"Ha sido un 'campanazo' para recordar que cada año hay un tifón muy mortífero"
Jorge Domecq. Embajador de España en Filipinas
El diplomático habla de un país sometido por las tragedias naturales. "Es el tifón más fuerte desde 1970"
Jorge Domecq Fernández de Bobadilla (Jerez, 1960) es embajador de España en Filipinas desde 2011. Pone así continuidad a su dilatada carrera diplomática, que inició en 1985.
–¿Cuál es la situación actual?
–En toda la zona centro afectada del país, con unos 11,3 millones de personas y 675.000 desplazados, la destrucción ha sido total. La intensidad de este tifón ha sido tres veces y media mayor que el Katrina. Hay pueblos barridos del mapa, sin nada en pie, sin comunicaciones... Esto imposibilita conocer realmente el número de víctimas.
–No hablamos de 10.000 muertos, ¿no?
–Las cifras oficiales facilitadas hoy (por ayer) son de 2.774 muertos y más de dos mil heridos. Creo que el recuento final será de miles de muertos, pero no sé cuántos. Pero la destrucción material ha sido enorme y hay que cifrar cómo van a organizar su vida. Naciones Unidas ha calculado una primera inyección económicas de 300 millones de dólares dentro de un plan de rescate de la zona.
–¿Ha llegado la ayuda humanitaria internacional?
–Ya empieza a llegar la ayuda humanitaria. En la madrugada del jueves llega el primer avión español con ayuda humanitaria. Nosotros ya hemos desplegado algunos equipos de emergencia que teníamos en el país.
–Siempre hubo buenas relaciones entre los países.
–España ha sido el país europeo que más ha destinado a Filipinas en ayuda humanitaria. Se le han concedido 26 millones de euros desde 2007 y, ahora, hemos estado ayudando durante años a combatir los casos de tragedia y apoyamos a las autoridades locales para que dispongan de protocolos que seguir en estos casos. A Tacloban llegó el primer equipo que llevó una planta potabilizadora portátil de agua, donación del Gobierno español.
–¿Cómo evolucionó el tifón?
– El núcleo del tifón dejó una estela de destrucción de cien kilómetros de anchura. Ha sido como el paso de una apisonadora. Es el número veinticuatro de los tifones que tenemos este año, pero el más fuerte del mundo ha sido, sin duda, este, que ha sido el más fuerte en Filipinas desde 1970.
–¿Se tomaron medidas?
–Hubo preparativos: se evacuó a mucha gente en la zonas costeras y gracias a eso, se ha reducido el número de muertes en muchos casos.
–¿Se ha abierto ya el debate en Filipinas sobre el calentamiento global?
–Esto ha sido un aviso indudable del clima. Ha sido un campanazo para recordar que, cada año, tenemos un tifón muy mortífero. En diciembre de 2011, un tifón dejó un millar de muertos en Mindanao. El año pasado, el tifón Pablo dejó unos mil novecientos muertos y ahora, este. Y veremos, porque la época de tifones acaba a mediados de diciembre.
–¿Cuántos residentes y turistas españoles hay?
–En la zona más afectada, la región de Bisaya, viven 645 residentes españoles. Pero la caída de las telecomunicaciones hace imposible saber cuántos faltan. Luego hay unos 15 turistas españoles a los que se está buscando [cinco de ellos fueron localizados a última hora de ayer]. Los teléfonos de la Embajada no paran. Pero es que el número es cambiante hora tras hora... En algunos casos, no han dejado el hotel donde están. Es como buscar una aguja en un pajar.
–¿Qué encuentra el turista español?
–Hay quien viene por tener lazos familiares con Filipinas, que hay muchos, y otros turistas que vienen a practicar surf o buceo.
– Creo que el agua potable allí es ahora oro. Se mata por agua.
–El agua es esencial; incluso en una inundación, paradójicamente, lo primero que se echa en falta es agua potable. Nosotros hemos instalado una red de plantas potabilizadoras portátiles, unas 15, que se usarán en esta crisis más las que vengan por avión.
–¿Cómo encuentra a la población?
–Están muy preocupados. Es que aquí llueve sobre mojado. Han tenido un enfrentamiento muy grave con la guerrilla mora que ha fracturado la sociedad; luego ocurrió un terremoto en Bohol, de una intensidad de 7,2, que ha destrozado todo su patrimonio artístico, incluidas iglesias españolas del XVII. Y ahora, este supertifón.
–¿Hay censura en la televisión?
– En Filipinas no hay censura alguna de lo que ocurre. Estamos en la democracia más antigua de Asia.
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