"Soy muy afortunado en mi vida y ser un Rey Mago es la guinda del pastel"
Desde pequeño sus padres le inculcaron los valores solidarios y la creencia ciega en Sus Majestades de Oriente · Esta Navidad encarna a Melchor, una tarea de la que "no me esperaba tantas cosas buenas"

-¿Esperaba ser nombrado Rey Mago?
-La verdad es que no, pero ha sido una sorpresa gratísima, por la que me siento confortado, abrumado y muy honrado.
-¿Cómo recuerda las Navidades de su infancia?
-Lo cierto es que cuando me dicen que voy a ser Rey Mago me sitúo en el año 1963-64, que por aquel entonces tenía 6 y 7 años. Rememoro esos momentos porque mis padres siempre me han inculcado esos valores de creencias a los Reyes, me inculcan que las cosas son para compartir. Recuerdo esos momentos con mis padres, y a pesar de que mi padre ya falleció creo que su alma sigue con nosotros, así que recordé cuando se transformaban en Reyes Magos, cómo me ponían los regalos... Es todo muy especial.
-¿Y cómo está viviendo ésta?
-Para mí están siendo muy distintas por diferentes razones. En mi casa, como en los hogares de muchas familias, van faltando personas importantes, amigos, compañeros... Así que esta Navidad es muy especial porque parece que llevo sobre mis hombros el peso de todas estas personas que siempre han estado conmigo y sé que ahora se están alegrando, me dan ánimos. No sé, es una sensación muy extraña. Y por otro lado, es cierto que ahora muchas personas me saludan por la calle, es un cruce de sensaciones.
-¿Se esperaba tanto trabajo tras el nombramiento?
-Cuando era pequeño me enseñaron que los Reyes Magos hacían un trabajo ímprobo, que llegaban de muy lejos, que había que dejarle un vasito de leche y un polvorón. Creía en ello firmemente y así se lo he inculcado a mis hijos. Pero ahora de mayor no esperaba que esto fuera así. Yo sabía que hacían un trabajo, pero no tanto como el que desarrollan, pero lo cierto es que es muy gratificante, porque te das cuenta que hay muchas personas que estaban ahí, que no conocías y ahora las estás tratando, y lo que es más importante para los Reyes Magos de este año, especialmente para mí, recibimos mucha voluntad y tenemos un dicho que hemos sacado que es que la voluntad que reciben este año Sus Majestades ni se mide, ni se pesa, ni se cuenta. Es voluntad.
-Todo el mundo coincide en que su compromiso con los jerezanos siempre va más allá de su cargo en la Policía, siempre intenta hacer algo más.
-Bueno, yo soy un afortunado de la vida. Nací en una familia muy humilde pero rebosante de valores, y he tenido la suerte de tener dos padres magníficos, habrá otros iguales que ellos pero dudo que mejores. Después, al hacerme mayor he encontrado a mi mujer, la compañera de mi vida, me ha dado dos hijos y tengo un trabajo que siempre quise hacer, definitivamente soy un afortunado. Es cierto que hace siete años, tras realizar de noche un registro, tocamos la sensibilidad de algunas familias marginales, la pobreza y hay que tener muy poco corazón para no darse cuenta de la precariedad que tienen esos niños . Aquel día se nos hizo de noche con la intervención y muy pronto de día, porque al salir fuimos a comprar magdalenas y batidos para llevarlo a esa casa. ¡Qué sonrisa, qué ánimo metimos en esa casa, qué sensación!. Desde ahí decidimos montar lo que ahora es la Asociación Santo Ángel, pero es un trabajo de muchos compañeros, de muchos amigos. No es ser mejor o peor que otro, sino ser persona. Para mí ése es mi regalo, y el reinado es la guinda del pastel.
- ¿Ya sueña con la cabalgata del día 5 de enero?
-Sí, ya me veo en esa cabalgata con mis compañeros. Tengo que decir que esta varita divina que me han posado en la cabeza para traerme tantas cosas bonitas, que por cierto, creo que ahí ha estado la mano de mi padre, también me ha dado la suerte de compartir estos momentos con mis magníficos compañeros. Creo que han acertado al cien por cien con la elección, porque Ana María es un corazón con piernas y brazos, lo da todo. Y Francisco es un gran empresario que está apostando por Jerez muy fuerte, que podría irse a otras ciudades y se ha quedado aquí, y no cabe duda que es una de las personas más solidarias que conozco. Mi suerte es la elección que han hecho con mis compañeros. Estoy muy satisfecho, no me esperaba tantas cosas buenas.
-¿Qué le dijo su familia cuando se enteró de la noticia?
-A mi mujer le ha dado muchísima alegría, mi esposa es la mejor, ¡qué te voy a decir yo! Mis hijos, que también son buenísimos, están muy ilusionados, estamos todos muy unidos y este momento lo estamos disfrutando juntos.
-Encarna al Rey Melchor, ¿era su preferido cuando era pequeño?
-Lo fácil sería decir que sí, pero creo que la debilidad de los niños es el Rey Baltasar. Si bien, como he creído en la figura a fe ciega de los Reyes Magos, yo voy a tener la suerte de ser el primero en pasar por la calle Larga, también eso es una fortuna.
- ¿Qué pediría a los Reyes Magos para la ciudad?
-Este años vamos a ser Reyes Magos de verdad, sé que es difícil, pero lo vamos a intentar. Pero pediría estabilidad emocional para Jerez, porque es muy importante. Después pondría en la carta que se estabilicen los debates malintencionados a cambio de obtener ventajas económicas; que los que puedan apostar de verdad, que apuesten; que pierdan aquellos que tienen dinero el poquito de miedo e inseguridad que quieren mostrar y por eso no invierten; que los empresarios confíen en los obreros; y la última, que el sector obrero, en el que me incluyo, también seamos de verdad, que entendamos los mensajes de nuestros empresarios para luchar por la empresa. Que luchemos de verdad, porque si la empresa se va, nosotros nos iremos también con ella. Todos estos puntos nos va a ayudar a tener una actitud positiva, por ese camino hay que seguir. A ver si somos Reyes Magos de verdad.
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