Aquellos aguinaldos de Navidad
Una de las tradiciones que se ha ido perdiendo con el tiempo es la de los profesionales que solicitaban una propina a través de una tarjeta, costumbre que adoptaron los niños cantando

Una de las tradiciones navideñas que se ha ido perdiendo con el tiempo es la del aguinaldo, propina que los profesionales pedían a cambio de una estampa particular felicitando las Pascuas y deseando próspero Año Nuevo, costumbre que en su tiempo se extendió a los más pequeños de la casa, reclamando a los mayores un dinerillo extra para los gastos de las fiestas: dulces, artículos de broma para el día de los Santos Inocentes y demás.
En el grupo de Facebook 'Cosas jerezanas que se han perdido con el tiempo' bien se explica que, llegada la Navidad, "el aluvión de profesionales que llamaban a nuestra puerta en demanda del aguinaldo de Pascuas, bien por sus servicios o cumplimiento, deseándonos con cara alegre ‘Felices Pascuas’ a cambio de una gratificación en metálico".
El aguinaldo "consistía en una pequeña tarjeta o estampita donde mostraban su ocupación u oficio y al dorso su felicitación; estas felicitaciones nos lo pasaban los barrenderos, carteros, barrenderos, vigilante del barrio, y algunos más que durante el año prestaban sus servicios".
En efecto, en una de esas felicitaciones de 1976 del barrendero, al dorso se leía una poesía:
El Barrendero, ¡señores!
lleva vida y alegría;
porque si no hubiese higiene
la salud peligraría.
Es cosa muy importante
la limpieza de las calles;
desaparecen microbios
y se evitan muchos males.
Será mi mejor deseo
que pasen la Nochebuena,
alegres y bullangeros,
con una espléndida cena.
Mucha salud y bienestar
para todos los vecinos;
que celebren bien las fiestas
con dulces y buenos vinos.
Muy felices Navidades,
y que el Año Nuevo y Reyes
les traigan prosperidades
con toda clase de bienes.
Otra, también del barrendero pero sin fecha aunque también de la imprenta Ediciones Moragón de Valencia, dice así en su reverso:
Se presenta el barrendero,
y después de saludar,
muy alegre y bullanguero
les viene a felicitar.
Mucho le gusta la Higiene
y también la Sanidad,
que defienden la salud
de toda la humanidad.
Bien barridas y regadas
con toda curiosidad,
siempre veréis aseadas
las calles de la ciudad.
En fiestas de Navidad
les desea el barrendero
la mayor felicidad
con alegría y jaleo.
Que pasen felices Pascuas
y también el Año Nuevo
con salud y con dinero
como siempre, les desea
El Barrendero.
La del basurero rezaba así:
El humilde basurero
les viene a felicitar,
les saluda placentero
pues no les quiere olvidar.
Con la trompeta tocando
o la campana sonando
va los cubos vaciando
y los rincones limpiando.
Es misión bastante dura
y muy sucio su trabajo,
recogiendo la basura
calle arriba y calle abajo.
Que acierten una Quiniela
o el Gordo de Navidad
les desea El Basurero
con toda sinceridad.
Que pasen felices fiestas
de Navidad y Año Nuevo
en completo bienestar
con alegría y salero.
A falta de tarjeta o estampita, los niños era habitual -y los mayores lo recordarán- que entonaran una canción a modo de villancico para pedir el aguinaldo:
Dame el aguinaldo,
carita de rosa,
que no tienes cara
de ser tan roñosa.
Y si me lo das,
y si me lo das,
te deseamos todos
feliz Navidad.
Dame el aguinaldo,
carita de rosa,
que no tienes cara
de ser tan roñosa.
Y si me lo das,
o no me lo das,
gracias igualmente
y feliz Navidad.
Otra versión, menos diplomática con los que no sacaban la cartera, decía así:
Dame el aguinaldo,
carita de rosa,
que no tienes la cara
de ser tan roñosa.
Y si me lo das,
y si me lo das,
que pases unas Fiestas
con felicidad.
Y si no me lo das,
y si no me lo das,
que te caiga encima
la campana gorda
de la Catedral.
Hay versiones con distinto final y otro era este:
Y si no me lo das,
y si no me lo das,
que pases las fiestas
en el hospital.
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