El paraíso en tu copa

Puede que el paraíso esté más cerca de lo que parece y por eso Milton escribió en sus poemas perdidos, que las vides destilaban néctar que luego se convertía en un agradable vino que llenaba las copas. Puede que Rubens y Brueghel lo tuvieran tan cerca, que sus pinceles proyectaran sobre el lienzo esa magia y por eso la vid escondida ilumina la escena de El Jardín del Edén, sobresaliendo de la belleza de las cosas percibidas.

Y claro que sí, puede también que John Lennon escuchara en su interior las notas musicales que se escuchan en todos los rincones de un utópico paraíso y por eso Imagine entonara, de manera dulce como un vino, que el mundo es mejor lleno de soñadores unidos imaginando un presente más sencillo…ahora y siempre.

Lo cierto es, que en un abrir y cerrar de ojos, puede que un vino en armonía con nuestras reflexiones nos invite a pasear por las distintas capas de nuestros pensamientos y por eso sintamos la necesidad de contarlo.

De las más aventajadas y longevas soleras de las Bodegas Lustau, Manuel Lozano seleccionó algunas para embotellar este delicado amontillado con más de 30 años de vejez. Un vino que cambia el inexpugnable paso del tiempo para hacerlo sempiterno y deja la copa con un aire cálido e impregnado de aromas a licorosos caramelos con una vivacidad insólita.

Néctar embotellado directamente de la bota y de color ámbar oscuro, que pensaría Milton, fruto de las deliciosas viñas que crecen bajo el cielo de Cádiz y que se debe escanciar en copas de perlas, de diamantes y de oro macizo.

Puede ser que tengas el paraíso en tu copa con este vino y por eso, cuando te quedes sin tiempo, no vuelvas por el mismo camino por el que viniste. Busca siempre un vino que fluya como éste, que todos, a veces, somos poetas que no encuentran versos.

Una vez más volví a sentirme Jerez. ¡Que vuelva con frecuencia!