Sea amable: es Navidad
A la vuelta de la esquina
Sea amable: no se acuerde de la familia del empleado de la entidad financiera que le impide recuperar su dinero invertido en acciones preferentes, aunque ahora le haga falta. No leyó la letra pequeña y posiblemente el empleado tampoco. Acuda a un abogado. Seguro que usted compró confiando en el empleado. Él no sabía de qué iba la cosa. Los banqueros, no los bancarios presionan sanguinariamente.
Sea amable: esta alcaldesa, la anterior y el anterior no pudieron impedir que la crisis del ladrillo rebajara los ingresos en el municipio. No diga palabrotas malsonantes y groseras contra ellos, dígalas contra el sistema capitalista que seguramente usted mismo apoyará y no querrá que cambie. Sea amable: la confederación de empresarios andaluces, de Cádiz, de Cataluña, el presidente de los empresarios madrileños son fervientes fieles religiosos, amantes esposos, cuidadosos padres, amigos solícitos. Luchan por lo suyo: caiga quien caiga. Dicen lo mismo que usted diría: ¡Lo primero es mi familia!
Estamos en Navidad: sea amable. No proteste contra el representante de su empresa pues sufre porque usted no cobra el trabajo realizado en Acasa, en autobuses urbanos, helados Royne de Rumasa, Visteon..., porque cortando el jamón regalado por la empresa se les pondrá rancio, aunque no dejará de ser un cipayo.
En serio. Sea amable, no ponga la música atronadora, porque los decibelios sueltos atacan y preparan una futura sordera. En serio: recoja las cacas de su perro, porque el pobre animal no tiene culpa de su falta de civilidad. Es un animal irracional y se comporta como usted ¡pobre perro! En serio: no conduzca bebido. Si se quiere suicidar hágalo en solitario, o contra un eucalipto centenario que lo acogerá con la ternura propia de estas entrañables fiestas.
Más en serio: consuma o ayude a consumir a otros. Si usted hace caso de la propaganda sobre la austeridad, los comerciantes, hosteleros, no venderán. Sus proveedores: ganaderos, bodegas, huertas, panaderías, artistas, no venderán. Debido a la austeridad y los recortes salariales se producirá una bajada en las ventas, y los comerciantes se quejarán. Los fabricantes dirán lo mismo. Las fábricas industriales y alimentarias tendrán un elevado stock de productos y cerrarán o harán un ERE, y esos trabajadores irán al paro y no comprarán, y esa falta de compra hará que otras nuevas empresas cierren o hagan otro ERE, y más trabajadores al paro y menos compras. Hasta llegar a la odiosa deflación: y los bancos no cobraran las hipotecas. Si es austero y tiene un sueldo o una pensión, ayude a otros a consumir, sean productos o servicios, o hágase socio de algunas de las ONG de la Red de Integración Social de Jerez.
Sea amable. Es Navidad. El 7 de enero ya tendremos ocasión de volver a ser lo que somos.
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