Dos décadas moldeando un estilo

“Es la mayor inversión que se va a hacer en los últimos años”, apuntaba Francisco Zurita, delegado de Cultura y Fiestas, al anunciar el pasado lunes la licitación de la nueva iluminación del González Hontoria para el próximo año. 

El Ayuntamiento daba así el primer paso para renovar el alumbrado, un alumbrado que también ha tenido una evolución curiosa en las últimas décadas. 

El primer gran cambio se produjo en 2000, cuando el entonces Pedro Pacheco sustituyó las luces tradicionales de feria por unas más llamativas, algo que consolidó un año después, en 2001, cuando por primera vez aparecieron pórticos y arcos muy similares a los que hoy en día conocemos. 

 Su colocación coincidió con el penúltimo cambio en la Feria que concebimos en la actualidad, es decir, ganando 11.000 metros cuadrados al recinto y completando la renovación del sistema de alcantarillado y aguas. El último cambio, para los curiosos, fue un año después, en 2002, cuando se “saltó al otro lado de las vías”, como declaró el alcalde Pedro Pacheco.

La estructura similar se mantuvo unos años más hasta que en 2011, coincidiendo con la presencia enFiestas de Dolores Barroso y de Pilar Sánchez en la alcaldía, se apostó por una iluminación en forma de bóvedas en el Paseo de las Palmeras para emular a la catedral, según explicó entonces el representante de la empresa Iluminaciones Ximénez, pues en su opinión “Jerez es la catedral de la Feria”. 

La idea apenas duró una edición, debido al alto coste, por lo que un año después, en 2012, se instaló la estructura que hoy día conocemos y que conformaban pórticos tipo veneciano, arcos de feria con motivos alegóricos a la fiesta y proyectores de luz. Este diseño se ha venido manteniendo desde entonces, si bien es cierto que el número de elementos ha sido variando según la edición. 

Evidentemente, a lo largo de ese tiempo, y siguiendo la evolución tecnológica, las clásicas bombillas han ido perdiendo su sitio y también su tamaño, pues las actuales son de mucha menor dimensión.

Así, de las 85.000 bombillas que componían el alumbrado de la Feria del Caballo en 1984 se ha pasado al millón cuatrocientos que se instalaron en la pasada edición. En medio, encontramos las 125.000 que se colocaron en la denominada ‘Feria más larga’ de la historia en 1992, que duró más de 100 días, las 350.000 de 1999 o las 600.000 que se instalaron conforme a la penúltima gran renovación del Real en 2001. 

La primera vez que se pasó del millón de bombillas fue en 2007, una cifra que ha ido variando año tras año (unas veces hubo 1,2, otras 1,1 y otras, como en 2012, 900.000) hasta llegar a millón cuatrocientas de ahora. Hasta 2011 no llegaron las primeras de bajo consumo, o eso al menos se anunciaba en la rueda de prensa previa a la Feria, mientras que las conocidas luces LED no lo harían hasta un año después, en 2012, cuando de las 900.000 instaladas se colocaron 400.000 LEDs. 

Desde el Ayuntamiento aludieron precisamente a este asunto, el de la necesidad de promover un cambio en los elementos de iluminación, debido a que “desde hace diez años, las lámparas incandescentes que se utilizan ya no se fabrican”, una modificación que supondrá también, como aseguró el delegado de Fiestas Francisco Zurita, un ahorro energético importante. 

De momento, la licitación ya está en marcha, como ya se anunció, con un coste de 1,7 millones de euros por año (con un contrato de nueve años más uno prorrogable) y en relación al modelo a seguir, fuentes municipales apuntan a que “se va a seguir manteniendo el mismo diseño”, tratando así de evitar descontentos por parte de la ciudadanía.