Albert Bitoden en Jerez: "A los migrantes habría que reconocerles su contribución en el desarrollo económico de este país"
Gran activista y dinamizador comunitario en la ciudad, el presidente de la Asociación Mandara desgrana los objetivos de esta nueva ONG, que nace impulsada para luchar contra la excesiva simplicidad con que se ve el hecho migratorio
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Albert Bitoden Yaka nació en Douala, capital económica de Camerún, en marzo de 1968, aunque es vecino de Jerez desde hace 24 años. Su formación va desde Ciencias Económicas en su país, a la especialización en temas migratorios con un máster Experto en Migraciones y Extranjería, pasando por la Cooperación al Desarrollo. Ha trabajado con varias ONG tanto a nivel local como autonómico. Fue presidente de Ceaín durante casi una década y vicepresidente hasta 2023. Es padre de 4 hijos. Es activista y dinamizador comunitario, lo que le motiva a seguir ahondado en la necesidad de generar dinámicas de encuentros, de cambios de los entornos más próximos y generar espacios comunes. Viaja a su país "de vez en cuando, no tanto como me gustaría. Allí se halla mi familia, hermanos y madre. De hecho, me ilusiona lograr poner en marcha una acción de cooperación con la apertura de bibliotecas con libros y materiales en lengua española, como forma de compartir una parte de mi diversidad y crear nexos". Inquieto socialmente por naturaleza, ha creado junto a un grupo de personas Mandara. Aquí, una charla sobre esta iniciativa en la ciudad.
Pregunta.¿Qué impulsa el nacimiento de esta asociación?
Respuesta.Asociación Mandara nace de una inquietud que radica en el hecho de la excesiva simplicidad con que se ve el hecho migratorio. Es decir, primero simplificamos el hecho migratorio, pero simplificamos también a las personas que están en proceso migratorio. La migración es un fenómeno complejísimo, porque claro, decidir moverse, sea cual sea el motivo, de por sí conlleva un montón de cuestiones. En primer lugar, tú te llevas en el macuto lo que tienes, que no es poca cosa. Es cultura, todo lo que uno ha mamado desde su lugar de origen y demás. Y luego, pues eso atraviesa un sinfín de realidades que también se van incorporando, más elementos de aprendizaje. Y finalmente, cuando logras llegar a algún lugar, por ejemplo, España, seguramente ya no eres la misma persona que salió de su país de origen, sino que eres el conjunto de todo lo que eso implica. Simplificarlo, sencillamente, en las necesidades básicas, me parece, por decirlo de alguna manera, un disparate. Y creo además que es perder una gran oportunidad de todo lo que la persona, en el caso migratorio, puede aportar en los lugares donde elige o, finalmente, le dejan estar y, tal vez, algún día, formar parte de esos entornos. Vengas de Venezuela, de Colombia, de Haití o de cualquier lugar, curiosamente, coincidimos en esta misma reflexión. Entonces, allá por el año 2018, algunas personas pensamos que había que darle cuerpo a ese pensamiento. Y, de alguna manera, pues en una de las ciudades donde nos movemos (yo vivo en Jerez desde hace 22 años, aunque haya estado fuera de vez en cuando) convertir, darle cuerpo y propiedad a esa idea era crear una entidad, una estructura desde donde podamos ir generando pareceres, ideas, pensamientos y abriéndonos un poco a colaborar para que la reflexión permanezca y de ella se puedan sustraer nuevos aprendizajes o, al menos, se pueda empezar a contemplar el hecho migratorio, especialmente en nuestra ciudad en Jerez, un poco más allá del simple hecho de situarlo en la demanda. Que no parezca que cuando hablamos de inmigración tenemos que hablar solo de presupuestos o programas y que todo ello radica en paliar las primeras necesidades. Cuando la gente ha comido o ha encontrado un empleo, ¿qué más se puede hacer?
P.¿Ese es un momento clave para la asociación, la respuesta a esa pregunta?
R.Sí. Pensamos que, precisamente, es ahí cuando hay que hacer mucho más. Facilitar su participación social, potenciar políticas que motiven que las personas estén ya en ese tránsito de inmigrante a ciudadano. Llamarlos inmigrantes toda la vida demuestra perfectamente que no integramos a la persona, sino todo lo contrario, la queremos seguir identificando, tal vez para seguir justificando nuestros programas, seguir justificando ciertos presupuestos, seguir justificando no se sabe qué. Hay que facilitar que la gente esté en este tránsito de ciudadanía. ¿Por qué? Porque desde ese plano sí podemos hablar de sus valores, sus derechos, su cultura, es decir, un sinfín de cuestiones que, naturalmente, nos pueden obligar desde cualquier ámbito, el ámbito de la comunicación, el ámbito político, el ámbito de la ciudadanía, a empezar a trabajar muy seriamente en encontrar elementos que aporten perspectiva al hecho de la lucha contra la xenofobia y contra el racismo. Porque claro, es decir, ¿cómo podemos ser racistas con ciudadanos españoles? ¿Cómo se explica eso? ¿Cómo podemos ser xenófobos con ciudadanos españoles? No, lo podemos ser con migrantes, y merece la pena que sigan siendo migrantes para seguir siendo xenófobos y racistas contra ellos, es evidente. Pero si lo hacemos de otra manera, yo creo que podemos, de manera inteligente, ir luchando contra el racismo y la xenofobia.
P.Se acaban de presentar en sociedad, a pesar de que llevan tiempo trabajando.
R.Sí, nos hemos presentado públicamente. La asociación formalmente administrativa se crea en 2018, no obstante, como justo un año después empezó la pandemia, tuvimos que parar en cierto modo, pero finalmente, bueno, pues ahora hemos removido un poco todo, y pensamos que lo primero que debíamos hacer en este caso era presentarla públicamente y ponernos a disposición de la ciudadanía y de la política jerezana para que seamos útiles. Es decir, que toda nuestra experiencia la podamos poner a disposición de la ciudadanía y de nuestra ciudad, obviamente.
P. ¿Qué acciones inmediatas tienen previstas?
R.Pues mira, ahora mismo, la primera actividad ha sido presentarnos públicamente. La siguiente sería, y estamos pendientes de tener una reunión con Alcaldía, proponernos como acompañantes de Jerez en su Capitalidad Europea de la Cultura. Pensamos que una ciudad como Jerez, que tal vez no haya terminado de hacer mucho para describir su diversidad cultural, es un riesgo podernos postular a nivel europeo para la Capitalidad. Porque tenemos posibilidad de llegar a la gente, tenemos posibilidad de saber dónde está la gente que compone la diversidad en Jerez y podemos servir de puente para movilizar y para dinamizar ese tejido ciudadano para aportar elementos que contribuyan a que la candidatura de Jerez sea potente. Y luego, cuando pasen las Navidades, en enero, mediados de febrero, empezar a realizar en la ciudad actividades que permitan ese encuentro de diversidad, de ciudadanía desde la diversidad. Por ejemplo, se nos ocurre una cosa que puede ser muy interesante que es poner paneles de música diversa e intercambio culinario diverso. Nos hemos dado cuenta de que en Jerez, en poco tiempo, han nacido muchos restaurantes desde la diversidad y es importante que todo eso se pueda ver, se pueda palpar y podamos disfrutarlo y ver cómo nuestra ciudad se está transformando desde la diversidad. Además, tenemos una parte de cooperación al desarrollo también, porque creemos que, como decimos, queremos también trascender en toda la comunidad.
P.¿Por qué el nombre de Mandara?
R.Mandara es una cordillera volcánica al norte de la frontera entre Camerún y Nigeria. Mandara como filosofía del saber valorar los pasos dados, aunque no se llegue a la cima. Cualquier ciudadana o ciudadano que quiera colaborar o participar en Mandara puede ponerse en contacto desde el email: asociacionmandara@gmail.com o al teléfono: 642 56 24 38.
P. Usted lleva media vida trabajando en este ámbito. ¿En qué ha derivado la migración?
R.Sí, hace ya más de 25 años. En la última década, la migración ha derivado en una política de cierre de fronteras, malgastando nuestro dinero, el dinero de la ciudadanía en crear estructuras muy contradictorias como Frontex. Se siguen y seguirán perdiéndose vidas humanas. En el ámbito de política interna, la migración se usa para generar más discurso de odio, racismo y xenofobia. No se legisla desde una perspectiva del abordaje de este fenómeno a nivel global, incentivando a su vez políticas y acciones de cooperación internacional realista y sin amenazas para los países emisores. Por último, decir que la política del efecto atracción ha demostrado ser poco eficaz, la famosa tarjeta azul para la migración selectiva. Con el artículo 13 de la Declaración de los Derechos Humanos solo caben políticas que contribuyen a la seguridad por vida de toda persona que ejerza dicho derecho. Las personas migrantes toman muchos riesgos ya de partida por dejar su lugar de origen con la expectativa de poder mejorar su calidad de vida, entre otras cosas. Además, no tienen opción. En España aceptan trabajos que oscilan los 600-700 euros que muchos españoles no quieren hacer, ni hacen porque en muchos casos cuentan con una red familiar que les apoya. Son personas que tienen que seguir apoyando a su familia de origen, que en la mayoría de las ocasiones es la motivación para salir. Por lo tanto, se ven obligados a aceptar unos trabajos en unas condiciones que son despreciables en muchas ocasiones y que no pueden rechazar porque no cuentan con otra red familiar que les respalde aquí. A las personas migrantes habría que reconocerles su contribución en el desarrollo económico de este país y de otros factores que aportan al mantenimiento de nuestra sociedad: a veces son los que cuidan de nuestros mayores, de nuestros hijos, incluso los que están ocupando lugares de muchas madres y padres para que estos se desarrollen profesionalmente y económicamente, mientras ellos en muchas ocasiones no podrán homologar sus estudios en España ni homologarse profesionalmente para lo que están capacitados. Sin embargo, la sociedad española es sabia, inteligente y madura para evitar que lleguemos a extremos como ocurre en países como EEUU, un ejemplo de lo hondo que calan la xenofobia y el racismo.
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