Cierra 'Alboronía' en Jerez: "Demostramos que las cosas se podían hacer de otra manera"

Los propietarios del reconocido restaurante de la calle Gibraleón se toman un largo descanso, con las miras puestas en nuevos proyectos de futuro

De la A a la Z: Veinte palabras que pertenecen al vocabulario 'made in Jerez'

Víctor Marín, junto a 'Alboronía', tras su cierre.
Víctor Marín, junto a 'Alboronía', tras su cierre. / Vanesa Lobo

Las puertas del restaurante 'Alboronía' en Jerez se cierran definitivamente. Así lo decidieron a finales de diciembre sus dueños, Adelina Pandelet y Víctor Marín, que traspasan el negocio para hacer un parón de cara a nuevos proyectos de futuro y descansar. "Yo creo que la hostelería tiene dos extremos: es muy gratificante, nos encanta dar de comer a la gente, ver sus caras de satisfacción, el servicio era bueno, todo estaba muy rico, hemos fidelizado a muchos clientes, incluso extranjeros, tenemos muchos seguidores en las redes... Ese es el lado positivo, que nos encanta. Pero luego está el lado que es muy sacrificado: muchas horas, durante mucho tiempo, la cabeza nunca para, ni tan siquiera en los días de descanso. Es tu negocio y no dejas de pensar".

Por ello, han buscado hacer "el descanso del guerrero. Estamos cansados y necesitamos parar una temporada, cambiar de aires y estudiar las ideas que tenemos. No hay nada cerrado aún, pero sí será algo de restauración, aunque no podemos avanzar aún el estilo. 'Alboronía' es una comida especial que conllevaba muchísimo trabajo, no es una olla de la que sacar cucharones y ya está", explica Víctor.

Se cierra literalmente una puerta, "pero con ilusión se abren otras. Nosotros hemos salido de diversas situaciones, ya hemos montado tres negocios: primero 'Alboronía' en Alcalá de Guadaira, que trasladamos a El Zoco en Jerez; y desde 2018, en la última ubicación, en la calle Gibraleón. Hemos superado la crisis financiera, el COVID... Siempre hemos salido de todo y esto es un cambio, abrir un poco el campo". En El Zoco, las colas de clientes llegaban hasta el exterior, sobre todo, en los espectáculos de flamenco que celebraban en verano. "Ahí nos dimos cuenta del volumen de gente que teníamos", recuerda Víctor. Mucha de esa clientela siguió fiel a 'Alboronía' en su última ubicación de Gibraleón.

'Alboronía', esta palabra tan sonora y bonita que habla del origen de la receta de pisto (que tiene más de ocho siglos de antigüedad), ha tenido siempre como misión la búsqueda en el mundo andalusí de los platos andaluces tradicionales. "Mi mujer es una amante de la cocina y esa búsqueda le apasiona. Lo estudia e investiga todo al respecto". El nombre del restaurante lo guardarán con mimo, aunque aún no saben si lo utilizarán para algunos de sus proyectos.

Los cambios gustan a esta pareja de emprendedores y se lo toman como algo emocionante. "El 99% de la gente se iba encantada, flipada, de 'Alboronía'. No encuentras otra cosa en Jerez así. Fuimos los primeros que acortamos la carta y que estuvimos cuatro años sin poner ensaladilla, a pesar de que nos llamaban locos (ríe). Demostramos que las cosas se podían hacer de una manera distinta y eso me gustó mucho. Nadie nos ha imitado. La experiencia ha sido única. El conocimiento ya lo tenemos para siempre".

Víctor habla del futuro del local de 'Albornía', donde estaban de alquiler, y que el dueño pone como condición que el nuevo inquilino abra un restaurante, nunca un bar de copas.

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