Las autoescuelas de la ciudad se enfrentan al reto del 'nuevo examen'
El presidente del sector a nivel comarcal, Antonio Herrera, asegura que "la Dirección General de Tráfico nos lo exige y no nos queda otra opción que cambiarnos todos el chip"
"Nos estamos reuniendo con nuestros asociados para explicarles cualquier duda que puedan tener al respecto. No nos queda otra que ponernos las pilas y cambiar el chip para adaptarnos a estas nuevas exigencias". Así explica Antonio Herrera Marrufo, el veterano presidente de la Asociación Comarcal de Autoescuelas, la entrada en vigor de los nuevos exámenes de conducir, tanto teóricos como prácticos, algo que verá la luz el próximo 21 de enero. Los directores y profesores de autoescuela lo viven con profesionalidad, asumiendo el reto, pero a la vez con lógica preocupación pues el cambio es grande. "La DGT nos está exigiendo una nueva responsabilidad en la formación de los alumnos que debemos cumplir". En el trasfondo, como siempre, el objetivo no es otro que reducir la cifra de personas que mueren o resultan heridas en los accidentes de tráfico. "Tráfico ha reclamado a las autoescuelas -dice Herrera Marrufo- que den más formación. No en vano hasta el Ministerio de Interior y el de Sanidad están colaborando para concienciar a los conductores del riesgo de conducir bajo los efectos de las drogas. Nos piden que impartamos clases para concienciar también a este respecto".
A la hora de valorar los cambios que supone la entrada en vigor de los nuevos exámenes, el presidente de las autoescuelas comarcales reconoce que "se trata de unos cambios que, en principio, parecen traumáticos, pero la esencia de las pruebas sigue siendo exactamente la misma: es decir, el que realmente sabe conducir es el que aprueba el examen".
El grado de cambio que suponen los nuevos exámenes se puede resumir en esta manifestación de Antonio Herrera: "Una vez que concluye el examen, y si han existido malos comportamientos por parte del alumno, el propio examinador le comunicará cuáles han sido éstos en una charla".
A nivel del examen teórico se amplía de forma muy notable el número de preguntas susceptibles de ser propuestas para su solución en el examen teórico, mientras que en el práctico el alumno no deberá demostrar tan sólo que sabe conducir un coche, sino que, además, deberá conocer el vehículo, sus elementos y hasta la forma de moverse por la ciudad de forma eficiente y lo menos contaminadora posible.
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