Incendio en Jerez: La "impotencia" ante el miedo a perderlo todo
Afectados relatan cómo vivieron las horas más duras del peor incendio que se ha vivido en la ciudad en años
Un grupo de agentes de la Policía Local hace visitas finca a finca para evaluar daños pero, sobre todo, para "oír a los afectados"
Las imágenes de las zonas más afectadas por el incendio en Jerez
Carolina apenas puede hablar. Ha visto como el incendio que se inició en la tarde del miércoles entre Lomopardo y La Ina ha quemado su casa de madera y su cuadra. Pero, lo más duro es que ha visto como han muerto sus tres caballos. Al menos, pudo salvar a uno, aunque tiene heridas leves por el fuego. Es su expareja, Rafael, quien relata a Diario de Jerez en el interior de la Finca ‘El campo del abuelo’, en la Hijuela del Serrallo, la angustiosa tarde noche que vivieron.
Visiblemente emocionado, aún trata de digerir lo que ha ocurrido. “Yo monté esa cuadra y mira ahora cómo está”, apunta mientras señala los restos calcinados por el incendio. La rápida propagación de las llamas provocó que las personas que se encontraban en ese momento en las fincas de la Hijuela del Serrallo y de Montealegre Alto más próximas al Monasterio de La Cartuja tuvieran que marcharse con lo puesto. “No nos dio tiempo a salvar a los animales; entiendo que primero haya que salvar a las personas pero es una impotencia muy grande”, dijo. Mientras, Carolina atiende a un bombero que acaba de entrar en su finca tras haber sido llamado porque aún hay estructuras calcinadas de su desaparecida cuadra que siguen humeando. Minutos más tarde, llegará un vehículo autobomba para refrescar el terreno.
Durante la mañana de este jueves, el incendio permanece activo, pero ya se encuentra controlado. Los bomberos se afanan en, por un lado, acabar con los pequeños focos que aún quedan, y, muy especialmente, en refrescar las zonas ya quemadas para evitar que se reaviven las llamas. Son muchas las llamadas que reciben de distintas parcelas ya que, de la tierra y de los restos quemados, resurge el humo por el traicionero viento de levante que provocó que se extendiera este incendio que es el más importante que ha sufrido la ciudad en los últimos años.
Sí tuvo más suerte Antonio Monje que pudo salvar no solo a una treintena de caballos que tenía en su picadero sino también a otros que había en otras fincas aledañas. Su finca también se vio afectada por el fuego, aunque pudo controlar las llamas mientras pudo sacar agua de su pozo. Pero el incendio afectó al cuadro eléctrico de su propiedad. Por suerte, no sufrió demasiados daños materiales.
A pesar de las dimensiones del incendio (no en vano hay fincas situadas a unos tres kilómetros en línea recta desde la zona donde se vio la primera columna de humo), no hay que lamentar heridos. De hecho, ni siquiera ha habido que atender a personas por inhalación de humo, aunque sí por ataques de ansiedad. Así, lo apuntaban miembros de la policía local mientras visitaban una de las fincas afectadas. Se tiene constancia, por el momento, del fallecimiento de tres caballos, de varios perros así como de varias gallinas. En cuanto a los daños materiales, ardieron algunas casas de madera y varios cuartos de aperos y pajares.
No obstante, la evaluación de daños completa aún no se ha realizado. Esta ha empezado a realizarse durante la mañana de este jueves por parte de agentes de la Policía Local que han ido visitando las distintas fincas. Pero, además de ello, acuden para “oír a los afectados”. “Lo que ha ocurrido es algo muy grave y los vecinos necesitan que se les escuche, que cuenten cómo vivieron lo ocurrido”, relata uno de los agentes.
En la Hijuela del Serrallo, Manuel Tortosa, propietario de otra finca situada en una de las partes más altas de la loma situada junto al Monasterio de la Victoria no oculta su indignación. “Tenemos incendios en esta zona todos los años y mi finca ha ardido tres veces desde 2007”, explica. Denuncia con indignación que estas fincas aún no cuenten con servicio de abastecimiento y saneamiento que, a su juicio, hubiera ayudado a paliar los efectos del fuego. Incluso, advierte de que hace escasas fechas un grupo de propietarios presentó un escrito “con más de 95 firmas” para exigir al Ayuntamiento que arreglen los caminos. Por ello, apuntaba: “Sigo sin entender como en 2022 esta zona siga sin agua, cuando es más antigua que Los Albarizones o Lomopardo”.
Precisamente, en referencia a esta barriada rural, hay un policía que señala que en ella se produjo lo más parecido a “un milagro”. Este núcleo fue el primer afectado por el incendio y sus vecinos los primeros que no dudaron en coger mangueras y cubos de agua para tratar de evitar que las llamas no llegaran a sus casas. Con la posterior llegada de los efectivos de bomberos y del Infoca se logró que el fuego no se adentraran en el núcleo rural, pero sí que lo rodeara. Aun así, según apuntaba su delegada de Alcaldía, Erika Torres, solo se ha visto afectada alguna que otra vivienda y parte de una nave, así como algún que otro vehículo.
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