La penúltima baza para los bares de Jerez

Coronavirus

Los hosteleros se echan a la calle para pedir "un plan con medidas reales" y flexibilidad a fin de evitar cierres masivos

La concentración de los hosteleros se llevo a cabo en la plaza del Arenal / Manuel Aranda
Á. Espejo

12 de noviembre 2020 - 19:22

Abandonados, maltratados, despreciados... y, sobre todo, arruinados. Los hosteleros jerezanos han tomado las calles este jueves ante la situación desesperada del sector, que tras tocar fondo ante la falta de ayudas de las Administraciones públicas prevé una avalancha de cierres en los próximos meses debido a las restricciones a la actividad comercial, amén del cierre perimetral de la ciudad.

Unas 300 personas, la mayoría hosteleros y profesionales de empresas vinculadas al sector, recorrieron entre aplausos las principales calles del centro en esta movilización de ámbito nacional, convocada bajo el lema ‘Sin ayudas nos arruinan’, y secundada en Jerez por la patronal Horeca, Asunico, Acoje y la Plataforma del Ocio Nocturno, además de muchos otros hosteleros a título individual.

La protesta culminó poco antes de mediodía en la plaza del Arenal con la lectura del manifiesto dirigido al Gobierno central y sus responsables en materia de hostelería y turismo en el que reivindican “un plan de apoyo con medidas reales que permita la supervivencia de los empleos y empresas de la hostelería y el sector turístico del país”.

El breve manifiesto redunda en la necesidad urgente de contar con un plan que “permita equipararnos a nuestros socios europeos, que están poniendo planes con ayudas económicas directas y a fondo perdido que ayuden a sobrevivir a sus industrias de hostelería y turismo”.

Clientes de bares aplauden al paso de los hosteleros en su recorrido por el centro.
Clientes de bares aplauden al paso de los hosteleros en su recorrido por el centro. / Manuel Aranda

El sector hace extensivo su llamamiento al resto de Administraciones públicas, a las que al margen de ayudas directas también reclaman flexibilidad en la aplicación de las normas y colaboración para poder llevar a cabo su actividad, sin más limitaciones que las ya impuestas a causa de la pandemia del Covid-19. No en vano, las organizaciones esgrimen que los establecimientos hosteleros y de restauración, según datos del Ministerio de Sanidad, apenas representan el 3% de los contagios frente al cerca del 20% que suponen los contactos en el ámbito familiar, de ahí que consideren “injustas” muchas de las restricciones que han convertido al sector en uno de los más castigados por la crisis sanitaria.

“Queremos que nos escuchen, que nos hagan caso para poder trabajar y mantener los miles de empleos que dependen de la hostelería”, explica Francisco Díaz, delegado de Horeca en Jerez, quien sostiene que “bastante mendicidad y pobreza hay ya en la ciudad como para agravar la situación enviando al paro a muchos trabajadores”.

El responsable de la patronal hostelera no alcanza a entender el empeño de las autoridades en restringir una actividad que, en el caso de Andalucía, puede desarrollarse “al aire libre con todas las medidas de seguridad” y que, a diferencia de las reuniones familiares en espacios cerrados, puede controlarse fácilmente.

“Los ciudadanos no corren tanto peligro en un bar como en un supermercado, pero el Gobierno se ha cebado con la hostelería sin ofrecer ninguna ayuda a cambio, cuando los establecimientos que cierren no se volverán a abrir, y se van a cerrar muchos, por lo que se perderán miles de empleos”.

Además de las ayudas directas, imprescindibles para los establecimientos de ocio nocturno, los hosteleros apuntan a otras opciones, entre ellas la de jugar con exenciones y rebajas fiscales y de impuestos -cuota de autónomos, cotizaciones a la Seguridad Social, tasa de veladores...-, pero también la de dar facilidades para que la actividad económica no se pare.

“En Jerez no se ha hecho nada por ayudarnos; anunciaron que quitarían el impuesto de la terraza durante el confinamiento pero lo han prorrateado en las cuotas del resto del año”, asegura Díaz, quien pide voluntad a los políticos y comprensión a los técnicos municipales para poder cambiar las normas que, por ejemplo, impiden instalar toldos, paravientos y calentadores en las terrazas para que los clientes puedan guarecerse de las inclemencias meteorológicas.

“La única respuesta que he recibido hasta la fecha es que la norma no lo permite, pero llevamos años pidiendo que se cambie una normativa obsoleta”, señala este hostelero, quien reclama flexibilidad para evitar el cierre de otro de sus locales, el segundo en su caso en lo que va de crisis y con el que ya se fueron al paro diez trabajadores.

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