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Contratos y despidos se frenan en seco por el estado de alarma

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La Seguridad Social gana en abril 371 afiliados tras el descalabro de más de 6.000 cotizantes en marzo

La contratación se hunde un 56% mensual y un 68% interanual con apenas 3.100 altas laborales

Trabajadores de la construcción adecentan la fachada de un edificio subidos en un andamio. / Pascual

Ni contratos ni despidos. Abril pasa de largo como un mes prácticamente en blanco para el empleo en Jerez a la espera de lo que pueda ocurrir cuando se levante el estado de alarma, nada bueno según las previsiones de los expertos, que esbozan un escenario muy complicado de vacas flacas o recesión económica, que en el peor de los casos, y pintan bastos, dará paso a la depresión.

Tras el fuerte ajuste laboral de marzo, el mes del inicio de la declaración del estado de alarma y de las medidas económicas a las que muchas empresas se anticiparon con el despido de los trabajadores sujetos a contratos más frágiles, lo que deparó un descenso de más de seis mil afiliados a la Seguridad Social, el empleo se toma un respiro en abril por el inicio de las campañas de primavera del sector agrícola, considerado esencial, y la reactivación de la construcción.

Con estos mimbres, y sin olvidar que tanto los trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo (ERTE) como los autónomos acogidos al cese de actividad conservan su alta en la Seguridad Social, el municipio jerezano salda el último mes con un ligero repunte de 371 afiliados (+0.7%), que elevan a 57.047 el total.

El Régimen General, dentro del que se adscriben los trabajadores por cuenta ajena, entre ellos los del sector del ladrillo tras la reanudación de las obras, concentra la mayor subida mensual con 361 afiliados más y 43.820 en su particular registro. A ellos se unen los trabajadores con nuevas altas del Régimen Agrario, que ascienden a 92 para totalizar 2.415.

En el extremo opuesto figuran los autónomos, que se dejan medio centenar de cotizantes en el último mes y vuelven a bajar catorce meses después de los 10.000 para situarse con 9.984, su peor registro desde enero del año pasado.

Obreros en unas obras que se ejecutan estos días en El Mamelón. / Pascual

Y los empleados del hogar, que ni siquiera llegan al millar, cierran el mes con 814 afiliados y 16 menos que los que mantenían hasta marzo.

El impacto del Covid-19 se aprecia en toda su crudeza en la comparativa interanual –de abril de 2019 al mismo mes del presente ejercicio–, que arroja una caída de 4.890 afiliados (-7,8%).

La bajada del último año afecta a todos los regímenes, si bien tiene especial incidencia en el general, que cede 4.350 cotizantes. Los autónomos y el régimen especial agrario se mueven en cifras de caída muy similares, con una merma de 158 entre los primeros y 153 en el segundo, mientras que los empleados del hogar se dejan de abril a abril 45 cotizantes, que dentro de sus modestas cifras de afiliados suponen un abismo.

Malos tiempos para los contratos

Las medidas económicas excepcionales han evitado la sangría de afiliados a la Seguridad Social, no así la de la contratación, que sufre en abril la paralización de toda actividad no esencial para arrojar registros desconocidos hasta la fecha en la ciudad, muy inferiores al resultado de marzo y a los mínimos registrados durante la crisis financiera.

Abril reza como el peor mes de la serie histórica con apenas 3.133 contratos, menos de la mitad (-56.36%) que los registrados en marzo y lejos de los 5.200 alcanzados en el peor momento de la anterior crisis.

Como en la afiliación, la agricultura y, en menor medida, la construcción, concentran los pocos contratos en tiempos del coronavirus.

El coronavirus dispara la brecha de género en el empleo

La pandemia de coronavirus arrasa con todo lo que se le pone por delante, también con el empleo, al que le quedan por delante meses de incertidumbre mientras se reactiva la economía. Hasta entonces, las mujeres lo tienen crudo, pues el empleo que se ha empezado a recuperar en sectores como el de la construcción tienen un marcado signo masculino, disparándose la brecha de género.

Así lo reflejan los datos de contratación de abril, mes en el que 2.236 de los 3.130 contratos registrados en Jerez, es decir, siete de cada diez, llevan la firma de hombres frente a los escasos 900 suscritos por mujeres. El descenso mensual –respecto a marzo– de las altas laborales de los primeros ronda el 40%, mientras que la caída de los contratos a mujeres alcanza el 70%. Y aunque la diferenciainteranual –en relación a abril del año pasado– se reduce de forma sustancial, ya que las contrataciones masculinas caen un 61% mientras que las femeninas se dejan el 77%, sigue siendo demasiada distancia entre uno y otro género.

Hasta que el sector servicios, del que depende gran parte del empleo femenino en la ciudad, no levante cabeza, difícil papeleta tienen las mujeres dentro del ya de por sí complicado escenario del Covid.

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