Sergio Martínez hace triplete como mejor enólogo del mundo
Bodegas
l El enólogo de Lustau revalida el título por tercer año en el International Wine Challenge l Su premio se suma al trofeo ‘Campeón de Campeones’ de ‘Tío Pepe Cuatro Palmas’
El jerez no tiene quien le tosa. El ‘mejor vino del mundo’ y el ‘mejor enólogo de vinos generosos del mundo’ en el International Wine Challenge (IWC) –ahí es nada– llevan por bandera el sello de la Denominación de Origen del jerez, que vuelve así a coronarse con dos de los premios más célebres del prestigioso concurso londinense.
Al trofeo al ‘Campeón de Campeones’ (‘Champion of Champions Trophy’), que catapulta a ‘Tío Pepe Cuatro Palmas’ como el mejor vino de la competición, es decir, del mundo, pues al IWC concurre lo mejor de las principales regiones vinícolas del planeta, ya sean tintos, blancos, espumosos, fortificados..., se une el título de ‘mejor enólogo de vinos generosos del mundo’ (‘IWC Fortified Winemaker of the year 2019’), logrado por Sergio Martínez.
El enólogo y capataz general de Bodegas Lustau hace triplete, pues revalida por tercer año consecutivo un título que recogió en persona el martes por la noche en la gala de entrega celebrada en Londres, en la que el jurado destacó los sobresalientes resultados logrados por esta firma jerezana, un año más, la más laureada de España, con doce medallas de oro y dos trofeos a los mejores vinos de su categoría, además del mencionado título concedido a Sergio Martínez.
“Este reconocimiento es el broche de oro a los formidables resultados conseguidos por los vinos de Lustau en los principales concursos internacionales”, manifiesta el también 'mejor enólogo de España 2017' en un comunicado, en el que recalca que “cada año la competencia es mayor y ganar cada vez es más difícil, pero con el equipo de Lustau todo es posible”.
Jerez retiene, por tanto, al ‘mejor enólogo de vinos generosos del mundo’, mientras que el de ‘mejor vino también del mundo’ regresa a la ciudad tres años después, cuando recayó en otro vino jerezano de bandera, ‘Harveys VORS Amontillado’, antes de recalar en las dos siguientes ediciones en Champagne.
Precisamente, el mérito de este premio reside en la variedad y calidad de las muestras presentadas a concurso, que según González Byass, “que reúne las mejores referencias de todo el planeta que compiten para convertirse en el mejor vino del mundo”.
González Byass indicaba la víspera en un comunicado que este amontillado muy viejo “procede de una de las seis botas que permanecen desde hace 53 años en La Constancia Solera Museo de González Byass”, en la que “ha esperado más de medio siglo hasta que Antonio Flores –enólogo de la casa–, junto con la Master of Wine Natasha Hughes han recorrido la bodega en su búsqueda”.
Flores saborea las mieles del éxito con este premio en un concurso en el que la casa del Tío Pepe también tiene una trayectoria envidiable, pues en 2017 se alzó con el trofeo ‘Len Evans’ que reconoce a la mejor bodega en el lustro anterior. Además, Antonio Flores ha sido finalista en las últimas ediciones al título a ‘mejor enólogo de vinos generosos’, que también logró en 2016.
El trofeo ‘Manuel Lozano’, para un vino de Madeira
Antes que Sergio Martínez, el desaparecido Manuel Lozano, también enólogo de Lustau, logró un hito histórico tras lograr el título de mejor enólogo del mundo durante siete años consecutivos. Como homenaje a título póstumo, los organizadores del IWC instauraron el ‘Manuel Lozano Trophy’, que reconoce al campeón de los vinos fortificados y que en la edición de este año ha ido a parar a la vecina Portugal, en concreto a ‘Justino’s Madeira Terrantez 1978’.
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