Con el agua al cuello en Torrox

Las lluvias veraniegas producidas el pasado lunes 14 de julio han dejado en nuestra ciudad zonas anegadas de agua y en muchas ocasiones han causado más problemas que beneficio. Una de las áreas afectadas es la de La Laguna, más concretamente, la calle Rusia, que se encuentra situada justo enfrente de los unifamiliares que se asientan junto al campo de golf, al otro lado de la laguna de Torrox.

Todo comenzó hace ya cuatro años, cuando la constructora de estas casas entregó los chalés a los residentes sin haber terminado siquiera la calle que colinda con las últimas viviendas. Estos vecinos no sabían entonces la que se le venía encima.

Unos de los primeros en percatarse sobre la situación que viviría a partir de ese momento cada vez que lloviera fueron Julia y José María, un matrimonio que llegó a su casa recién comprada en el año 2004. Y con ellos, llegaron las primeras lluvias. Fue el primer contacto que Julia y su marido tuvieron con lo que serían cuatro años de lucha intensa, sin triunfo.

Los vecinos mantienen que las inundaciones se producen principalmente "por una falta de colectores de la calle por el hecho de que la calle no está terminada". Además defienden que no hay una canalización de desahogo. "Lo que hay es una tubería general, cuando ésta se llena de agua, sale por arriba". Esto se traduce en que patios, suelos e incluso las propias viviendas de muchos de los vecinos se inundan cada año a causa de las lluvias. En el caso de Julia, y al encontrarse el tramo final de la calle en pendiente, el agua se acumula en una esquina de la vivienda donde se encuentra la piscina. Otros vecinos, sin embargo, han tenido el problema de que el agua ha inundado su patio completamente e incluso el interior de la vivienda. "El agua salía por el plato de la ducha, por el váter y una bañera que tenemos se llenó casi hasta el borde" comenta un vecino. El problema de todo esto radica en que el agua no es de lluvia, sino que son aguas fecales, lo que acarrea un serio problema de salubridad. "Es un foco de infección y además, ahora con el verano y el calor, eso huele y es insoportable".

"Se va al Ayuntamiento, se van poniendo escritos y no nos hacen caso. Nos contestan que ahí va presupuestada una calle y que no hay presupuesto", indica Julia. El lugar al que se refiere la vecina es el solar que se encuentra colindante a su casa, en la que, según comenta, debería ir una calle -de unos seis metros- en donde sólo se puede observar campo y basura. Además, Julia se ve obligada a acumular en el interior de su vivienda un montón de piedras -que constituyen el remate final del exterior de la fachada- que no puede poner hasta que la calle no esté terminada y en el que se le introducen ratas, entre otros animales. "Tengo que tener mosquiteras para que no entren las ratas y los ratones en casa y poner veneno para matarlas. Además tengo que tener mucho cuidado con mi hija para que no toque nada".

Por otro lado, los vecinos indican que cada vez que se produce una queja, el Ayuntamiento intenta solventarla lo más rápido posible y después se olvidan de todo el asunto. "Cuando tuve la plaga de ratas, vinieron, fumigaron y se fueron; cuando pusieron árboles en la calle, los árboles se murieron y empezaron a crecer hierbas, los llamamos para que vinieran a cortar, vinieron, cortaron y se fueron", puntualiza Julia. Esta vecina señala que en el tiempo que lleva residiendo, habrá visto a los servicios de limpieza una o dos veces. "Me acuerdo que plantaron unas palmeras para el parque y ahora no queda ninguna, todo está muerto". Además, la calle no tiene contenedores donde sus residentes puedan tirar la basura y deben acudir a la calle transversal para verter sus residuos.

Asimismo, los vecinos denuncian que en la zona no hay seguridad. "Aquí han entrado a robar un par de veces, es muy fácil, saltan y te roban porque no hay seguridad ninguna".

Los vecinos, de manera individual, han emprendido más de una vez acciones contra el Ayuntamiento para solventar la situación que viven. Ahora han decidido unir sus fuerzas para hacerse oír y mejorar sus condiciones.