Único e irrepetible

ME pide el Diario de Jerez que escriba sobre Fermín Bohórquez Escribano, tío Fermín, y son muchos los recuerdos que afloran en mi memoria. Porque mi familia y la suya han tenido, y tienen, una estrecha relación, y yo he tenido la suerte de corretear desde niño en los salones de La Peñuela o aprender a nadar en la piscina de El Manantial, de la mano siempre de su sobrino Santi y de sus seis hijos: Fermín, Carlos, Sol, Iván, Borja y Mercedes. Claro, que entonces yo le veía como los niños ven a las personas mayores. Imponía. Con el tiempo fui conociendo al verdadero personaje en todos los sentidos. Una personalidad arrolladora, que decía lo que sentía, sin filtro alguno. Competitivo a caballo, con la escopeta o con la raqueta de pádel. Un no parar en la procesión de Semana Santa como Hermano Mayor de San Mateo. Un rejoneador con personalidad. Un ganadero de reses bravas exigente. En definitiva, alguien que no dejaba indiferente allá por donde pasaba. En diciembre de 2006 formaba yo parte de la junta de la Asociación Jerezanos de la Diáspora cuando le nombramos Socio de Honor, en un homenaje que le dimos en la Gran Peña de Madrid. Recuerdo el semblante que esbozó su primo José Bohórquez Mora-Figueroa, tío Pepe, reconociendo la labor que tío Fermín hizo por Jerez, llevando su bandera por todo el mundo. Y por qué no decirlo, la de España también. Porque entre otras muchas cosas, era un gran patriota. En junio de 2008 tuve también el honor de 'ceremoniar' la entrega del premio que le entregaron en la III Semana de la Caza que organizaba el Casino Jerezano. Las loas a su labor cinegética, sobre todo con la perdiz autóctona, llenaron los discursos. Un personaje único e irrepetible. En estos momentos me acuerdo mucho de su hermana Ana María Bohórquez, tía Poty. Y tengo un recuerdo muy especial para su mujer, Mercedes Domecq Ybarra, tía Mercedes. Una gran mujer que ha estado hasta el final al lado del hombre que nos acaba de dejar.