La artista que nos robó la luna de abril

Tribuna libre

Juan Garrido

17 de abril 2016 - 08:33

Hay términos lingüísticos que parecen haber perdido su verdadero significado con la erosión del paso del tiempo. Caso de la palabra ‘artista’. Si nos planteamos describir a Manuela Méndez ‘La Chati’, lo primero que hay que tener claro es que fue única, mujer de extrema sensibilidad y con un carácter propio con el que cautivaba a su antojo a cualquier tipo de público.

Esta artista, con todas sus letras porque no fue una mera cantaora, comenzó su andadura pronto, siendo muy joven. De la mano de Manuel Morao y junto a su hermana Paca, se subió al escenario por primera vez con ocho años, en los Jueves Flamenco que se celebraban en la Plaza de Toros jerezana y por donde pasaron las actuales primeras figuras. Formaron tal revuelo que su tía Paquera decidió llevárselas a Madrid para que comenzaran un largo recorrido por los tablaos de la capital como Los Canasteros, Torres Bermejas, Café de Chinitas, Las Brujas, Los Gallos, La Trocha, Villa Rosa…

En el año 1975 graban un lp en la casa Belter con el que crecen como artistas al crear su propio estilo con letras de Antonio Gallardo y música de Parrilla de Jerez. Manuela destacó por su elegancia interpretativa, bien fuera cantando como bailando, así como por su fuerte personalidad que brillaba sobremanera cuando se plantaba en un escenario. Pero sobre todo, La Chati fue madre y esposa. Se entregó a su familia dejando a un lado su carrera artística, volviendo a Jerez para comenzar a vivir apartada de escenarios y camerinos, aunque nunca terminó de retirarse porque aparecía en citas claves donde un público fiel acudía para revivir emociones pretéritas.

Del barrio de San Miguel, su esencia era universal. Versionó temas de Raphael, Los Chichos, Las Grecas, Amina o las grandes de la copla como Lola Flores o Marifé de Triana. Manuela era Viernes Santo en el Cerro Fuerte, también era villancico en Nochebuena, fiesta en el Rocío… Era como el buen perfume que impregna de olor, incluso sabor, por donde pasa y que nunca termina de marcharse. Paseó su donaire en la Bienal de Sevilla, festival de Mont de Marsan y hasta llegó a cantarle al Rey de Jordania. Uno de sus principales seguidores fue Alejandro Sanz, quien le dedicó unas palabras el día que Manuela nos dejó.

Con 54 años y en la luna del 7 de abril del año 13, La Chati falleció dejando al mundo del flamenco sin palabras. Su última actuación fue en noviembre en el Teatro villamarta, meses después se le realizó, por parte del pueblo y los artistas, un homenaje en el mismo teatro con un lleno absoluto y cuya recaudación serviría para la construcción de un monumento al que todavía no se le ha encontrado ubicación por parte de las autoridades locales. A la espera estamos, con el fin de que su resplandor de artista (de artistas) siga brillando en el aire de Jerez.

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