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Un bosque en la ciudad

El Zoobotánico esconde auténticas joyas verdes, desde las únicas en España hasta las que aún no están ni descritas

Un paseo entre el imponente ombú, el sabor a chocolate de las guabas y la uva de Namibia...

Paseo principal por la entrada al Zoo de la calle Taxdirt. / Reportaje Gráfico: Vanesa Lobo
M. Valero

29 de julio 2018 - 12:14

Jerez/Cerrar los ojos y sentir que te alejas del ruido, del olor a motor, de las sirenas. Cerrar los ojos y olvidar el móvil, las llamadas, las redes sociales y las alarmas. Cerrar los ojos en la calle y abrirlos en un bosque, un bosque que reúne las especies de la casa y las más raras del mundo. Y está en Jerez. Sí. Les invito a visitar el Zoológico elevando la mirada a las copas de los árboles, deteniéndose en los arbustos que rodean el hogar de los patos, que se dejen llevar entre las Guabas o que paseen por las recreaciones de los parques naturales de Grazalema y Alcornocales. Y está en Jerez, sí. Entren en el Zoo, están ya en el bosque.

"El parque es más conocido por el tema zoológico pero tiene su interés botánico y especies muy interesantes. Y sobre todo el conjunto. Una masa forestal como ésta, con más de 1.000 árboles de todos los continentes y con estas edades. Muchos de ellos tienen unos 150 años...", declara Íñigo Sánchez, biólogo conservador del Zoobotánico. El origen de este Parque se remonta a finales del siglo XIX. Tras la construcción del depósito de aguas en el año 1869 se ajardinan los alrededores del mismo y con la municipalización del servicio de aguas de Jerez en 1939 los jardines pasan a ser públicos. Catorce años después, en estos jardines se crea el Parque Zoológico y Jardín Botánico Alberto Durán.

"No hay muchos ejemplos como éste. En Andalucía está el parque de La Concepción en Málaga y pocos más parques equiparables por su masa forestal tan rica y diversa y tan bien conservada. Aunque aquí no hubiera animales, sólo por la riqueza botánica valdría la pena visitarlo", subraya Sánchez.

Comenzamos la particular ruta botánica a los pies de un ejemplar 'común' pero con un porte extraordinario de 149 años : "Este pino piñonero es una maravilla. Es una especie corriente pero ejemplares así no se ven mucho". Y junto a los pinos crecieron araucarias, cipreses y plátanos de sombra que quieren tocar el cielo.

Al municipalizar el servicio del agua resurgió el interés por traer especies interesantes, de otros lugares. Sánchez recuerda que en un vivero -en los terrenos que se quieren incorporar al Parque- había un jardinero de Valencia que "se trajo algunos árboles raros. No tenemos constancia, pero los hay en muy pocos sitios de España y uno de ellos es Valencia, por eso digo que lo tuvo que traer él". Uno de esos árboles 'raros' es el almez del Misisipi.

El biólogo se dirige ahora a un jabonero, un árbol que "destrozó" un temporal pero que ha echado rebrotes: "Es muy raro. Es un jabonero porque al frotarlo con agua echa espuma y se utilizaba para lavar. Durante muchos años los jardineros del Ayuntamiento no sabían exactamente qué árbol era, y el capataz de la cuadrilla que se llamaba Pérez, tenía mucho interés en coger semillas de este jabonero para propagarlo porque era muy raro". Tanto fue el interés del capataz que a este árbol se le conoce como el 'Jabonero Pérez'. "De las semillas de este ejemplar hay en Jerez unos 500 jaboneros por las calles. Es un árbol que da buena sombra. Este jardín también ha sido como un banco de pruebas de especies. Si se dan bien aquí, se intenta propagar y utilizarlas para las calles de la ciudad", señala Sánchez.

El jabonero y el jaboncillo, otra de las joyas con una gran historia. "Este ejemplar estaba al lado de la estación de trenes. Era una rareza porque en España debe haber poquísimos y en Jerez había una alineación de 5-6. Hubo una modificación de las calles y los iban a quitar. Se decidió intentar salvar algunos, y se trasplantó uno aquí y dos en Santa Teresa, que no sé si seguirán. Este ejemplar se salvó", recuerda el profesional.

Mientras que en el norte de África el araar es un arbolito pequeño, en Jerez "tenemos uno de 23 metros de altura. Probablemente sea el más alto que se conozca de su especie".

Al ser un bosquete en un entorno urbano y agrícola, el botánico es también refugio de fauna que no está en cautividad. Por ejemplo, en las palmeras washingtonia hay colonias del murciélago nóctulo mayor, el murciélago europeo más grande y especie amenazada. "Hay muy pocas colonias conocidas en España y aquí tenemos una, y probablemente la más grande del país. Llegan en mayo y se van en septiembre, no sabemos dónde pasan el resto del tiempo, pero aquí están", cuenta el biólogo, quien añade que "también hay cigüeñas, búhos, oropéndolas... especies que no se imagina uno que vivan en una ciudad pero gracias a esta masa forestal, aquí viven".

La Asociación Amigos del Jerez de los Árboles es un colectivo muy importante para el Parque, puesto que dona especies para ampliar la colección. Una de las últimas adquisiciones del Botánico gracias a esta entidad es un alcanforero - deja olor en las manos tras frotar sus hojas- que pronto estará en el nuevo itinerario botánico.

Algo inédito se encuentra en este gran jardín. Aún 'flacucho', pero con ganas de crecer hay un pimentero "que ni siquiera está descrito para la ciencia porque es un híbrido que ha obtenido el vivero jerezano de Juan López Reyes". "Este hombre cultiva el lentisco que es un arbusto autóctono con el pimentero de Brasil, y fortuitamente le apareció el híbrido. Cuando tengamos tiempo hay que hacer una descripción formal, proponer un nombre científico para él, que al ser un híbrido será una mezcla de los dos géneros, y el segundo nombre el que le pongamos, le diremos el 'Pimentero López'. Nos lo donó. Es un ejemplar único", muestra Sánchez.

Sin mucho presupuesto, las donaciones son siempre bienvenidas. Así ha llegado al Parque un argán, árbol endémico de Marruecos que ha crecido en Jerez gracias a las semillas que trajo un amigo del personal del Zoo. Y de Marruecos al Líbano. Un joven que viajó al país que limita al sur con Israel volvió a Jerez con unas semillas del cedro libanés: "Lo plantó en su casa y cuando el árbol tuvo un tamaño, nos lo trajo. Tiene un crecimiento lentísimo, lleva aquí 10 años y está muy pequeño, pero bueno, para que lo disfruten las generaciones venideras".

El lapacho rosado "es un árbol único. En Jerez no hay ninguno más. Cuando se pone en flor es un espectáculo. Es una de las especies del banco de pruebas que si se da bien aquí y produce semilla puede servir en el futuro para propagar la especie". Y también está el lapacho amarillo, un ejemplar con flores doradas que en febrero "parece entero dorado".

En la tierra de la uva, no podía faltar la parra. Pero en esta ocasión una vid de Namibia: "La uva está verde ahora pero después se pone roja y es muy áspera. No es venenosa pero no aconsejo que se pruebe".

Un paseo de piedra separa la recreación de los bosques autóctonos de la provincia dedicada al Parque de Grazalema y al Parque de Los Alcornocales. Y a pesar de que ahora no tiene ninguna flor, el árbol pata de vaca -la hoja tiene forma de huella de vaca- presenta una floración impresionante. Pata de Vaca para los españoles, porque los ingleses lo llaman Orchid tree (árbol de las orquídeas) porque cuando está con flores parecen orquídeas enormes.

Y la ruta llega a las guabas, árboles presentes en América del Sur. ¿En España? "Estos árboles -que se encuentran junto a los ejemplares de eugenia axillaris- son únicos en el país, que yo sepa. Un señor de Sudamérica que había venido a trabajar a Jerez un día vino por aquí, le gustaban las plantas y nos trajo las semillas. Me sabía mal decirle que aquí no iban a crecer porque pensaba que aquí se iban a helar, pero lo probamos. No había precedentes en España. Echamos las semillas en el vivero, vimos que crecían, los plantamos aquí y ya han pasado algunos inviernos y están grandes, sanos. Las vainas se comen, son dulces, como una algarroba", declara el experto.

El ciprés calvo o de los pantanos, el árbol de las llamas, el árbol botella... El parque tiene siete hectáreas y media con 400 plantas diferentes y más de 1.000 ejemplares. Entre ellas está el 'raro' árbol sombrero gracias, precisamente, a que Sánchez plantara las semillas al empezar a trabajar en el Zoo: "Tiene ya 25 años. Es muy alto y es el único en Jerez, salvo que alguien lo tenga en su casa y no lo sepamos, claro...". Muy cerca está el árbol serpiente, que su uso más frecuente es como planta de interior. ¿De interior?: "A las primeras jornadas andaluzas de Árbol y Cultura que organizamos en Jerez vino el mayor experto en flora exótica de España y nos comentó que la maceta que siempre habíamos visto en los viveros como planta de interior, realmente es un árbol grande. Nos puso una foto y dije que había que intentarlo aquí. Fui a comprar al vivero una planta pequeña y mira, ya lleva también varios inviernos y aguanta".

El ombú que vuelve a llevarme a la entrañable entrada de Taxdirt es simplemente espectacular. Es un árbol de Sudamérica, una especie escasa de madera muy blanda y que se quiebra muy fácilmente. "Ahora tiene frutos y si coge mucho peso puede caer. Los frutos se comen y este árbol es dioico y es femenino", relata el biólogo como curiosidades de este ejemplar.

Estas líneas son sólo un ejemplo de un itinerario botánico digno de conocer y disfrutar. Los retos para este espacio son claros para Sánchez: "Debemos ir mejorando la riqueza del parque, introduciendo especies nuevas y mantener todo lo que tenemos". Sí, no se extrañe. Todo está en Jerez. Y sí, está en el Zoo. Entren.

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