El caso de Antonio

A la vuelta de la esquina

Francisco Reinoso

09 de noviembre 2011 - 08:58

Antonio vive en Cuartillo. Acudió a catequesis y pude hacer el seguimiento de su vida desde pequeño. Su madre lo apoyó en los estudios primarios como pudo y supo. Ya muy joven engendró su primer hijo. Dejó los estudios en la época dorada de la construcción. Se ubicó en casa de sus padres adecuando el cuarto de los aperos de la huerta. Su padre dejó el trabajo en el campo y se marchó a la construcción. De los primeros abundantes sueldos que ganó, Antonio se compró un buen coche, que era un instrumento de trabajo para ir a la construcción en la costa gaditana. Lo compró a través de un préstamo en una caja de ahorros. No tiene hipoteca. Terminada la expansión de la construcción, se quedó en paro. Su padre también lo está. La mujer de Antonio, no más de 25 años, se ha marchado.

Fue criticado por algunos vecinos porque consideraban que tendría que haber ahorrado para los momentos malos. Hace chapuzas para ayudar a la manutención del niño.

La función de las entidades financieras es prestar dinero ajeno para consumo e inversiones.

Como contraste con la historia de Antonio, accedemos al informe publicado por el sindicato de entidades financieras de Comisiones Obreras, COMFIA, sobre las remuneraciones en bancos, cajas de ahorro y rurales: http://www.comfia.net.

Los intereses no pagados en los préstamos y la poca garantía de recobro en concederlos, los pagamos los ciudadanos, teniendo los ahorros, si los hay, en cualquier tipo de entidad financiera. Es la bancarización de la sociedad.

Son 1.062 millones de euros en créditos concedidos a altos directivos de las entidades financieras, de dudoso recobro y bajo interés, concentrados fundamentalmente en cajas de ahorro. La cúpula de algunas cajas aprovechó su conversión obligada en banco para multiplicar sus remuneraciones, con el permiso y conocimiento del Gobernador del Banco de España. Sí, ese señor que siempre habla de bajar salarios y facilitar el despido.

Las cajas recibieron del FROB y del FGD más de 21.000 millones de euros y a pesar del descenso de los beneficios, o las quiebras, la remuneración de los altos cargos es de 190.000 euros de media. En banca es de 670.000 euros de media. Los pagamos los ciudadanos en el precio de los préstamos y servicios.

En los últimos seis años, la remuneración de los altos cargos de la banca creció un 69%; en cajas un 80%. El beneficio en cajas descendió un 7 % en el mismo periodo.

¿Quiénes deben pagar la crisis?, ¿quiénes deben admitir la dación en caso de impago de los pisos, los coches, los televisores de plasma? Pues creo que los altos directivos de banca, ahorro y rurales. Con las corruptelas en los auto-préstamos, con los aumentos de sus retribuciones, con sus blindajes ante ceses, con la opacidad de sus retribuciones en efectivo y en especie, son los culpables de la crisis. Pues que la paguen ellos.

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