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Álvaro Romero
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A la espera de acogerse a un nuevo préstamo para liquidar un importante número de facturas, el Ayuntamiento de Jerez continúa aumentando los impagos con sus proveedores. De hecho, en los últimos meses han crecido tanto las obligaciones reconocidas como, especialmente, las no reconocidas a tenor de los últimos datos publicados tanto por el Consistorio como por el Ministerio de Hacienda.
En el mes de agosto, el Ayuntamiento jerezano tenía unos 14,2 millones de euros en facturas sin abonar, el importe más alto desde julio del año pasado y el doble que hace un año. Bien es cierto que el Consistorio no ha vuelto, al menos por ahora, a los niveles de endeudamiento que tenía años atrás donde se superaban con suficiencia los 50 millones de euros y el periodo medio de pago estaba por encima del año. Este débito se fue reduciendo en los últimos años gracias a los sucesivos planes de pago a proveedores y préstamos ofrecidos por Hacienda —la fórmula es cambiar deuda en facturas por créditos financieros a largo plazo—.
Sin embargo, en los últimos meses han vuelto a subir el volumen de impagos tras bajar hasta poco más de seis millones hace aproximadamente un año (en el último mes ha crecido unos 4,3 millones). El Ayuntamiento tenía al cierre de agosto unos 8,2 millones en pagos pendientes; las empresas municipales, unos 4,4 millones; y las fundaciones, 1,5 millones.
En lo que respecta a los organismos dependientes, la sociedad que más deuda con sus proveedores tiene es Cirjesa, la gestora del Circuito de Velocidad, cuyos débitos ascendían a 2,4 millones de euros, el importe más elevado desde julio de 2022. También creció la deuda en Comujesa respecto al mes anterior que se situó en los 1,9 millones de euros. Eso sí, a principios de año el débito estaba por encima de los dos millones de euros.
Mientras tanto, los débitos en Fundarte, la entidad que gestiona el Teatro Villamarta y el Museo de Lola Flores, también continúan aumentando. En agosto se situó en los 1,5 millones de euros, unos 300.000 euros más respecto a julio.
La ausencia de un presupuesto municipal actualizado —el vigente corresponde al ejercicio 2022— conlleva, entre otras consecuencias, que las operaciones pendientes de aplicar al presupuesto (OPA), o facturas en el cajón tal y como se denominan políticamente, se incrementen notablemente. Al cierre del segundo trimestre, el volumen total de estos impagos aún no reconocidos ascendía a 58,6 millones de euros, el importe más elevado desde el tercer trimestre de 2018, a tenor de los datos que la administración central publica cada tres meses.
Esta cuantía supone una subida de unos 4,5 millones de euros respecto al primer trimestre y de más de 15,4 millones respecto al mes de junio de 2023. Por lo tanto, el Consistorio jerezano continúa arrastrando este problema endémico de no atajar las obligaciones que no tienen consignación presupuestaria.
A día de hoy, solo los ayuntamientos de Parla y Madrid superan al de Jerez en facturas no reconocidas —163,7 y 63,1 millones de euros, respectivamente—.
El Ayuntamiento está en trámites para acogerse a un nuevo plan de pagos a proveedores con el que podría liquidar en torno a 8,8 millones de euros ya que así le obliga el Ministerio de Hacienda. Según el calendario previsto, el Consistorio ya debería haber remitido el listado de obligaciones pendientes de pago a la administración central. Una vez las confirmen los proveedores, se aprobarán las órdenes de pago y el Ayuntamiento deberá llevar al pleno municipal la revisión del plan de ajuste, el documento que establece las medidas para aumentar los ingresos y reducir los gastos, para, con posterioridad, suscribir la operación crediticia.
El gobierno municipal señaló meses atrás que espera reducir sustancialmente su débito comercial con esta operación —llegó a decir, incluso, que lo dejaría a cero—.
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