Un derrumbe provoca el pánico en dos bloques de La Constancia

El matrimonio Flores "vuelve a nacer" tras ser sepultado por los escombros que lo arrastró de un cuarto a un tercer piso a las 03:00 de la madrugada · Otros 34 vecinos fueron desalojados por precaución

Dos trabajadores municipales retiran ayer una vigueta del bloque afectado de La Constancia por el derrumbe nocturno.
Dos trabajadores municipales retiran ayer una vigueta del bloque afectado de La Constancia por el derrumbe nocturno.
José Padilla / Jerez

25 de octubre 2008 - 01:00

Un total de 34 vecinos de la céntrica barriada de La Constancia permanece desalojado provisionalmente de sus casas tras el derrumbe parcial ocurrido la madrugada de ayer en el bloque número 3 de la plaza Pedro Romero, que se saldó con dos heridos leves. El conocido líder vecinal de La Constancia, Francisco Flores, de 60 años, y su esposa, María Coronil, de 53, viven de milagro desde las 03:00 horas de la madrugada tras el derrumbe sufrido en su vivienda. Ambos, que dormían, aparecieron sepultados por escombros de metro y medio de altura en un piso inferior que, afortunadamente, estaba deshabitado en esos momentos. La cubierta superior de su piso, el cuarto, se venció por causas que investigan los técnicos de Urbanismo, y su peso desplomó el suelo de su vivienda arrastrándolos hasta el tercero con cama incluida.

Francisco Flores fue la primera persona que socorrió a sus padres: "Me temí lo peor porque no se veía nada por la noche y el polvo: nos les veía ni sentía, y comencé a buscarlos casi a tontas y locas". Logró hallarlos en el piso inferior. "Oí sus gritos y salté al otro piso, porque no tenía otra manera de entrar. Los gritos me tranquilizaron de alguna manera. Mis padres estaban cubiertos de escombros y polvos y él se quejaba, estaba medio asfixiado, no sabía si era mejor mover los cascotes o no para sacarlo". Francisco dice resignado que "en casa del herrero, cuchillo de palo", recordando cómo su padre llevaba luchando "treinta años por la rehabilitación de su barriada". El joven se ha lastimado en una pierna. Sus padres se recuperaban, ya ingresados en planta, al cierre de esta edición.

Una de sus vecinas, pero del bloque 5, Rosalía García, dijo que "sentí y siento auténtico pánico. Mi hermano (un joven discapacitado) fue quien lo pasó peor con el estruendo. De pronto se llenó todo de coches y gente: cinco o seis de los bomberos, todo lleno de policías... Nos dijeron que fuera, fuera, rápido".

Su hermana Lola, que vive también en La Constancia, pero enfrente, en un bloque no afectado, los ha recogido: "Somos cinco personas ahora en casa. Mi niño está muerto de miedo. A las cinco (05:00) se bajó a la plaza. Les he sacado unos 'sofares' para que pasen el día y a ver qué pasa, porque hay otros vecinos en hostales". Rosalía añade que los Flores "han vuelto a nacer. Me alegro mucho por ellos. Se han encajado en el segundo piso (tercero si se cuenta el bajo)". Ambas habían trasladado su inquietud momentos antes a la alcaldesa, Pilar Sánchez, en la misma plaza. "Hemos sentido pánico, auténtico miedo. ¿Está usted segura que podemos volver a casa?".Sánchez les contestó, sobre las 10:10 horas, que "los técnicos están inspeccionado los bloques. Si dicen que están bien podrán volver ustedes". Antes había visitado al matrimonio en el hospital. La regidora señaló luego que "han tenido suerte y lo pueden contar. Pero el susto ha sido tremendo".

La vecina Lola García dice, minutos después, que la rehabilitación de la barriada es "un lavado de cara. Todo es apariencia. Que se dejen de pintar las fachadas y comprueben cómo están las casas". Los pisos de La Constancia fueron promovidos por la extinta Junta de Fomento del Hogar y ahora son de propiedad privada. Superan los 50 años de antigüedad, aunque hay escrituras posteriores. La mayoría de sus habitantes son personas mayores, aunque algunos jóvenes compraron pisos antes de la crisis. Hace un par de años algunas de estas viviendas estaban en venta por 90.000 euros.

Otro vecino apunta que "el estruendo me despertó. Me asomé a la ventana y ví al hijo dando gritos y pegando golpes en la puerta. Él llamó a los bomberos y, de pronto, aparecieron más de 30 tipos de la Policía y los bomberos".

Paco Flores junior sufrió una herida en su pierna, pero está contento: "Mis padres están en observación. No tienen nada roto y las pruebas han dado todo positivo", atajando rumores de un grave estado de salud.

El derrumbe ha provocado que hasta 34 personas estén desalojadas de sus viviendas de manera provisional. Siete estaban parando en hostales y albergues que les facilitó la delegación de Bienestar Social. La Policía Local, en colaboración con la Nacional, tuvo que desalojar hasta 16 viviendas y, como dijeron sus inquilinos, "todo fue muy rápido. Hubo auténtico miedo", agrega otra vecina, que prefiere no dar su nombre, "y más pasé yo, que vivo en un piso bajo. No sé qué me hubiera pasado de caer todo".

La Policía Local fue la primera en acudir. Su jefe político, Juan Manuel García Bermúdez, explicó que "gracias a su intervención ambas personas (por el matrimonio Flores) han salvado la vida, aún arriesgando la suya, porque han actuado sin haber siquiera apuntalado todavía el edificio". Los vecinos agradecieron el importante dispositivo de emergencia activado entre Policía Local, Nacional, bomberos, Protección Civil y servicios sanitarios, además de los técnicos y trabajadores de distintas delegaciones municipales. Los bomberos reseñaron posteriormente que desplazaron nueve efectivos con cuatro vehículos y que encontraron al matrimonio "bajo los escombros, conscientes y pidiendo ayuda, lo que facilita su ubicación, y casi enterrados en el hueco de la cama". Los bomberos realizaron el desescombro principal con la ayuda de los policías hasta rescatar a los heridos. Posteriormente apuntalaron los pisos inferiores.

La alcaldesa explicó que una posible causa del derrumbe fue "una obra menor que tocó las viguetas" aunque, como señaló, es una hipótesis. El delegado de Urbanismo, Juan Pedro Crisol, apuntó horas más tarde que "se ha inspeccionado la cubierta y, de momento, se ha descartado que la causa fuera por una acumulación de agua, por lo que seguimos investigando". Crisol señaló que el masivo desalojo se adoptó como medida de precaución ante el "fuerte cimbreo provocado por el derrumbe que ha podido afectar al bloque 5" .

Como se dice, algunos vecinos se quejaron del proceso de rehabilitación, financiado en gran parte por la Junta, y lo calificaron de "maquillaje". El Ayuntamiento no entró en ello. El delegado municipal de Infraestructuras y Vivienda, Antonio Fernández, indicó que la barriada está siendo rehabilitada por la Junta de Andalucía dentro del Programa de Rehabilitación Singular, que consiste en la actuación en las fachadas y zonas comunes así como la impermeabilización de las cubiertas. "En todo Jerez hay pendientes 22 ó 23 convenios y precisamente este bloque (por el siniestrado) se encuentra en previsión de acuerdo con la comunidad de propietarios", agregó.

Al cierre de esta edición los vecinos permanecían desalojados en espera de que los técnicos de Urbanismo hicieran las inspecciones técnicas permanentes.

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