El contrapunto de Karime Amaya
La mexicana Karime Amaya, sobrina-nieta de Carmen Amaya, ha protagonizado el estreno en España de Contrapunto, con creación musical de su hermano Santiago Amaya

Contrapunto es un espectáculo que nace de la necesidad vital de dos hermanos de crear música y baile. “Un espectáculo flamenco para que el público se siente y disfrute sin rebuscar en conceptos, cada elemento converge entre sí porque hablan el mismo lenguaje musical”, afirmaba Karime Amaya antes de su función en Jerez. Estrenado en Alburquerque, Farruquito dijo de Contrapunto que era un gran espectáculo. En el imaginario inspiracional de la artista se hallan figuras como Manuela Carrasco, Manolete, El Güito, Mario Maya, Angelita Vargas, Farruco y Farruquito, y por supuesto Carmen Amaya, todos ellos grandes referentes para la trayectoria de la bailaora mexicana.
Contrapunto, según explica el programa “pone en escena una conversación dinámica entre los distintos elementos del flamenco: la guitarra, el cante y el baile, y celebra la esencia del flamenco como una expresión viva y cambiante, uniendo tradición y creación espontánea”. Con esta premisa se sientan las bases de una obra que claramente apuesta todo al baile por el baile y al acompañamiento musical, dejando a un margen cualquier otra consideración escénica. Por este motivo mismo, Contrapunto funciona bien para otro tipo de formato, quizás un tablao, donde el objetivo sea presenciar un recital de corte clásico con una sucesión de palos, pero no para el Festival de Jerez, donde en días recientes hemos podido disfrutar de obras como las presentadas por Rocío Garrido, Lucía La Piñona, Marta Gálvez o Alberto Sellés y Miguel Ángel Heredia, todas ellas presentadas en Blas Infante.
Es cuestión de guardar un cierto equilibrio y mantener unos estándares similares. No es la primera vez que los artistas reivindican obras sin argumento ni concepto, y muchas veces hemos presenciado verdaderas joyas que, desprovistas de cualquier adorno, han resultado ser excepcionales. Es decir, que el baile por el baile funciona y puede ser maravilloso, pero el teatro necesita algo más. Es una cuestión de consideración al espacio y a sus códigos.
En el caso de Contrapunto, asistimos a una obra en la que podemos ver a una Karime Amaya entregada, ofreciendo un recital que transita por las cañas, bulerías y soleás, con una actitud fuerte que expresa a través de numerosos remates. Conocedora de las virtudes de su baile, ofrece precisamente esta sabiduría que posee a través de su linaje. La dirección musical y la guitarra corren a cargo de su hermano, Santiago Amaya ‘Tati’, siendo el artista invitado Miguel El Rubio. Salvo una transición instrumental en la que se aprecian con más matices el violonchelo y la guitarra, el resto de la obra sucede con gran intensidad musical, dejando poco espacio para los sonidos más sutiles. Karime Amaya quería entregarse al baile, saborear su flamenco en Jerez y dejar una semilla de México y de la playa Somorrostro, esa que vio nacer a Carmen Amaya.
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