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“No creo que un fotógrafo tenga que ser considerado un artista”

"Contenido ofrecido por Alberto Villagrán, Consultora de propiedades"

Entrevista de Marco A. Velo con el fotógrafo Miguel A. Castaño

Entrevista de Marco A. Velo con el fotógrafo Miguel A. Castaño

14 de febrero 2022 - 02:00

Miguel Ángel Castaño ha logrado el sutil equilibrio de saber mezclarse con la vida a tenor de su vocación: la fotografía. Vive en pose proactiva de una profesionalidad que lleva en ristre como así su herramienta fotográfica: con naturalidad. Logra captar el alma de las cosas así como la realidad no visible de las personas. Más que ojo avizor posee ojo crítico: entiéndase esto último como el alcance innato para recrear una escena real desde la interpretación o la reinterpretación más personalizada. Habla -se expresa, se comunica, transmite, dialoga- con la serenidad que otorga el conocimiento de causa. Su hábitat natural es el barrio de San Pedro y sus alrededores y sus pálpitos colindantes: léase, para más señas, la calle Naranjas. Sabe socializar su devenir cotidiano entre una tostada como Dios manda en La Moderna y una cerveza con adobo en el freidor de la calle Arcos.

¿Todo fotógrafo ha de ser considerado un artista?

No lo creo, no mucho más allá de lo que supone prestar dedicación al trabajo y no perecer en el intento de vivir de ello. ¿Es un fontanero un artista por hacer bien su trabajo? Eso no quita que sea importante buscar algo de ‘chispa’ en el trabajo gráfico.

¿La fotografía artística debe plasmar una realidad no visible, un sentimiento, una pasión oculta, un mensaje secreto, a ojos vista?

La fotografía en general debe plasmar la realidad desde un punto que habitualmente no es visible y transmitir mensajes y sentimientos que vayan en el sentido del fin que se busca con ella.

¿El fotógrafo es un contador de cosas que el común de los mortales no acierta a ver en una escena determinada?

Básicamente es eso, contamos cosas para que sirvan a nuestros clientes para sus fines, sean profesionales o como recuerdos familiares.

¿En qué medida le agrada retratar rostros, gestos, el alma de las personas?¿Por qué?

Es una disciplina complicada, teniendo en cuenta que no todo el mundo tiene facilidad para la realidad de su personalidad en una pose. Somos los fotógrafos, en la mayoría de los casos, los que tenemos que dirigir a las personas, las conozcamos o no, hacia la mejor imagen de ellos, sin hacer aparecer a un personaje irreal, o sí, si es necesario.

¿Las cámaras de los teléfonos digitales han creado demasiado intrusismo en la profesión?

Bueno, es una herramienta que más allá de “robarnos” nos pone en nuestro espacio. Son muy adecuados para la inmediatez, pero cuando se necesita una fotografía con luces cuidadas, estudiando los elementos que las acompañan y con una finalidad concreta, se acude a un profesional. Diferente es que haya quien se conforme con cualquier cosa. De todas maneras, hay quien se da muy buenas trazas con un móvil.

¿Se considera un profesional muy autoexigente con su obra?

Un poco “jartible” sí que soy, pero, teniendo en cuenta que una fotografía nunca está acabada, hay un momento en el que hay que parar.

¿Cómo nace en usted la vocación por la fotografía?

Eso es como preguntar a alguien que por qué tiene la cabeza gorda, se nace con esa inquietud y se defiende hasta llegar a vivir de la misma.

¿Cómo podríamos definir con exactitud su estilo fotográfico?

Cuando se trabaja para clientes que solicitan cosas concretas hay que buscar el objetivo del cliente. Sí es cierto que me gustan las luces en su sitio y huyo de efectos “extraños” e irreales, a menos que me lo soliciten.

¿Se puede vivir, a día de hoy, de la fotografía?

Yo vivo de la fotografía, pero no es fácil, he de dedicar muchas horas, estar siempre alerta de las nuevas herramientas y tendencias y mantener unas relaciones sociales siempre vivas intentando utilizar este medio no solo como fuente económica sino como medio para intentar ayudar a los demás.

¿Color o blanco y negro?

Cada cosa exige lo suyo, pero no dejo de ocultar mi gusto por el blanco y negro.

¿Qué recomendaría a un joven que empieza en estas lides?

Que no se aburra, que estudie mucho la técnica, vea muchas fotos y, si tiene posibilidad, que viaje mucho.

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