Manual del autónomo para sobrevivir al coronavirus y no quebrar en el intento
Crisis del coronavirus
El economista jerezano Eduardo Flores, CEO de 'Mi director financiero', ofrece a las empresas una serie de pautas frente a la paralización económica por la crisis del coronavirus
“Qué hago y por dónde empiezo”, las preguntas que más se repiten los grandes olvidados por el Gobierno
La decepción y la impotencia aflora en estos días entre los autónomos y pymes, los grandes olvidados, una vez más, por el Gobierno, cuyas medidas para paliar el impacto económico de la crisis del coronavirus dejan en la estacada al colectivo.
Mientras los países del entorno como Francia, Italia y Portugal no han dudado en acudir al rescate de las empresas para evitar su quiebra y que millones de trabajadores se queden en el paro por tiempo indefinido, el Ejecutivo de Pedro Sánchezpone contra las cuerdas a más de tres millones de autónomos por la ambigüedad y vaguedad de sus medidas de corte económico.
Eduardo Flores, CEO de 'Mi director financiero', tiene entre sus clientes a pequeños empresarios y trabajadores por cuenta propia que, con la misma frecuencia con la que las autoridades sanitarias piden a la población lavarse las manos, le repiten las mismas preguntas: ¿Qué hago? y ¿por dónde empiezo?.
La mayoría de los empresarios no está preparada para un escenario de ausencia total de trabajo y actividad, y nadie ha dicho que la solución vaya a ser fácil, pero en estos momentos de pánico, y dado que el Gobierno ni está ni se le espera, Flores recomienda mantener ante todo la calma, para tener la mente fría y poder afrontar el tsunami económico que se avecina.
Ante la angustia que genera entre sus clientes el handicap del COVID-19, este autónomo jerezano licenciado en Economía ofrece una serie de pautas que ayudan a medir los riesgos antes de tomar decisiones a la ligera que puedan convertirse en un lastre de por vida.
“La situación es trágica para muchos autónomos y pymes; hay mucha desinformación y mucha confusión, y las medidas del Gobierno, que están cogidas con pinzas, no ayudan a mantener la calma para pensar en frío qué hacer y cómo hacerlo”, explica el responsable de 'Mi director financiero', autor de una suerte de manual de cómo sobrevivir empresarialmente al coronavirus, que ha decidido compartir a través de sesiones abiertas en Instagram (@midirectorfinanciero), a fin de que cualquier pequeño empresario o autónomo pueda poner en orden sus cuentas para ver con claridad hasta cuándo y cómo puede aguantar.
En la primera sesión, a principios de la semana pasada, Eduardo Flores explicó cómo hacer un plan de tesorería en la actual coyuntura, en la que recomienda una visión cortoplacista para asegurar la liquidez de tres a cinco meses y evitar la suspensión de pagos.
En esta fase, al margen de conocer la disponibilidad bancaria, es fundamental asegurar los cobros pendientes –ojo con las excusas, que según Flores, las habrá de todos los colores– y atender los pagos a proveedores que sean ineludibles. "Si quieres que te paguen, tienes que pagar", subraya.
También toca reducir gastos superfluos y, o bien ampliar las líneas de crédito para inyectar liquidez a la empresa o, si se tienen créditos vivos con entidades bancarias, negociar periodos de carencia para liberar recursos.
Finalmente, y no por ellos menos importante, está la decisión de qué hacer con los empleados, que no puede tomarse a la ligera si se quiere garantizar la viabilidad futura de la empresa.
La segunda sesión, celebrada el pasado miércoles, versó sobre las ayudas a las que pueden acogerse los autónomos, siempre bajo la premisa de tratar de evitar la quiebra. Por un lado está la línea de avales del 80% de préstamos bancarios, pensada para los que tienen claro que mantendrán su actividad y pueden endeudarse;por otro, la ayuda extraordinaria del cese de actividad, también conocida como el paro de los autónomos, que tiene miga. Flores la define como una “ayuda trampa”, pues sólo los negocios que han cerrado forzosamente sus puertas por el estado de alarma pueden acogerse en el presente mes de marzo, no así la mayoría de los autónomos, pues tendrían que haber sufrido una caída de ingresos del 75% en febrero, cuando la emergencia sanitaria brillaba por su ausencia.
La trampa en cuestión le va a salir cara a los autónomos, que el próximo 31 de marzo tendrán que rascarse el bolsillo para pagar la cuota mensual pese a la ausencia de ingresos desde mediados de mes, cuando se decretó el confinamiento en los hogares.
Tras el éxito de las dos primeras entregas, Flores impartirá el próximo lunes la tercera sesión, en la que abordará las opciones de cese temporal o cierre total, ninguna de ellas exenta de riesgos y costes. He aquí el dilema.
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