Coag-Cádiz logra un ahorro del 50% de agua de riego en invernaderos

COAG-Cádiz ha presentado los resultados de un estudio realizado en invernaderos de la Costa Noroeste que entre sus conclusiones, certifica el ahorro del 50% del agua de riego, todo un logro en tiempos de sequía.

Los resultados de este estudio han sido presentados durante la jornada técnica sobre 'Prácticas agroecológicas para cultivos más sostenibles en invernadero', organizada el pasado viernes por la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas de Cádiz en el centro Ifapa de Chipiona.

Durante esta jornada, a la que asistieron agricultores de distintas comarcas de la provincia de Cádiz, Miguel Pérez, secretario general de COAG-Cádiz, Yolanda Gil, responsable técnica del proyecto ‘Prácticas de lucha sostenible contra plagas en la agricultura gaditana’, y el ingeniero técnico agrícola Roberto Moreira, colaborador del proyecto, expusieron los resultados de los trabajos realizados en los últimos meses.

Concretamente, la investigación se ha llevado a cabo en invernaderos de tomate de la Costa Noroeste de Cádiz, en Chipiona y Sanlúcar de Barrameda, donde se concentra el 79% de la superficie protegida de la provincia que, según la cartografía de invernaderos publicada en 2021 por la Consejería de Agricultura, alcanza las 912 hectáreas. Los resultados de este proyecto, tal y como se manifestó en la jornada técnica, son extrapolables a todos los invernaderos que cultivan hortícolas de la provincia de Cádiz.

COAG persigue con estas acciones establecer las bases de un sistema agroecológico sostenible y dotar a los agricultores de los conocimientos precisos para el uso de herramientas que facilitan la gestión de sus cultivos. Otros objetivos han sido mantener la fertilidad de los suelos a largo plazo; utilizar técnicas de fertilización, enmiendas de suelo y riego equilibrado; prevención de la propagación de plagas mediante la introducción de fauna auxiliar; medidas fitosanitarias respetuosas con el agricultor, el consumidor y la fauna auxiliar.

Para ello, según explicó Yolanda Gil, se ha investigado el uso de tensiómetros, para controlar la humedad del suelo y ajustar la dosis diaria de riego hasta optimizarla. Se han utilizado lisímetros, dispositivo introducido en el suelo que se utiliza para extraer muestras de agua del suelo para su análisis químico, sobre todo de nitrógeno, para controlar si el abono aportado con el riego es el adecuado, o se pierde con el exceso de riego. Han continuado las prácticas de lucha biológica, para el control de plagas, con la introducción de Organismos de Control Biológico y se han aplicado sustancias naturales, para prevenir enfermedades fúngicas y eliminar plagas, que están demostrando la eficacia de sus resultados en comparación con productos fitosanitarios químicos de síntesis. Dichos temas centraron la exposición de la jornada.

Las principales conclusiones del proyecto han sido: La programación del riego localizado según el caudal y número de emisores por metro cuadrado apoyado por el uso de tensiómetros, supone un ahorro del 50% de agua de riego frente a las prácticas “a ojo”. La aportación de abono por fertirrigación es más efectiva si el riego se realiza con la cantidad de agua programada. La pérdida de nitrógeno a 60 cm de profundidad supone un 24% del total de nitrógeno aportado en fertirrigación. La introducción de Nesidiocoris para el control de la Tuta en combinación con tratamientos de Bacillus Thuringiensis es efectiva. La biosolarización es efectiva para la desinfección de suelos de invernadero además de mejorar la presencia de microorganismos beneficiosos y la estructura. Las enfermedades fúngicas tratadas de forma preventiva con Sustancias naturales evitan la aparición de síntomas.