La bota del gasto y otras historias
El Rebusco
De antes y de ahora
Hechos y personajes
Este mes de noviembre nos traído, una vez más, dos acontecimientos muy importantes en torno al vino, la International Sherry Week, que cumple su decimoprimera edición, y el Día del Enoturismo. Los dos acontecimientos se desarrollaron entre los días del 4 y el 10.
Este año la Sherry Week tendrá una especial incidencia en el país del sol naciente, Japón, donde se van a desarrollar, como en anteriores ocasiones, un buen número de eventos, no solo en las grandes ciudades como Tokio, Osaka y Kioto, sino que se extenderá a otras poblaciones de su geografía. Un trabajo que desde Jerez ha coordinado uno de los miembros del equipo organizador, Tomoko Kimura, experta en nuestros vinos.
No olvidemos tampoco que del 8 al 9 se ha celebrado en nuestra ciudad las XXII Jornadas Bibliotecarias de Andalucía, teniendo como anfitrión a nuestra Biblioteca Municipal. Entre las actividades paralelas se ha montado en su sede una atractiva exposición que lleva por título Viajando hacia el sur, viajeros y viajeras por Andalucía.
No pocos de estos curiosos viajeros incluyeron Jerez en sus itinerarios, atraídos por la fama de sus vinos. De algunos de ellos hemos dado cumplida cuenta en nuestros Rebuscos. Una oportunidad para avalar lo que siempre hemos defendido, que Jerez si fue un lugar de destino elegido por estos singulares ‘turistas, o más bien pioneros del enoturismo, a pesar de las dificultades que entrañaba desplazarse hasta aquí hasta la implantación del ferrocarril.
Este contexto lúdico y cultural nos brinda para tratar de un variado de asuntos donde el jerez ha dejado su huella de una manera u otra. En torno a esa nota del gasto imaginaria nos reuniremos, como hacían los trabajadores de las bodegas, para relajarnos y aprovechar la ocasión de contar algunas anécdotas.
La bota del gasto
Según detalla César Saldaña en el apartado del glosario de su Libro de los vinos de Jerez, la bota del gasto era una ‘bota de distintos tamaños que se ponían a disposición del personal de la bodega para su consumo en cualquier momento de la jornada’.
Otra fuente especifica algo más, era una ‘vasija de vino cuyo contenido esta(ba) a disposición de los arrumbadores de una bodega para su consumo en cualquier momento’.
Una tradición que durante muchos años se mantuvo en las bodegas del Marco. Costumbre que quedo en desuso a finales de los `60, cuando se decidió dar una botella a cada trabajador cuando finalizaba su jornada.
La imagen más llamativa que ha llegado hasta nosotros es una postal promocional de la Casa Domecq tomada hacía los años `10 del siglo pasado por el fotógrafo sevillano F. G. Girón.
A mitad de los años `60 el fotógrafo británico John Tarlton (1914-1980), pasó por Jerez, donde fue atendido por Beltrán Domecq González, relaciones públicas de Williams&Humbert. Durante los días de su estancia pudo fotografiar diferentes labores de viñas y bodegas, que son un bello documento gráfico.
Después de la SGM, Turlton trabajó como fotógrafo profesional, documentando diversos aspectos del mundo rural. Sus fotografías aparecían regularmente en importantes revistas especializadas. como Shooting Times, The Field y Country.
Es el mismo Beltrán, acompañando una visita de damas inglesas, el que muestra la bota del gasto que se utilizaba en la bodega. Tal vez la misma que la que venos en la foto de Turlton.
En este punto, quiero traer a colación el comentario de unas imágenes que por un motivo u otro no pudieron acompañar entregas pasadas.
Recordar al fiel perro ratonero, Curri, que siempre acompañaba al bodeguero José Estévez, y que vemos reposando a sus pies en el retrato que les hizo el pintor Antonio Torres Bru.
Otro hallazgo de interés en estas últimas semanas ha sido la foto poco conocida de Lola Flores firmando en el frontal de una bota existente en el bar del hotel Los Cisnes. Está dedicada a don Emilio Jimena de Castro, dueño del hotel en ese tiempo, 1957.
El jerez tiene su presencia incluso en el arte del comic, es el caso de la famosa serie La marca amarilla, creada por Edgar P. Jacobs a finales de los años `40.
En una de las historias, con los personajes de Francis Blake y Philip Mortimer, el primero pide a su sirviente: ‘James, un whisky para el profesor y un jerez para mí...Sirvámoslo en la sala de fumadores’.
Mi plaza del Mercado
Sí, he de afirmar sin reparo que la plaza del Mercado es mía, pero de una manera sentimental, claro está. Hasta los 14 años fue mi lugar de esparcimiento y juegos compartidos con hermanos y amigos del barrio.
Preside esta histórica plaza el palacio de los Riquelme del siglo XVI, muestra relevante de la arquitectura plateresca jerezana, siendo una de las principales obras del Renacimiento en Jerez.
Desde la primavera de este año se ha estado trabajando en un plan de rehabilitación integral, con especial atención en magnífica fachada, que en 1879 fue fotografiada por Jean Laurent.
En cambio, es de lamentar el estado en el que se encuentran la conocida como Casa del Obispo, y la que fuera llamada popularmente casa del pantera, en referencia a su último inquilino, José Domecq de la Riva.
En la otra imagen, de los años `60 donde domina la silueta de la iglesia de San Mateo se observa algunos de los comercios tradicionales de barrio de aquellos años.
En la actualidad una gigantesca de telefonía distorsiona aquel paisaje desde hace ya meses sin que los responsables hayan hecho nada al respecto. Una dejadez lamentable que no tiene explicación.
De anuncios y etiquetas
Fundador se encamina para celebrar su tercer centenario en el 2030. Por este motivo queremos recordar dos de sus anuncios publicitarios que tienen un especial interés.
El del cognac Domecq, cuando aún se le conocía con este apelativo francés, con las figuras de dos monjes y breve poema que les acompaña
‘Pasemos dulce la vida.
Bebed, hermano, bebed
Porque es néctar y ambrosía
El cognac Pedro Domecq`.
El otro hace referencia al vermouth elaborado por Pedro Domecq en México.
Y a una figura emblemática de la independencia de México, al cura Miguel Hidalgo, es a la que las bodegas Carrasco y Cía. dedica su solera 1810. Junto al busto del personaje le rodea las banderas de los dos países. Una similar tuvo la compañía vinatera Alberto Romero, esta vez el amontillado selecto El Salvador representa al líder político Benito Juárez.
La poco conocida bodega de F. Durán exportaba para México, en tiempos de la Segunda República, su vino marca Gitano. Una etiqueta que, pasado el tiempo, se une a la tradición bodeguera de reivindicar nuestro folklore más internacional el flamenco en un fino extra dry de Díez Hnos. vendido en Italia.
Entre los curiosos documentos encontrados en los archivos de Díez-Lacave está el de un folleto de unas 20 páginas, fechado en 1910, y dedicado a su vino de consagrar Pureza, que recoge los parabienes de diferentes autoridades eclesiásticas para su difusión y consumo en México.
Cerramos este Rebusco con un anuncio que deja patente que las bodegas jerezanas tenían una gran capacidad para adaptarse a los nuevos medios de comunicación. Se dice que uno de los dos primeros teléfonos que se instalaron en Jerez lo adquirió una bodega.
Este anuncio de la empresa Granado y Mateos promociona su vinos finos y anisados de Jerez y Rute.
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