Sólo dos de los once coches de caballos de Jerez siguen saliendo a la calle
Ciudad
El gasto en alimentación de unos animales que no trabajan pone en jaque a los cocheros
Jerez/Los cocheros de los coches de caballos que pasean turistas y visitantes por las calles de la ciudad están viviendo las horas más bajas. En la actualidad, tan sólo dos de los once carruajes con permiso para circular por las calles de la ciudad lo están haciendo “y sólo los fines de semana”, destaca Benito Fernández, uno de los más veteranos cocheros de la ciudad.
En estos momentos -manifiesta a este medio- tan sólo nos estamos dedicando a mantener los animales, porque no hay trabajo”. Destaca el señalado hecho de que “sólo están saliendo dos coches los viernes y fines de semana. Hay ocasiones en las que mi cochero sale a la calle tan sólo para que el caballo ande y haga ejercicio, así están las cosas”. Sobre la suerte que viven esos dos coches de caballos que salen los fines de semana Benito Fernández asegura que “en muchas ocasiones no hacen nada de dinero”.
Los malos tiempos se han concatenado, destaca este veterano del pescante que señala que “desde el principio de la pandemia nos quedamos encerrados- Para colmo -añade- los inviernos son malos de por sí y esto nos remató. Como consuelo tan sólo nos queda que el verano pasado la pandemia se relajó vinieron turistas y al menos hubo algo de movimiento”.
Si el coche de caballos no sale a la calle los ingresos son nulos pero los gastos de alimentación de los animales siguen ahí. “Ahora mismo todos los días salimos a segar hierba y además los alimentamos con pienso todos los días. Por lo menos estamos teniendo suerte por la gran cantidad de pasto que hay esta primavera”, apunta Benito Fernández. “Un caballo come todos los días unos seis kilos de grano, que compramos en sacos de 40 kilos. Un camión nos los trae. Ahora mismo, al no hacer mucho gasto de energía al no salir a la calle, vienen a comer la mitad pero eso viene a suponerte un gasto aproximado de más de 300 euros al mes”.
De las pocas fuentes de ingresos que les quedan están las bodas, motivo por el que en la cuadra tiene cuatro caballos para dos coches. Benito Fernández, cochero de tres generaciones pues su abuelo y su padre ya lo fueron, y que se ha dedicado a ello toda su vida, narra a sus 62 años que “época tan mala como ésta no ha habido. Una vez que se ordenó el servicio poco a poco se fue mejorando, a cada año que pasaba se ponía cada vez mejor, más o menos comíamos, pero ahora los compañeros están vendiendo coches y caballos. Dedicarte al coche de caballos ahora es vivir al día”, concluye.
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