Así es la calidad del aire en Jerez
En 2023 aumentaron el número de días donde se superaron los umbrales máximos de emisiones
La Junta de Andalucía está revisando en la actualidad el plan de calidad del aire en Jerez que elaboró hace una década
Jerez y su asignatura aún pendiente con el transporte público
Aunque sigue por debajo de los máximos niveles de riesgo establecidos por las normativas tanto estatal como autonómica, la calidad del aire en Jerez empeoró durante el año pasado respecto a periodos precedentes. Así, lo recogen los informes que diariamente elabora la Junta de Andalucía de los datos que extrae de las estaciones que tiene situadas en el complejo deportivo de Chapín y en las inmediaciones de la Carretera de La Cartuja.
Las limitaciones de movilidad que provocó la pandemia del covid entre 2020 y 2022 contribuyó de manera decisiva a una mejora del aire que respiramos en la ciudad teniendo en cuenta que el mayor foco de contaminación continúa siendo la circulación de vehículos. En cambio, una vez recuperados los niveles de movilidad, las emisiones contaminantes han crecido y, por ende, ha empeorado el estado de la atmósfera.
Así lo atestigua que, de toda la información recopilada a lo largo de 2023, la calidad del aire fue razonablemente buena durante 204 días y ocho fue calificada como buena. En cambio, en 143 jornadas fue regular, aunque bien es cierto que en ninguno de los días fue desfavorable. Sin embargo, en 2022 el número de días con una calidad razonablemente buena fue de 267 mientras que 96 jornadas fueron calificadas como regular. La situación fue mejor, incluso, en 2019 donde se registraron 330 días con una calidad razonablemente buena y solo nueve con una calidad regular.
Jerez cuenta desde 2014 con un Plan de Mejora de la Calidad del Aire que ahora está en proceso de revisión por parte de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente. Ya se ha elaborado un borrador de la futura planificación donde Jerez se incorpora al resto de municipios de la Bahía de Cádiz y de la Costa Noroeste. El documento está actualmente en fase de consultas para la presentación de aportaciones por parte de la ciudadanía.
El diagnóstico
El borrador del Plan de Calidad del Aire de la Bahía de Cádiz y Jerez contempla datos recogidos hasta 2021. Ahora bien, la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente ofrece un seguimiento diario, mensual y anual de la calidad del aire con datos actualizados recogidos en sus estaciones. Y estos establecen que, aunque se cumplen con los valores límites de presencia de partículas (PM) y dióxido de nitrógeno (NO2), se ha producido un aumento del ozono troposférico (O3) en los últimos años, una situación extensible al conjunto del país ya que hay días en los que se han superado los niveles máximos —estos tres se reconocen en la actualidad como los tres contaminantes que más afectan a la salud humana—. De hecho, el incremento de este elemento ha conllevado que el número de días con una regular calidad del aire haya aumentado en Jerez y el conjunto de la Bahía en los últimos años.
El ozono troposférico es un contaminante secundario que se forma en la atmósfera generado fundamentalmente por las emisiones de gases de los vehículos donde la radiación solar influye notablemente. El plan explica que, dada la complejidad y diversidad de factores que intervienen en su formación, "dificultan el planteamiento e implantación de medidas eficaces para reducir sus niveles de concentración en el aire ambiente" por lo que se plantean medidas para tratar de reducir las emisiones de sus precursores como son los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles. Según el diagnóstico elaborado para el plan las mayores concentraciones de ozono se sitúan en la corona noroeste de la ciudad, así como en algunas zonas de la ciudad.
Mientras, las concentraciones de dióxido de nitrógeno se han detectado en el entorno del Parque González Hontoria y avenida Alcalde Álvaro Domecq. No obstante, hay que dejar claro los límites superados no suponen a día de hoy un peligro para la salud humana, tal y como se insiste en el estido. Asimismo, a tenor de los datos registrados en las estaciones de seguimiento, tampoco se han superado los umbrales máximos en presencia de partículas.
Según el Plan de Calidad del Aire, el principal foco de contaminación sigue siendo la circulación de vehículos, de ahí que se planteen en este borrador medidas ya conocidas aunque nunca ejecutadas para el fomento del uso del transporte público.
Las actuaciones
El Plan de Mejora de la Calidad del Aire plantea un escenario para los próximos años donde debe producirse una progresiva modernización y reducción del parque de automóviles en Jerez. Actualmente, según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) correspondientes a 2023, hay contabilizados unos 161.000, de los que unos 4.4.00 tienen el distintivo ECO y 1.177 el distintivo cero. Ahora bien, el organismo autonómico estima que los próximos cuatro años se podría reducir el parque móvil hasta situarse en los casi 142.000. En el caso de los turismos, aunque los vehículos tanto gasolina como diésel seguirían siendo mayoría, se prevé que unos 8.700 sean eléctricos o híbridos. Según los cálculos realizados para elaboración de este planeamiento, la progresiva renovación de los vehículos en la ciudad podría suponer hasta la reducción de hasta un 30% de las emisiones de dióxido de nitrógeno que se emanan en la actualidad en Jerez.
Por otro lado, el plan insiste en que la intensidad media diaria en el conjunto de la ciudad se podría disminuir en un 10%, como hipótesis conservadora, si se aplicaran medidas de fomento de la movilidad peatonal, el uso de la bicicleta y la mejora del transporte público, que podría contribuir a reducir hasta en un 50% las emisiones de NO2. Entre ellas se menciona la puesta en marcha de la zona de bajas emisiones (ZBE) en la zona de intramuros del centro histórico, un perímetro donde se limita el tráfico rodado para los vehículos más contaminantes. Por el momento, el Ayuntamiento de Jerez continúa sin implantar esta zona a la que está obligado y de la que ha recibido subvenciones estatales para acometer actuaciones urbanísticas y de movilidad.
Otra asignatura pendiente es la mejora del transporte público urbano. Son conocidos los problemas de la flota de vehículos que la integran, que arrastran numerosos problemas por su antigüedad, aunque ahora se ha iniciado un procedimiento de contratación para recibir 25 nuevas unidades —el Ayuntamiento ya cuenta con la oferta de una empresa—. Desde hace años también se habla de la necesidad de rediseñar la red de líneas de este servicio aunque, por el momento, no se ha hecho pública un borrador de propuesta.
En cuanto al resto de transportes públicos, y al igual que en otras planificaciones autonómicas sobre movilidad y transportes, se incide en la necesidad de reforzar los servicios de cercanías, la apuesta por realizar verdaderas apuestas para crear intercambiadores de autobuses (puntos donde coincidan el transporte interurbano y urbano) o plataformas reservadas para el transporte público que conecten las principales vías de acceso a la ciudad con las estaciones de autobuses.
A ello se unen otras medidas de carácter urbanística y ambiental que, a juicio de los redactores de este plan, también son necesarias para la mejora de la calidad del aire en la ciudad como es la creación de un bosque en La Canaleja, una intervención municipal que ya se está ejecutando.
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