Un año de la 'nueva' Cartuja de Jerez
Patrimonio
En torno a 5.000 personas visitan la Cartuja desde el inicio de las rutas guiadas el pasado mes de septiembre
Viaje al alma de la Cartuja de Jerez

Se acabó la clausura y la Cartuja de Jerez se abrió al mundo. Tras 22 años de presencia de la orden de las hermanas de Belén en el monasterio, el pasado 19 de marzo de 2024 el monumento tomó un nuevo rumbo. Seis meses después, llegaban a la casa cuatro Hermanas Carmelitas Mensajeras del Espíritu Santa. Antes, en julio, el Obispado, encargado de la gestión del monumento (bien patrimonial del Estado), anunciaba una nueva etapa para el edificio con las visitas guiadas al monumento y la celebración de bodas, solo la ceremonia. Una ruta, grupal, que se adentra por espacios antes inaccesibles para el ciudadano -por el carácter de clausura de los que han sido sus habitantes desde el siglo XV, primero los cartujos y luego, las hermanas de Belén- y que permitía así la inmersión en lugares sorprendentes.
Tras la marcha de las hermanas, el Obispado empezó a preparar el monumento, adaptarlo, para las visitas guiadas, que se iniciaron en septiembre, y que ya han disfrutado en torno a 5.000 personas. De momento, las visitas son sólo en grupo, aunque desde la Diócesis aseguran que las individuales "llegarán con el tiempo". El monasterio sólo se mantiene cerrado los domingos y los lunes. "Y aunque quedan muchísimas cosas por hacer, estamos muy contentos porque la gente se está interesando mucho por conocer el monasterio, y sabemos que quedan gratamente sorprendidos por el propio edificio en sí y por la experiencia de la visita, de lo que allí ha acontecido", apunta el responsable del equipo de gestión del monasterio, Manuel Pareja.
Un monumento que quizás esté viviendo la etapa más 'aperturista', un momento "único" porque hasta la fecha no se había abierto al público de una manera tan regulada ni sobre él se había proyectado un relato. Para el obispo, José Rico Pavés, las visitas "son otra forma de evangelización. El que entra como visitante sale como peregrino", le gusta decir.
Las hermanas Carmelitas habitan la zona que antiguamente era la hospedería. "Ellas están contentas y a gusto. Y las funciones, como la celebración litúrgica, la animación y organización pastoral, las están desempeñando con mucha alegría y siempre con una sonrisa. Han encajado muy bien", asegura Pareja.
Proyectos de futuro
Desde el equipo de gestión del monasterio apuestan por numerosos proyectos de futuro, que pasan todos ellos por la conservación y el mantenimiento. Una prioridad ahora es la portada Andrés de Ribera, "que se encuentra en una situación muy complicada por las vibraciones que se están produciendo en el terreno desde que se liberó la autopista". Por ello, en estas fechas se va a proceder al apuntalamiento de la portada para protegerla "ya que amenaza derrumbe". Una gran inversión para la que habrá que buscar ayuda pública y privada.
Respecto a las bodas, hasta la fecha sólo se ha oficiado una, aunque ya hay agendadas unas cinco. Para la antigua tienda de las hermanas de Belén, en la que se vendía artesanía propia, el Obispado ha planeado ubicar también otra tienda, el centro de recepción de visitantes y una zona de exposición de piezas.
La Cartuja, un "reto grande, y lo sigue siendo. En un año hemos avanzado muchísimo, y que el público salga encantado de la visita, es un gran balance. Queda mucho camino por recorrer y muchos retos importantes como darle una dimensión cultural, el mantenimiento y la conservación porque la ayuda económica es escasa aún. Ha sido un año intenso y gratificante. Merece la pena. Nuestro mensaje es positivo".
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