El vino de Jerez da por perdido el pico de ventas de las ferias de primavera
Crisis del coronavirus
El Consejo Regulador confirma la paralización de las salidas de jereces por el estado de alarma
La actividad en las bodegas se reduce al mínimo sin apenas movimiento en los embotellados
La lluvia caída los últimos días y la que se anuncia para los próximos es la única buena noticia que ha recibido el Marco de Jerez desde que se declaró el estado de alarma y se decretó la cuarentena de la población en sus domicilios. El sector del vino, como muchos otros sectores económicos, también sufre con especial virulencia las consecuencias del coronavirus, que ha paralizado casi por completo las salidas del jerez y ha reducido al mínimo la actividad en las bodegas.
El Consejo Regulador mantiene un retén para facilitar precintas en caso de que alguna bodega las solicite, pero las firmas bodegueras, que también han solicitado la suspensión de las auditorías que realiza el órgano certificador, están sin actividad, asegura César Saldaña, director de la institución jerezana del vino.
“Las ventas están prácticamente paradas –prosigue Saldaña– y el parón llega en un momento muy malo, porque la primavera –con sus fiestas populares y ferias– es un pico importante de ventas para el jerez”.
El consumo de los vinos jerezanos se asocia en gran medida a reuniones sociales y celebraciones festivas, ya el consumo doméstico es menor, por lo que las suspensiones de muchos de estos eventos y el cierre de los establecimientos hosteleros suponen un “palo gordo” para las ventas, incluidas las exportaciones, que en los últimos años arrastran importantes caídas.
Tampoco sirve de mucho consuelo el aplazamiento de las principales ferias. En el caso de la Feria del Caballo, en la que el vino Fino es el rey, el gobierno local anunció el viernes que se celebrará en octubre, mientras que la Feria de Abril de Sevilla, bajo dominio de la Manzanilla de Sanlúcar, tendrá lugar a mediados de septiembre.
La concentración de eventos en la segunda mitad del año, siempre que la pandemia lo permita, no garantiza que se vaya a recuperar el terreno perdido en estos meses, en los que la actividad de las bodegas se limita al mantenimiento de los vinos. Y además se corre el riesgo de una saturación de eventos muy seguidos o que incluso se pisen unos con otros.
El Consejo Regulador también busca encaje en la segunda mitad del año para sus compromisos, principalmente acciones formativas y de promoción dentro y fuera de España –entre ellas los actos conmemorativos del 25 aniversario de la Denominación de Origen Vinagre de Jerez previstos para la próxima semana–, que se han quedado en el aire a la espera de acontecimientos.
“Hemos cortado radicalmente, todas las actividades se han suspendido y estamos viendo posibles fechas alternativas sobre la hipótesis de que en verano se recupere la normalidad, pero en unos casos habrá cancelación y, en otros, reubicación”, señala Saldaña, quien también alude a la necesidad de replantearse el calendario de la promoción en España y Países Bajos vinculada al programa de ayudas comunitarias para los próximos tres años, dotado con un presupuesto de 7,5 millones de euros y cuyos plazos quedan en suspenso por causas de fuerza mayor.
El Ayuntamiento tampoco se ha pronunciado aún sobre Vinoble, que de momento se mantiene en las fechas inicialmente previstas para finales de mayo, en concreto del domingo 24 al martes 26. La prórroga de la limitación de movimientos de la población por el estado de alarma también juega en contra del Salón de los Vinos Nobles, que una vez cerrada la ocupación completa del espacio dedicado a los expositores, hasta el punto de tener que descartar algunas solicitudes por falta de sitio, la próxima semana tenía previsto dar a conocer más detalles del programa y las actividades paralelas.
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