Ayuntamiento de Jerez y Junta de Andalucía firman al fin la cesión del edificio del Centro Tecnológico del Vino

La Junta de Andalucía tiene ya el camino despejado para el inicio del proceso de contratación de las obras del Laboratorio de Control Oficial Agroalimentario tras la firma este lunes del convenio con el Ayuntamiento de Jerez para la mutación demanial subjetiva del edificio inicialmente destinado a albergar el Centro Tecnológico del Vino, ubicado en el Parque Tecnológico Agroalimentario (PTA de Jerez).

En virtud del convenio, la Junta dispondrá de un plazo máximo de cinco años para la puesta en marcha del proyecto -ejecución de las obras inacabadas del edificio como su equipamiento-, mientras que la cesión -la mutación demanial subjetiva contempla el cambio en la titularidad del inmueble-. La Junta de Andalucía avanzó, no obstante, que las obras contarán con un presupuesto de 2,6 millones de euros, se licitarán en el segundo semestre de este año y tienen un plazo de ejecución previsto de ocho meses.

El acto protocolario de la firma ha estado presidido por la alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo y la delegada territorial de Economía y Patrimonio, Inmaculada Olivero, a las que han acompañado el delegado Territorial de Agricultura, Fran Moreno, el primer teniente de alcaldesa, Agustín Muñoz, y los delegados municipales de Empleo, Comercio y Empresa, Nela García, y Economía Hacienda y Patrimonio, Francisco Delgado.

Para la regidora jerezana, se trata de un "momento histórico" con el que se pone fin a un "problema prehistórico", ya que ofrece una "solución definitiva" al antiguo proyecto del Centro Tecnológico del Vino, que se desbloquea cerca de dos décadas después para "convertir a Jerez en una ciudad puntera desde el punto de vista agrario".

Según Pelayo, el futuro Laboratorio de Control Oficial Agroalimentario será "un centro de referencia en Andalucía", una "oportunidad extraordinaria" que permitirá unificar distintos servicios de la Administración autonómica que actualmente están dispersos, en concreto el Laboratorio Agroalimentario y Estación Enológica de la calle Córdoba y el Laboratorio de Producción y Sanidad Animal, sito en el propio PTA de Jerez.

“La fusión en el mismo espacio de ambos laboratorios genera una concentración administrativa muy importante porque facilita la investigación y las certificaciones de calidad y que esto sea en Jerez es algo especialmente importante”, ha añadido.

Inmaculada Olivero ha subrayado por su parte que la firma de este convenio es fruto del buen trabajo realizado por el Ayuntamiento de Jerez y Agapa -Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía-, en colaboración con distintas delegaciones territoriales de la Junta. "Si te ocupas, las cosas se desbloquean", ha indicado, al tiempo que ha explicado que la integración de distintos servicios, en este caso de la Estación de Enología y Sanidad Animal, en un mismo espacio forma parte de la política del actual Gobierno andaluz optimizar recursos y el gasto público con la concentración de distintos laboratorios en uno por provincia, como ya se ha hecho en los laboratorios agroalimentarios y agroganaderos de Sevilla y Huelva.

"La Junta no quiere inmuebles sin uso y está poniendo en orden el patrimonio para crear puestos de trabajo y actividad económica en la zona apoyando a los ayuntamientos con los fondos y el trabajo que sea necesario, en este caso con un proyecto de un laboratorio andaluz con el que Jerez va a ser referente. Este es el camino que vamos a seguir desde Patrimonio y las distintas delegaciones", ha aclarado.

El delegado Territorial de Agricultura, Fran Moreno, ha recordado que con esta firma arranca el proceso de contratación de las obras para la puesta en marcha de un centro de referencia que contará con una inversión de más de dos millones de euros y que se sustentará en dos patas, la del vino y la de la sanidad animal.

"Pelayo nos dijo, esto hay que sacarlo del cajón" y esto se traduce en una "nueva oportunidad para Jerez" que viene a "reforzar el apoyo a los agricultores, los ganaderos y al sector vitivinícola", ha remarcado.

Los responsables autonómicos han detallado que, una vez completadas las obras, la Junta procederá a la restructuración de las plantillas de la Estación de Enología de la calle Córdoba y el Laboratorio de Sanidad Animal para adecuarlas a los servicios que se ofrecerán en el nuevo laboratorio del PTA.

En cuanto a los terrenos de la Estación de Enología de la calle Córdoba, Olivero únicamente ha desvelado que la Junta está trabajando en mantener su uso público a través de otra Consejería con idea de ofrecer "otros servicios, en colaboración con el Ayuntamiento de Jerez".

Un historia interminable

Cabe recordar que el pleno municipal aprobó en sesión extraordinaria y urgente en octubre de 2022 la mutación demanial del edificio del Centro Tecnológico del Vino a la Junta de Andalucía tras la liquidación del concurso de acreedores por el que se revirtió el inmueble al Ayuntamiento. La cesión, no obstante, se vio paralizada al descubrirse una carga oculta que al actual gobierno local ha logrado resolver.

La Consejería de Agricultura anunció entonces que el edificio albergaría el Centro Andaluz del Vino, que finalmente ha dado paso al Laboratorio de Control Oficial Agroalimentario del que se hará cargo la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía (Agapa), y en el que se unificarán los servicios, modernizándolos, de la Estación de Enología y el Laboratorio de Producción y Sanidad Animal.

Las instalaciones de propiedad municipal, aunque cedidas a la Junta de Andalucía, cuentan con una extensión superficial de 1.152,75 metros cuadrados repartidas en el edificio de cuatro plantas destinado inicialmente al Centro Tecnológico del Vino, el que iba a ser uno de los proyectos estrellas del PTA de Jerez, pero que nunca llegó a cuajar por incumplimientos de plazos en las ayudas estatales destinadas a su ejecución.

El inmueble se vio afectado por la entrada en concurso de acreedores de la sociedad del Parque Tecnológico Agroalimentario, hasta su liquidación en 2022, lo que en su día también impidió el desarrollo del proyecto de la Universidad de Cádiz para convertirlo en centro de referencia de la investigación vitivinícola y posterior transferencia de conocimiento a la empresa privada.