El investigador jerezano Alejandro Bertolet recibe un prestigioso premio en EEUU
El jerezano acaba de recoger el premio John D. Boice Jr de la National Council on Radiation Protection & Measurements por sus avances en la oncología radioterápica
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Hace trece años, un viernes de enero, su madre falleció de un cáncer de mama que metastatizó al cerebro. Él era un estudiante de Física, en parte por el gran impacto que la enfermedad tuvo en su familia. “Conocí la Física Médica y convertir el tratamiento del cáncer (y eventualmente la investigación) en mi motivación y razón de vivir fue por mi madre. Sólo soñaba con poder ayudar modestamente a otras personas como ella algún día”. Son palabras de Alejandro Bertolet Reina, un investigador jerezano que acaba de recibir en EEUU el premio John D. Boice Jr de la National Council on Radiation Protection & Measurements (NCRP) por sus avances en la oncología radioterápica.
Bertolet Reina trabaja en el Massachusetts General Hospital y su carrera sigue sumando importantes reconocimientos. “El premio se llama John D. Boice Jr. en honor a uno de los epidemiólogos más importantes en el campo de los efectos de la radiación en la salud y lo concede el National Council on Radiation Protection and Measurements (NCRP), que es una institución del Congreso de los Estados Unidos fundada en 1964 y que se dedica a proporcionar directrices científicas sobre cómo gestionar los usos de la radiación y limitar efectos perniciosos en el público”, declara el jerezano.
El premio Boice es de reciente creación y está dirigido a investigadores ‘jóvenes’ con una trayectoria especialmente relevante en el ámbito de la radiación y la salud. “Mi formación y trayectoria se centra mucho en la física médica, es decir, medida y cuantificación de la radiación usada en medicina; y en la oncología radioterápica, el uso de radiación con fines terapéuticos contra el cáncer”, describe Bertolet.
Dentro de esos ámbitos, dirige un laboratorio con cinco doctores y varios estudiantes de doctorado, así como un máster. “Tenemos un fuerte componente centrado en generar simulaciones por ordenador de cómo la radiación se deposita en los tumores y los tejidos sanos que atraviesa, aunque también estamos empezando a hacer experimentación biológica más clásica, con células y animales. En particular, estamos estudiando cánceres de hígado y la optimización de técnicas como radioembolización, que consiste en introducir dispositivos radioactivos en el tumor por medio de un catéter”, detalla el jerezano.
“En general, nuestra investigación tiene como marca característica el hecho de intentar trasladar los métodos cuantitativos de la física y las matemáticas para entender y aplicar los mecanismos bioquímicos, biológicos y clínicos relacionados con la radiación, su eficacia contra el cáncer y su seguridad para el paciente”, añade.
Grandes científicos ‘anónimos’
El pasado año, el I Encuentro de la Ciencia de Jerez ‘Nuevos caminos contra el cáncer’, de la Asociación Española Contra el Cáncer, puso el foco en el valor de tantos profesionales jerezanos que dedican su día a día en la investigación. Bertolet fue uno de los ponentes de este magnífico encuentro.
“Uno de los problemas fundamentales a la hora de escoger una determinada profesión y prosperar en ella suele ser la falta de referentes que marquen un camino. En ese sentido, creo que es crucial visibilizar los ejemplos existentes de aquellos que, como yo por fortuna, hemos tenido la opción de prosperar en instituciones científicas de élite”, subraya.
“Creo que, al contrario de lo que se suele pensar, el nivel de los jóvenes, al menos de los más aventajados e interesados en ciencia y tecnología, en cuanto a conocimientos y capacidades es muy alto en España en general y en Andalucía en particular. Pero faltan mecanismos para abordar el acceso a laboratorios y experiencias que realmente motiven y faciliten la elección de un camino científico”, describe. “Animo a cualquier joven interesado en investigar contra el cáncer a ponerse en contacto conmigo para, al menos, ofrecer un ejemplo de una historia concreta y comprobar en persona que sí que es posible establecerse como alguien importante en instituciones del calibre de Harvard”, subraya el jerezano.
Jerez, Sevilla, Harvard
Bertolet empezó su carrera haciendo la residencia de radiofísica hospitalaria, una especialidad sanitaria, pero no médica dentro del sistema español de salud, para lo cual hay que prepararse un examen muy similar al MIR (pero de nuevo, enfocado en otros titulados no médicos).
“Mi residencia fue en el Hospital Virgen Macarena donde disfruté cada minuto que pasé con profesionales y amigos espectaculares y entendiendo que cada momento y experiencia debía asimilarse con pasión. Gracias a esa pasión acabé visitando y posteriormente uniéndome a un grupo de investigación en la Universidad de Pennsylvania”, recuerda.
De nuevo, gracias a todo lo que aprendió durante la residencia, “y a realmente disfrutar lo que hacíamos, tuve la suerte de publicar una cantidad enorme de artículos y empezar una carrera como científico bastante prometedora, lo cual me ha llevado a una serie de hitos que jamás podría imaginar”.
“Los últimos años de mi vida parecen sacados de una película y es difícil realmente asimilar todo lo que ha pasado y sigue pasando. Pero bueno, mi idea es seguir trabajando con pasión y contribuir tanto como sea posible a la investigación contra el cáncer, sea con mis propios proyectos, colaborando con otros o simplemente ayudando a los pacientes de la manera que sea posible”, destaca el investigador jerezano.
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