Las caricaturas del duque

El Rebusco

Visto por la prensa satírica de la época

Una biografía en viñetas

Tipos de verano’, por Sileno, en Gedeón 1902.
José Luis Jiménez García

02 de septiembre 2024 - 06:01

El personaje del jerezano Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez de Castro (1850-1906), duque de Almodóvar del Río es un personaje al que no se le ha prestado mucha atención, y sin que ningún historiador local le haya dedicado una biografía.

A manera de segunda entrega hemos querido tratar en exclusiva las numerosas caricaturas de las que fue objeto entre 1894 y 1906.

Unas 50 de ellas que hemos ido entresacando de las páginas de la prensa satírica de aquellos años: Gedeón, Cut- Cut, Revista Moderna, Don Quijote, El Calínez. Seguramente, habrá otras más que por falta de tiempo nos ha sido imposible consultar.

El duque de Almodóvar: ‘Ni chuparse el dedo en las reuniones diplomáticas’.

Del libro de Mercedes Otero Fernández, La política gaditana y jerezana en la prensa satírica, 1874-1923 (UCA, 2003), podemos aplicar algunas de sus palabras de la introducción sobre la prensa y la caricatura en el periodo de la Restauración Borbónica a la hora de estudiar la realidad política de ese periodo ‘bajo otra fisonomía, otra forma de ejercitar la crítica que cada vez va tomando más interés para el investigador debido a su intenso contenido’.

A cuesta con el nuncio del Vaticano, Don Quijote, 22 de agosto 1902.

Político liberal

Era hijo de Isabel Gutiérrez de Castro y Cossío y de Antonio Sánchez Romate. Licenciado en Derecho alternó sus actividades como abogado con la política.

Según María José Ramós Rovi: ‘la figura de este político liberal resulta crucial a la hora de comprender la historia política española del último tercio del siglo XIX y de principios del XX. Su presencia en las altas esferas de la política desde el comienzo de la Restauración le convierte en pieza clave de la historia de España’.

Como un ángel sosteniendo en una bandeja la zona norte de Marruecos, 1906.

Contrajo matrimonio en Córdoba el 10 de febrero de 1872 con Genoveva de Hoces y Fernández de Córdoba (1856-1906). VIII duquesa de Almodóvar del Río y VIII marquesa de la Puebla de los Infantes (1852 –1906), 

Del brazo del representante del Vaticano, cardenal Rampolla, en Don Quijote, 1902.

En 1879 se presentó en los comicios generales, y salió electo por la circunscripción de Córdoba, ciudad natal de su mujer. En esa legislatura fue vicepresidente de la séptima sección del Congreso. En las elecciones generales de 1881 fue elegido con una amplia mayoría por el distrito de Priego de Córdoba (Córdoba) y representará a la localidad gaditana de Jerez de la Frontera, ininterrumpidamente, desde 1886 hasta 1905. En la legislatura de 1888-1889 fue nombrado tercer vicepresidente del Congreso y presidente interino de la Cámara, en 1893.

Portada de Gedeón, ‘El concordato’, por Sileno, 14 de agosto de 1902.

En marzo de 1898 se celebraron elecciones generales y Juan Manuel Sánchez mantuvo el escaño por el distrito gaditano de Jerez de la Frontera. 

En plena guerra con los Estados Unidos, Sagasta requirió los servicios de Sánchez y Gutiérrez de Castro para asumir la cartera de Estado del 24 de mayo de 1898 al 4 de marzo de 1899. 

En una pose poco habitual, Don Quijote 19 septiembre de 1902.

La guerra concluyó con la firma del Tratado de París, el 10 de diciembre de 1898, donde el duque ejerció de representante del gobierno español.

De nuevo, Sagasta asumiría las riendas del Ejecutivo y llamaría a Sánchez y Gutiérrez de Castro para hacerse cargo del Ministerio de Estado, que desarrollaría del 6 de marzo de 1901 al 19 del mismo mes de 1902; del 19 de marzo al 17 de mayo de 1902; y del 15 de noviembre al 6 de diciembre de 1902. 

Con cuerpo de jirafa caricaturizado en una revista catalana, Josep Robert, 1902.

Tras la muerte de Sagasta, Segismundo Moret y Prendergast participó en las luchas por la dirección del partido liberal, y en diciembre de 1905 asumió la presidencia de Gobierno manteniendo a Sánchez Gutiérrez en la cartera de Estado. Asumió la presidencia del Ministerio de Estado del 1 de diciembre de 1905 al 9 de junio de 1906 y del 9 al 23 de junio de 1906. Como miembro del cuerpo diplomático representó a España en la Conferencia de Algeciras en la que se dieron cita los representantes de Francia, Alemania y Gran Bretaña, además de España, el 16 de enero de 1906, con la finalidad de decidir el destino de Marruecos.

Tocando la pandereta de la paz.

Fallecería a los pocos meses de firmados los acuerdos, el 23 de junio de 1906.

El duque de Almodóvar del Río siempre había rechazado en vida cualquier recompensa por el cumplimiento de su deber, lo que fue óbice para que el Rey Alfonso XIII dirigiera el siguiente telegrama a su madre: “Al firmar hoy la ratificación del Tratado Internacional de Algeciras, he decidido perpetuar la memoria de su ilustre hijo, concediendo para Vd., con la misma fecha, el título de Duquesa de Algeciras. Alfonso”.

En la ciudad de Algeciras una calle está rotulada en su recuerdo, circunstancia que no se da en su ciudad de nacimiento.

Detalle de la portada de El Calínez, 1898.

Sánchez Romate

La prensa del 10 de marzo de 1899 se hacía eco del comunicado de los sindicatos exportadores de vinos de Cataluña, Aragón y Valencia, y las asociaciones gremiales de Málaga y de Jerez de la Frontera en el cual se anunciaba la designación por unanimidad, para tomar parte de la Junta Permanente del Comercio de exportación al señor Duque de Almodóvar del Río, ex-ministro de Estado y exportador de vinos de Jerez, y al señor don Pedro G-Maristany, presidente del Sindicato de Exportadores de vino de la capital.

En Gedeón, 1906, vestido con chilaba y fumando con un narguilé.

El nombre de las personas a quienes los exportadores de vinos de España han confiado su representación, es una firme garantía de que han de defender con acierto en el seno de aquella Junta los intereses de la exportación de vinícola.

Almodóvar y el poeta

Cuando en mayo de 1898 Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez de Castro fue nombrado por Sagasta como ministro de Estado, éste tuvo que asumir la ingrata tarea de hacer importantes cambios en el Ministerio.

El duque fue un político de brillante carrera, más de corta estatura. 

Para ello llevó a cabo una reestructuración del ministerio, jubilando personal, suprimiendo puestos y creando otros. 

Entre los afectados estaba Manuel del Palacio y Simó, al que cesó del puesto de jefe de sección del Archivo y Biblioteca. 

La cuestión de Marruecos dilucidada en un partido de futbol, por Xaudaró, 1904.

Además de esas funciones Don Manuel era académico de la Lengua, periodista, diplomático, escritor... y poeta satírico. La venganza no se hizo esperar, y se la juró, pues al poco tiempo todo Madrid reía con el poema que le había dedicado con mucha guasa:

La llaman grande y es chico,

fue ministro... porque sí,

y en cuatro meses y pico

perdió a Cuba, a Puerto Rico,

a las Filipinas y... a mí.

El Concordato

Para conocer someramente la implicación del duque en este asunto nos remitimos al trabajo de Vicente CárcelUn siglo de relaciones diplomáticas entre España y la Santa Sede (1834-1931), publicado en el número 25 de Anales de Historia Contemporánea (2009).

Los varios Gobiernos presididos por Práxedes Mateo Sagasta, desde las últimos años del siglo XIX hasta los primeros del XX, expresaron el propósito de abrir negociaciones con la Santa Sede con el fin de obtener una reforma parcial del Concordato, ya que las dificultades económicas del momento imponían al Gobierno la necesidad de introducir una profunda reducción en el presupuesto de todos los ministerios, y sobre todo en el del culto, que era, a su juicio, desproporcionado a las posibilidades económicas del país.

Caricatura de Sileno, en una postal de serie sobre políticos.

El deseo de obtener de la Santa Sede las modificaciones del Concordato indicadas, fue manifestado expresamente en la nota del Gobierno español al cardenal Mariano Rampolla del 30 de septiembre de 1901, a propósito del decreto sobre las Congregaciones religiosas emanado por el Gobierno el 19 de aquel mes.

Estos documentos fueron examinados por los cardenales en la congregación del 12 de diciembre de 1901, en la que decidieron esperar una petición oficial de la Santa Sede para la modificación del concordato.

El proyecto gubernativo no fue adelante y la cuestión concordataria quedó aplazada indefinidamente.

La Conferencia Algeciras

La Conferencia Internacional de Algeciras tuvo lugar en esta población gaditana del 16 de enero al 16 de abril de 1906.

El objetivo de la misma fue solucionar la llamada Primera Crisis Marroquí que enfrentaba a Francia con Alemania. Dicha crisis había surgido en 1904 con motivo del acuerdo que habían suscrito Francia y España con el visto bueno del Reino Unido para delimitar las zonas de África sobre las que dichas potencias coloniales ejercerían su dominio.

En Gedeón, con un porrón de vino de Sánchez Romate, 1898.

Los alemanes mostraron su disconformidad con dicho acuerdo. El káiser Guillermo II exigió la convocatoria de una reunión de las potencias involucradas.

Se eligió Algeciras por estar equidistante entre Madrid y Rabat, bien comunicada por tren y por barco, y contaba con ‘el mejor y más caro hotel’, el Reina Cristina.

El duque de Almodóvar jugaría un papel relevante en las negociaciones y la firma del tratado, acaparando muchas páginas de la prensa generalista como de aquellas más críticas con el gobierno.

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