de la comisaría han advertido que su cultivo acarrea graves consecuencias a la seguridad ciudadana, que a fin de cuentas es su máxima prioridad. El hecho de que estén proliferando los ‘vuelcos’ (grupos organizados que roban la droga a otros grupos) ha provocado que las armas de fuego proliferen. Internet, nuevamente, cobra un papel protagonista en este reportaje. De ahí vienen.

Cuando llega el momento de afrontar una entrada y registro los agentes de Estupefacientes en perfecta sintonía con sus compañeros de la UDEV tienen bastante claro cómo funciona la trama en cuestión. “A grandes trazos -dice el jefe de la UDEV- hay unos cabecillas con un un grupo de jardineros y de cultivadores a su cargo. Cuando se aborda una investigación de este tipo hay que tirar hasta el final. No se puede escapar nada”. En muchas ocasiones quienes cultivan marihuana lo hacen en casas deshabitadas. A los vecinos de la zona les provocan dolores de cabeza por los fuertes olores de la marihuana y graves problemas de descanso porque los motores que extraen los olores no paran de funcionar todo el día. “Cuando les detenemos dicen que esa casa no es suya, que no tienen nada que ver. Por eso cuando llegas y actúas debes tenerlo todo perfectamente atado”.

En el centro, un bastón que dispara munición del 22, intervenido en Jerez.

De Jerez, al Museo de la Policía

Se trataba de un tipo peligroso, refugiado en San Juan de Dios. Un individuo ‘bragado’. Cuando la UDEV le echó el guante tras meses de investigaciones le encontraron un bastón que disparaba balas de calibre 22. En la imagen se puede ver. El Museo de la Policía ya lo tiene en su colección tras pedírselo a sus compañeros de la UDEV de la comisaría de Jerez.

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