La encrucijada de la ampliación de la zona de crianza y el 'Bag in Box'
Bodegas
Chiclana se descuelga de la principal reivindicación de las cooperativas para equiparar la zona de producción a la de crianza
Trebujena dinamita la negociación de las nuevas reglas de juego del vino de Jerez al dar cobijo a una manzanilla para envasarla como fino en 'Bag in Box'
Los operadores chiclaneros quieren seguir siendo zona de producción para mantener el 'Bag in Box' y la cooperativa Virgen de Palomares
Un paso adelante y tres hacia atrás. El trabajo de la comisión de los pliegos de condiciones creada en el seno del Consejo Regulador para buscar una solución consensuada a los grandes temas pendientes del Marco de Jerez–ampliación de la zona de crianza, regulación de los graneles, prohibición del fino de Sanlúcar...– se ha topado con un nuevo escollo en el camino que puede hacer saltar por los aires los avances registrados tras largos meses de negociación.
El escollo es doble, pues por un lado está la decisión de Chiclana de descolgarse de la ampliación de la zona de crianza a la que aspiran las cooperativas; y por otro, el acuerdo de la principal cooperativa trebujenera –Virgen de Palomares– con una de las bodegas de Sanlúcar más beligerantes en el conflicto del ‘Bag in Box’ para seguir comercializando en el envase de cartón como ‘fino’ de Trebujena una conocida marca de manzanilla –La ‘E’–.
Ambos temas guardan relación, pues la cesión de la marca de manzanilla a la cooperativa de Trebujena se escuda en la concesión realizada en su día por el Consejo Regulador a los operadores de Chiclana, que amagaron en su día con abandonar la Denominación de Origen y a los que se permitió el uso de términos protegidos como ‘fino’, para comercializar sus vinos en ‘Bag in Box’, claro que para la distribución de estos productos de consumo casi exclusivo en el mercado local. En otras palabras, una cosa es lo que se debatió en su día en el pleno para autorizar a Chiclana y otra muy distinta el uso que ahora se está haciendo de esta prebenda en Trebujena aprovechando un resquicio legal.
La decisión de Chiclana, adoptada de común acuerdo por la Unión de Viticultores Chiclaneros y las cuatro bodegas de la localidad –Primitivo Collantes, Miguel Guerra, Vélez y Manuel Aragón ‘Sanatorio’– tiene su lógica, ya que aspiran a mantener el ‘status’ a través de una costumbre arraigada en la hostelería local, a la que se suministran desde hace casi dos décadas los vinos en ‘Bag in Box’.
El acuerdo de cesión de la marca de manzanilla a la cooperativa de Trebujena para preservar su comercialización en el envase de cartón, sin embargo, levantó ampollas en el sector, desde el que calificaron de oportunista una maniobra que, según se advirtió entonces, contrastaba con los intereses de Virgen de Palomares y el resto de cooperativas del Marco de lograr la equiparación de la zona de producción con la de crianza.
Aunque se trata de una treta legal, y de hecho al Consejo Regulador no le quedó más opción que autorizar las precintas para la manzanilla de Sanlúcar convertida en fino de Trebujena, otras bodegas con intereses en la manzanilla entienden que este tipo de estrategias, que consideran competencia desleal, confunden al consumidor, que en este caso traspasa las fronteras locales, pues la marca en cuestión de manzanilla convertida en fino tiene su parroquia fuera de la provincia, principalmente en Sevilla.
El tema es delicado, más aún después de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía contraria al uso del ‘Bag in Box’ en la Denominación de Origen, admiten fuentes cooperativistas. Según las mismas fuentes, pese a tratarse de una decisión empresarial en la que no se puede entrar, las cooperativas han trasladado al presidente de Virgen de Palomares su preocupación por la repercusión que esta medida pueda tener en la negociación del pliego de condiciones, por lo que le han solicitado que desista de seguir adelante con este proyecto que, además, puede poner en peligro la dispensa de la que disfruta Chiclana.
Se aleja la posible solución de los puntos calientes del Marco
Las organizaciones sectoriales mantienen los contactos para tratar de aunar criterios y, de hecho, los viñistas independientes de Asevi-Asaja abordaron ayer en su junta directiva las propuestas de las cooperativas, partidarias de extender la zona de crianza a la zona de producción y de mantener la comercialización de los vinos a granel.
Los viñistas –que aún no han definido sus líneas rojas aunque su prioridad pasa por garantizar un precio digno de la uva con la sustitución del pago por kilos por un sistema que premie la calidad de la materia prima–, y las cooperativas tratan de buscar un acuerdo para la defensa conjunta de sus intereses –en algunos casos diametralmente opuestos en las posiciones de partida a los de la patronal bodeguera Fedejerez– en la comisión, que se enfrenta a la dificultad añadida de tener que buscar el consenso para todos los asuntos que tiene sobre la mesa en bloque, no de forma aislada.
Pese a lo alejado de las posiciones de salida de los productores y las bodegas en algunos de los puntos en discordia, la negociación poco a poco iba dando forma a una posible solución, que alejan los últimos movimientos registrados dentro del sector cooperativista y que rompen con su pretendida unidad de acción. Ardua tarea la que tienen por delante.
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