Un colegio de carácter familiar en pleno centro de la ciudad
Colegio Las Esclavas
El centro María Medianera corre parejo a la historia de Jerez desde que abrió sus puertas en 1883 "para dar respuesta a la necesidad de educación cristiana"
El colegio María Medianera Universal es conocido popularmente como Las Esclavas, ya que es la congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús las que regentan este centro en Jerez desde 1883, año en que abrió por primera vez sus puertas en la calle Porvenir. En 1885 se trasladaron a la calle Santísima Trinidad, donde, según explica la actual directora, María Jesús Martínez Lao, "se organizó una escuela para dar respuesta a la necesidad de educación católica cristiana de una población amenazada por la expansión del protestantismo".
Aunque en un principio se atendió a la educación y promoción de la mujer, especialmente de las clases sociales más desfavorecidas. Desde los años 70 se abrió a la Formación Profesional, como una opción educativa que prepara para la inserción laboral a jóvenes con menos posibilidades. Asimismo, desde que el Estado ofreció la posibilidad de conciertos educativos, este colegio optó por acogerse a ellos "para facilitar el acceso de todas las clases sociales".
En opinión de la directora, uno de los 'puntos fuertes' de los que puede presumir el centro es "un clima familiar y acogedor, donde cada alumno es conocido y valorado. También tenemos un equipo docente con gran experiencia, muy implicado en su labor docente y preocupado por sacar de cada alumno lo mejor de sí mismo y una comunidad religiosa que apoya y da continuidad a la acción educativa del centro. Atiende a las necesidades del alumnado y sus familias con cariño, cercanía y oraciones". También hace hincapié en que este es un colegio "abierto a las necesidades de las familias procurando ofrecerles los servicios que demandan: aula matinal, comedor, actividades extraescolares, gabinete psicopedagógico…" Asimismo, se busca la integración de todos y especialmente de los alumnos con necesidades educativas especiales.
En cuanto a las carencias y necesidades del centro, estas se refieren fundamentalmente "al edificio, que cada año necesita más reparaciones porque lógicamente se va 'haciendo mayor' y por otro es necesaria la incorporación de tecnología como recurso metodológico". Esto último, según explica la directora, "indiscutiblemente marca exigencias que van desde la electricidad pasando por la adquisición de ordenadores, instalaciones informáticas y mantenimiento, pizarras digitales y equipos multimedia que vamos integrando poco a poco en la medida de nuestras posibilidades económicas".
El colegio, con todas sus instalaciones, está ubicado en un solo edificio con una superficie muy bien aprovechada. "Nos encantaría tener patios de juego más grandes y con otras dotaciones deportivas -reconoce la directora- pero al estar situado en pleno centro es un poco difícil poder agrandarlo. Es un sueño que lo mismo algún día se ve realizado".
Al estar situado en el centro, la procedencia del alumnado es muy diversa, así como su situación socioeconómica y cultural. "Predominan los alumnos de un nivel sociocultural medio y en algunos casos medio-bajo -explica la directora-. Algunas familias sufren situaciones de paro o de dificultades laborales y también hay bastantes situaciones de desestructuración familiar". Asimismo, se puede hablar de multiculturalidad, ya que algunos alumnos proceden de otros países, fundamentalmente sudamericanos y asiáticos. Son siete las nacionalidades integradas en el centro y la directora insiste en que "todos sienten el colegio como un espacio donde pueden ser ellos mismos".
En cuanto a los profesores, la directora señala que "es un claustro muy equilibrado en cuanto a edades, ya que hay un grupo con mucha experiencia docente, los hay intermedios y otro grupo joven". Además, la estabilidad en la plantilla es enormemente grande, lo que, según María Jesús Martínez, "permite llevar adelante proyectos que se llegan a consolidar y repercute muy positivamente en la educación porque facilita el intercambio de experiencia, el conocimiento de las familias y del alumnado a fondo". La directora del centro es Esclava del Sagrado Corazón y vino por primera vez al centro como orientadora, en el curso 97-98. "Estuve tres años -cuenta-, después me destinaron a Córdoba, donde estuve cinco años y he vuelto aquí en el 2006 ya con el cargo de directora". Desde pequeña había soñado con ser maestra, "porque educar forma parte de mí misma, es la posibilidad de ayudar a que cada cual desarrolle lo mejor de sí mismo y esto es… ¡genial!".
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