La ciudad de los deportes
Jerez, tiempos pasadosHistorias, curiosidades, recuerdos y anécdotas
Jerez ha sido desde siempre una ciudad pionera en la práctica de los más diversos deportes: carreras de caballos y de galgos, polo, tenis, tiro de pichón, ciclismo...El marqués de Torre-Soto con el equipo de polo formado exclusivamente por sus hijos y un nieto, que actuaba de árbitro, en 1927.- Archivo Histórico González Byass.
NO hace mucho, en esta misma página semanal, nos ocupábamos de la afición ciclista jerezana que hizo posible que nuestra ciudad tuviera un velódromo, a principios del pasado siglo XX, organizando el Veloz Club de Jerez numerosas excursiones y pruebas ciclistas a pueblos de la costa y de la sierra, incluso hasta el mismo Sevilla, con intercambio de corredores sevillanos.
En el ciclismo Jerez sería pionera, pero también lo fue en otros deportes, como carreras de caballos y de galgos, polo, tenis, tiro de pichón, etc. Por ello, lo mismo que Jerez ha sido llamada, y con razón, la ciudad del vino, del caballo, y del flamenco, por antonomasia, también sería justo que se la llamara la ciudad del deporte, o de los deportes, porque aquí nacieron, en España, algunos de ellos, gracias a la gran afición de algunos de sus hijos por las prácticas deportivas.
El deporte más antiguo practicado en Jerez, desde tiempo inmemorial, sería el de las carreras de caballos, que se realizaron en distintos puntos de la ciudad y de sus alrededores; corriendo caballos, entre otros lugares, desde San Agustín a la Alcubilla y hasta la Segunda Platea; así como en la Corredera y en la plaza del Arenal. Pero el primer hipódromo del que dispusieron los aficionados, para correr caballos, al estilo moderno, estuvo instalado en Caulina, donde comenzó a funcionar los días 21 y 22 de febrero de 1868. La gran animación de las carreras en este primer hipódromo que tuvo Jerez, daría lugar a que, en dicho sitio se estableciera la llamada Feria de Caulina, anterior a la construcción del Parque González Hontoria.
Este año de 1868 sería muy propicio, además, para la puesta en práctica de otros deportes en nuestra ciudad, como veremos más adelante.
De momento, y siguiendo con las carreras de caballos, digamos que el segundo hipódromo que tuvo Jerez, fue la Pista de San Benito, propiedad del Ejército que, acertadamente sustituyó, en los años cuarenta del siglo XX, al viejo y lejano hipódromo de Caulina. En una y otra época, las carreras de caballos en el hipódromo serían generalmente organizadas por la sociedad Jockey-Club, fundada en el citado año de 1868, que sería la segunda de este tipo que se creara en España; más tarde galardonada con la denominación de "real", por lo que se convirtió en el Real Jockey Club, siendo uno de sus últimos presidentes, sino el último, que nosotros recordemos, don Bernabé Rico Cortés, uno de los hombres que más hicieron, en los últimos tiempos, por el deporte hípico en Jerez. Otro hipódromo existió en la carretera de Sevilla, a la altura de donde hoy está Hipercor, más o menos, según todavía algunos recuerdan.
Pero, como decimos, en 1868 Jerez sería pionera en otros deportes, como el polo, por ejemplo. Contando la historia que, en ese año, el primer marqués de Torre-Soto, don Pedro Nolasco González Soto, después de haber asistido por vez primera en su vida a un partido de polo, en la ciudad inglesa de Wadhurst, en la finca de un amigo español, llamado Cristóbal Murrieta, a su vuelta a Jerez, entusiasmado con lo que había visto, constituye una sociedad para la práctica de dicho deporte, consiguiendo dos años después que, por vez primera, se celebre en España un partido de polo. Y desde entonces a la fecha, el polo no ha dejado de practicarse en nuestra ciudad, siendo considerados de los mejores del mundo los polistas jerezanos. Y aquí podría citar algunos nombres, que voluntariamente omito, para no olvidarme de otros.
El marqués de Torre-Soto habría de fundar, además, en el otoño de 1894, la Sociedad de Carreras de Caballos Montados por Caballeros, logrando reunir para ello a cuarenta socios que aportaron la importante cantidad (entonces) de 50 pesetas cada uno; y organizando sus propias carreras, independientemente de las que celebraba el Jockey-Club; por lo que a finales del XIX las carreras de caballos, en Jerez, estaban a la orden del día, y era rara la festividad en la que no se organizaban por unos u otros. Torre-Soto puede considerarse el mayor deportista jerezano de todos los tiempos, pues además fue uno de los primeros que pasearon por Jerez montado en los velocípedos, que aún se conservan en las bodegas de González Byass, como recuerdos de aquella época.
El Club de los sombreros viejos
En el mismo año 1868 se funda en nuestra ciudad con el nombre de "Gun Club" la que luego sería Real Sociedad de Tiro de Pichón, que celebraría su primera junta de socios en 26 de agosto de 1869. Su reglamento, aprobado en 1871, contenía las mismas bases de tiro que el del Gun Club de Londres.
Según una vieja leyenda, este sport nació en Inglaterra, entre los años 1820 y 1930, aunque hasta 1856 no se creó en dicho país el primer club de tiro de pichón, fundado por el conde de Stanford con el nombre de Old Hats, o Club de los Sombreros Viejos, en una taberna así llamada, existente en las cercanías de Londres. Según la leyenda, los sombreros viejos se utilizaban en principio para tapar los hoyos donde se colocaban las palomas que, al tirar de una cuerda atada al sombrero emprendían rápidamente el vuelo.
A finales de 1831, dicho deporte fue introducido en París, creándose poco después, en la capital francesa, la Sociedad del Bosque de Bolonia, que presidiría el marqués de Mornay.
A finales del XIX se fundó también en Jerez el Círculo Lebrero, más tarde igualmente calificado de "real", formado por un grupo de jóvenes sportmans, aficionados a las carreras de liebres y de galgos; siendo muy famosas las carreras de galgos que antiguamente se celebraban en esta ciudad; así como los nombres de algunos de dichos canes y los de los propietarios de los mismos. A principios del siglo XX ya existe constancia de estas carreras y de la existencia de una Real Sociedad Galguera, para el fomento de este deporte.
El tenis, otro gran deporte jerezano
Y sobre finales del mismo siglo, parece que el gran deportista marqués de Torre-Soto, introduce en Jerez otro deporte que habría de tener muchísimos adeptos; y que importa directamente de Inglaterra, como había hecho anteriormente con el polo y las carreras de caballos, montados por caballeros. Nos estamos refiriendo al tenis sobre hierba, que eso es lo que significa el nombre de la nueva sociedad deportiva, 'Lawn Tennis Jerezano', en cuya directiva figuraban algunos bodegueros ingleses, así como miembros de la familia Isasi, uno de los cuales, don Enrique Isasi González era secretario de la sociedad, en 1930; figurando aún como presidente el marqués de Torre-Soto, que moriría con más de noventa años, en la década de los cuarenta.
Precisamente, sobre este año de 1930, detectamos en nuestra ciudad, la existencia de un equipo de fútbol, denominado 'Jerez Balompié', que tenía su sede en una casa, con entradas por calle Medina 5 y calle Arcos 4. El presidente del club era don Francisco Guerra Tenorio y secretario el periodista y autor teatral jerezano, don José Arias de la Orden.
Todo esto, independientemente de las numerosas sociedades cinegéticas de aficionados al arte de la caza, que siempre existieron en Jerez y de las riñas de gallos, que también fue considerado un sport muy nuestro, en tiempos pasados; llegándose a celebrar numerosas quimeras, en un reñidero que hubo tras la capilla de las Angustias, a la entrada de la calle Porvenir, y en otros varios que existieron, en otros puntos de la ciudad, como el famoso de la tienda de 'El Embrujo', en la calle de la Liebre, e incluso hasta en el interior del propio Real Alcázar, auspiciado por el duque de San Lorenzo.
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