El 'cole' continúa en verano

La Granja-Escuela, actividad que muchos colegios incluyen en su programación del curso escolar, se convierte en verano en una cita recomendable para que los niños conozcan y disfruten de la naturaleza

Un grupo de jóvenes jerezanos atiende las explicaciones de un monitor de la Granja-Escuela Bellavista, en la Junta de los Ríos.
Un grupo de jóvenes jerezanos atiende las explicaciones de un monitor de la Granja-Escuela Bellavista, en la Junta de los Ríos.
R.d. / Jerez

20 de julio 2009 - 01:00

Es el colegio más divertido, donde se aprende al mismo tiempo que se realizan actividades que agradan a los niños en edades comprendidas, básicamente, entre los seis y los catorce años. Y es que un mes después de haber recibido las vacaciones, todavía hay escolares que están recibiendo clases. ¿Dónde?, en la Granja-Escuela, un lugar donde los niños aprenden a cuidar a los animales, cuidar numerosos tipos de plantas y otras muchas actividades más.

De hecho, estos meses de verano muchos son los niños que pasan sus vacaciones en las granjas escuelas para conocer y familiarizarse con la naturaleza y su entorno. En ellas, los pequeños entran en contacto con la vida, costumbres y trabajos propios de los hombres y mujeres del entorno rural, un mundo irreal para la mayoría de ellos y al que sólo tenían acceso a través de sus libros escolares y cuentos. Estas granjas, situadas algunas en plena sierra y otras en la campiña, ofrecen un sinfín de actividades y talleres a través de los cuales los pequeños obtienen una visión global e integradora del ecosistema de la granja, sus posibilidades y su utilización de acuerdo con criterios de conservación medioambiental.

Hay talleres al aire libre donde se siembran y recolectan verduras y hortalizas, se riegan las plantas y flores y también talleres con animales donde los pequeños aprenden a montar caballos y ponis, ordeñar vacas, esquilar ovejas y alimentar a gallinas, cerdos, perros, patos, etc...

Todas estas actividades se realizan a primera hora de la mañana, después del desayuno, cuando las temperaturas todavía no son muy altas. Ya por la tarde y en el interior de los cortijos, los niños acuden a talleres manuales donde realizan trabajos con mimbre, lana y cuero; talleres de cosmética natural para aprender a hacer mascarillas, hidratantes, colonias, tónicos y ungüentos, y talleres de cocina para hacer pan, mermeladas, yogures, infusiones, etc...

Todos estos talleres se imparten todos los días de la semana, pero también disponen de otro tipo de actividades semanales como juegos teatrales, danzas, guiñoles y mimos, entre otros.

Los pequeños pueden acudir a las granjas a nivel particular, pero también en grupos o acompañados por sus padres, y la estancia puede hacerse en diversas modalidades, desde visitas diarias, hasta días, semanas, decenas y quincenas.

En realidad es una actividad que los niños pueden realizar en etapa escolar, acompañados por sus compañeros de curso, básicamente desde febrero hasta mayo. Pero también se puede llevar a cabo en verano ya que las granjas escuela abren sus puertas también en la etapa estival para acercar a los niños el fascinante mundo de la naturaleza, tan desconocido para muchos de ellos.

Es, por ejemplo, el caso de la Sociedad Cooperativa Andaluza Granja-Escuela 'Buenavista', que se constituyó en diciembre de 1984 y desde esa fecha viene realizando actividades educativas complementarias a la escuela en sí, tales como propuestas de estudios del medio (la playa, el parque...), huertos escolares, impartir cursos de educación ambiental y huertos escolares para la Escuela de Verano, así como gestionar campamentos de verano.

Desde 1987 gestiona el Centro de Educación Ambiental Granja-escuela 'Buenavista', ubicada en la zona denominada Junta de los Ríos, en la confluencia de los ríos Majaceite y Guadalete, a 7 kilómetros de Arcos. Bien situada y con cómodos accesos con respecto a los más importantes núcleos de población y centros de interés natural de la provincia de Cádiz, ocupa nueve hectáreas de choperas, cipreses, fresnos, frutales, algarrobos y praderas. En su entorno, eminentemente agrícola, ponen una nota de color las estribaciones de la serranía gaditana y la bien conservada vegetación de la ribera del río Guadalete.

Dispone de la infraestructura y servicios para albergar a 92 visitantes, en régimen de pensión completa: cocina, comedor con chimenea, dormitorios con agua caliente, así como todo lo necesario para el desarrollo de las actividades programadas: salas de talleres, salón con chimenea, piscina, picadero, invernadero, establos y huerta.

Buenavista apuesta por el papel independiente y activo del alumno en su propio aprendizaje de tres o de cinco días, el programa de fin de semana o el vacacional. Este último quizás sea el más apropiado para estas fechas teniendo en cuenta que el verano está en su máximo apogeo, los más pequeños tienen por delante varias semanas de descanso y sus progenitores no disponen de todo el tiempo que desearían para dedicárselo a los pequeños de la casa.

La actividad de Granja-Escuela comenzó en noviembre de 1987, y desde entonces han pasado por estas instalaciones aproximadamente unas cien mil personas, en su mayoría niños y niñas de todos los niveles educativos y también con distintas problemáticas: diabéticos, disminuidos psíquicos y físicos..., de toda la provincia y de fuera de ella.

Entre los objetivos que se marcan los responsables de esta actividad destaca el hecho de servir de recurso al sistema escolar para la consecución de sus objetivos: socialización, instrucción, acceso a la cultura y desarrollo de sus currículos, facilitándole la apertura al entorno socio-natural.

Pretende servir también de recurso para el desarrollo de la educación ambiental, impulsando el conocimiento del entorno tanto rural como natural.

Al mismo tiempo se intenta contribuir a la mejora de la calidad de la enseñanza en el sistema educativo a través de diversas actuaciones: cursos para profesores, realización de prácticas de alumnos de magisterio, elaboración de material didáctico.

Otro objetivo marcado es el de la promoción humana, pedagógica y cultural de los asistentes que participan en los diversos programas. Y servir de recurso a la sociedad para el desarrollo de programas de convivencia, disfrute de la naturaleza y educación en el ocio y el tiempo libre.

Sus nueve hectáreas pertenecían a un antiguo vivero. Este centro dispone de la infraestructura necesaria y d e u n equipo humano especializado para llevar a cabo un amplio programa de actividades basado en la educación ambiental. Senderismo, visitas culturales, cursos de expresión, deportes de cuerda, observación de estrellas, talleres de plantas aromáticas y culinarias, repostería y artesanía, elaboración de jabón, juegos en la naturaleza, fiestas, labores con cuero, cursos prácticos como 'De la leche al queso' o 'El mundo de las abejas', son sólo algunas de las posibilidades que ofrece esta cooperativa para niños con edades comprendidas entre los seis y los catorce años.

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