Ocho años en el ostracismo

Vecinos de Jardines del Sur denuncian la situación de abandono de una promoción de viviendas sin terminar contigua a su urbanización que está generando "robos e insalubridad"

Ocho años en el ostracismo
Ocho años en el ostracismo
Fran Pereira

03 de junio 2018 - 11:26

Jerez/La convivencia diaria para los vecinos de Residencial Jardines del Sur es cada vez más complicada. Llevan ocho años denunciando el abandono de una promoción de vivencias contigua a la suya (entre la Avenida Puertas del Sur y la calle Doctor Ramón y Cajal), una promoción que, como tantas otras durante la pasada crisis del ladrillo, quedó parada en el tiempo. Desde entonces, la situación no ha hecho sino agravarse hasta el punto de alcanzar, entre sus 61 vecinos, un estado de desesperación y impotencia inasumibles.

Los vecinos, mediante la administradora, han enviado cartas y más cartas a Urbanismo, las cifran en nueve (la última el pasado 21 de mayo), han tenido reuniones con el delegado de Urbanismo e incluso con el Jefe de la Policía Local, "pero todo sigue igual o peor", explican.

"Una representación de la comunidad nos llegamos a reunir con el señor Paco Camas, pero todo fueron buenas palabras porque han pasado ya varios meses y aquí no ha venido nadie. Nos dijeron que estaban intentando localizar a los dueños, y que no daban con ellos. Y yo me pregunto, ¿no tiene el Ayuntamiento la primera fase? ¿Acaso no saben de sobra quiénes son los dueños", comenta el presidente.

Lo que más preocupa a los propietarios ya no es sólo "la suciedad que hay acumulada, que sólo atrae bichos", afirma, "sino también los robos que estamos teniendo últimamente. En los bloques se han instalado unos jóvenes extranjeros que se dedican a entrar en los trasteros y ya ha habido cuatro o cinco robos en pocas semanas".

A ello hay que unir "otro grupo de menores, niños de unos diez o doce años, que campan por ahí sin problemas, con el peligro que eso supone. Pero además, es que ahora les ha dado por tirar piedras y huevos hacia nuestros bloques y así no podemos estar. Aquí hay niños pequeños y no pueden jugar en las zonas comunes porque nos da miedo de que pase algo", relata Sánchez mientras con una mano recoge del suelo una de las piedras lanzadas.

Durante los últimos ocho años y ante el estado de desprotección al que se ven sometidos, la comunidad "ha subido los muros, ha reforzado los accesos a los garajes, pero ya no podemos hacer nada más. Lo suyo es que tapien esa zona y no puedan acceder porque así no podemos estar. Hubo un momento en que se tapió la zona con chapas, pero poco a poco han sido robándolas", recalca indignado.

Los vecinos denuncian también la presencia de ratas en la zona, "porque ahí sólo ha suciedad y basura", e incluso "los bomberos han tenido que venir más de una vez para apagar varios fuegos que han hecho dentro de las viviendas".

Recientemente, incluso, "varios vecinos hemos visto a chicas desnudas en algunos de los pisos, con lo cual, ha habido hasta prostitución", añade.

Como otras construcciones de la ciudad que sufrieron las consecuencias de la crisis del ladrillo, esta urbanización, cuya primera fase sí fue recuperada por Emuvijesa donde actualmente tiene viviendas en alquiler, "estaba casi terminada, por lo menos una parte de sus bloques", cuenta Manuel Sánchez, "pero como quedó parada y abandonada poco a poco se fueron llevando las cosas. Yo he llegado a ver aquí una camioneta entera cargada de ventanas con sus cierros, porque estaban casi acabadas. Así han ido viniendo hasta que ya no queda nada", prosigue.

A todo ello se une la falta de limpieza que existe por los aledaños de la zona. "Estamos hartos de llamar al Ayuntamiento para que, por lo menos, corten los ramajes estos que hay, ya no se puede ni andar por la calle, y esto al final lo que cría son bichos".

La desesperación es total, de ahí que los vecinos se estén empezando a plantear tomar otras medidas como salir a la calle a protestar, viendo que desde el Ayuntamiento "no se nos presta atención. Pagamos más de quinientos euros de IBI, y creemos que como ciudadanos tenemos derecho a una atención, al menos que se intenten arreglar las cosas, no que se nos trate como tontos diciéndonos a todo que sí y luego por aquí no aparezca nadie. Hasta que no pase una desgracia no vendrán a solucionar esto".

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