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El Marco retoma la reforma de las reglas del juego del vino de Jerez

Bodegas

El Fino de Sanlúcar sigue siendo el principal escollo para modificar el pliego de condiciones

El pleno del vino solicitó el aplazamiento de la respuesta a los requerimientos hechos por Bruselas

Imagen de la sesión de constitución del nuevo pleno del vino, celebrada a principios de octubre. / Miguel Ángel González
Á. Espejo

21 de octubre 2020 - 06:30

Las organizaciones sectoriales del Marco de Jerez y el Consejo Regulador han retomado las negociaciones para tratar de cerrar la reforma del pliego de condiciones, el principal asunto que tiene el sector sobre la mesa y que quedó pendiente en agosto tras el aplazamiento de la respuesta al requerimiento de la Comisión Europea para resolver algunas incongruencias históricas de las Denominaciones de Origen del jerez y la manzanilla de Sanlúcar.

En concreto, Bruselas puso el foco en la necesidad de acabar con la disparidad entre zona de crianza y zona de producción, así como hacer lo propio con la dualidad entre la Manzanilla y el Fino de Sanlúcar, si bien en la reforma del pliego hay una tercera pata en liza, la de buscar una solución a la comercialización de los graneles.

Los vocales del vino acordaron en la sesión plenaria de agosto solicitar una prórroga a la Consejería de Agricultura con el compromiso de zanjar antes del 15 de diciembre la reforma del pliego de condiciones. En el encuentro celebrado ayer martes, que sirvió de primera toma de contacto tras el proceso electoral cerrado a principios de octubre con la constitución del nuevo plenario del Consejo y la elección del presidente, las partes aprobaron un documento base para el inicio de las negociaciones, así como el calendario de reuniones.

Organizaciones sectoriales, representadas por las cooperativas del Marco, viñistas independientes de Asevi-Asaja, la patronal bodeguera Fedejerez y la Asociación de Bodegas de Sanlúcar, y Consejo Regulador se han propuesto llevar a votación este capítulo, en el que llevan años inmersos, al pleno de finales de noviembre con idea de poder cumplir el nuevo plazo.

Antes, sin embargo, deberán salvar las diferencias que han impedido hasta la fecha sacar adelante la reforma del pliego, cuyo principal escollo sigue siendo la coexistencia en Sanlúcar de la crianza de vino Fino y Manzanilla, que las bodegas sanluqueñas defienden como un derecho histórico frente a la postura de Fedejerez, desde la que sostienen que todo lo que se cría en Sanlúcar debe necesariamente ser Manzanilla y, por tanto, aboga por acabar con el Fino de Sanlúcar.

El pleno del vino tiene el compromiso de dar una respuesta a Bruselas antes del 15 de diciembre

Las cooperativas, por su parte, ven difícil justificar la convivencia de ambos vinos, si bien abogan porque sea la propia Junta de Andalucía la que se pronuncie sobre el fondo de la cuestión y, en caso de que impere el abandono del Fino, establecer un periodo transitorio para facilitar la adaptación de las bodegas de Sanlúcar al nuevo escenario.

En las negociaciones previas, y tras la propuesta de Fedejerez de fusionar las Denominaciones del jerez y la manzanilla, los manzanilleros llegaron a solicitar a la Consejería poder contar con pleno propio para tener más independencia, si bien el resto del sector les dejó claro que para independizarse debían hacerlo con todas las consecuencias, es decir, como institución aparte, en otra sede y asumiendo sus propios costes.

Las posiciones sobre la disparidad entre la zona de crianza y la de producción están mucho más próximas, hasta el punto de que en la anterior ronda de negociaciones se daba prácticamente por hecha la equiparación de ambas, una vieja reivindicación de las cooperativas enclavadas fuera del triángulo de la zona de crianza que reclaman la posibilidad de comercializar sus vinos bajo el paraguas de la Denominación de Origen al estar sometidos a los mismo controles, cupos... que los criados en Jerez, El Puerto y Sanlúcar.

Más que las bodegas, que han suavizado su posición al respecto, la oposición a esta medida la encarnan los viñistas independientes de Asevi, que esgrimen que la equiparación supondrá la presencia en el mercado de más vino, con el consiguiente riesgo de depreciación de la uva. Las cooperativas, y también el Consejo, sostienen por contra que se trata de cantidades mínimas dentro de las ventas totales del jerez, por lo que entienden que no habrá grandes distorsiones del mercado.

En cuanto a la comercialización de graneles en los despachos de vino y su suministro a otros establecimientos, el reto, básicamente, es lograr un acuerdo con garantías de calidad y sanidad.

Unos y otros tendrán que ceder para cerrar la reforma del pliego de condiciones, no cabe duda, y la intención es mitigar los efectos colaterales de las decisiones que se adopten.

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