Color, expresión y salinidad para el Ballet Flamenco de Cádiz

La joven compañía creada en Cádiz de la mano de la gaditana Pilar Ogalla y del jerezano Andrés Peña ha presentado Acuarela con sal, el primer espectáculo de esta prometedora compañía

Un momento del espectáculo en el Teatro Villamarta.
Un momento del espectáculo en el Teatro Villamarta. / Manuel Aranda

El Ballet Flamenco de Cádiz, proyecto artístico de Pilar Ogalla y Andrés Peña, ha pisado por primera vez desde su fundación en 2023 las tablas del Villamarta, y lo ha hecho demostrando que han soñado a lo grande. Tan solo tuvieron su puesta de largo en el Falla de Cádiz, siendo esta la segunda vez que presentan su Acuarela con sal, un espectáculo para mostrar el talento gaditano y los aires flamencos de la provincia, a través de los palos con más arraigo desde la Bahía de Cádiz a la Campiña jerezana pasando por los Puertos.

El Ballet Flamenco de Cádiz ha mostrado un repertorio amplísimo de estilos y una ejecución estética bien planteada, y como le corresponde a los ballets, con espacio para las grandes coreografías corales y para las actuaciones solistas, protagonizadas por Juan Ogalla, Juan José Jaén ‘El Junco’ y Andrés Peña. La presentación por alegrías ha supuesto toda una declaración de intenciones de la esencia de este ballet puramente gaditano, siguiendo por una farruca bailada por Juan Ogalla, palo que ha llevado por bandera la isleña Sara Baras, quien ha conectado de forma muy especial este estilo del noroeste español con San Fernando. Andrés Peña ha demostrado una vez más estar en la cúspide del baile jerezano, con un estilo clásico y lleno de expresividad. Francisco Manuel Lucas ha sido el responsable de poner guitarra y dirección musical a esta obra, ambas llevadas con gran acierto, aportando fluidez y una estructura unitaria y compacta que le han dado solidez al espectáculo.

Reyes Martín, May Fernández y Mª José Fernández han puesto sus poderosas voces al servicio de esta Acuarela con sal, destacando especialmente el martinete que han interpretado jugando cada cual con sus matices. El cuerpo de baile formado por Carmen Bejarano, Paula Sierra, María Fernández, Inma López, Aurora Carvallo, Jesús Helmo, David Nieto y Nino González ha ejecutado con precisión estilos como las guajiras, la caña, las cantiñas o los tangos, manifestando solvencia técnica a la par que viveza y compás. El momento carnavalero y cómico ha sido por supuesto para Roberto Jaén, el percusionista y palmero que sabe cómo nadie meter guiños, los precisos, para teatralizar con humor algunos gags flamencos. El de hoy, un homenaje a los tanguillos con especial recuerdo para la cantaora gaditana Mariana Cornejo.

A nivel escenográfico, el potencial de este ballet ha ganado fuerza a medida que avanzaba la obra, con una pieza enmarcada por un vestuario blanquinegro y luces muy bien colocadas y acordes a la pieza; y también en la recta final con los abanicos de plumas y un conjunto de falda-pantalón en una bonita gama cromática de rosas anaranjados, como esos colores inconfundibles que tiñen los atardeceres gaditanos.

El Ballet Flamenco de Cádiz se ha presentado ante Jerez siendo un más que digno proyecto para demostrar el talento que aglutina la provincia y los ritmos que la envuelven, con una dirección escénica y artística en la que se notan los muchos años de experiencia de Pilar Ogalla y Andrés Peña. Los bailaores han puesto al servicio de su compañía no solo su legado como maestros sino la ilusión por emprender un proyecto de tal envergadura, que aunque nacido en Cádiz, ha demostrado potencial para llegar a cualquier rincón del mundo.

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