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Mikel Lejarza
Toulouse
Jerez/El problema se detectó en Sanlúcar hace dos o tres años y se extiende ya por el viñedo de Jerez. Y lo peor de todo es que no se da con la tecla de la enfermedad que empieza a sembrar el pánico en el Marco porque deja secas las cepas a las que toca.
Las primeras hipótesis que barajan los expertos en viña que tratan de determinar el origen del problema detectado en la madera de las viñas del Marco apuntan a que la enfermedad que se manifiesta principalmente en el portainjerto de uso más extendido en el Marco para el injerto de la uva palomino -patrón 161-49 Couderc-, y que se concentra en nuevas plantaciones o reposiciones a partir del segundo año, es un defecto de fábrica. Es decir, todos los indicios apuntan a que el virus viene de vivero, aunque de momento solo hay sospechas.
Hay otras hipótesis menos probables, como la que habla de un ciclo de agotamiento de la viña relacionada con el cambio climático, y lo que sí parece descartado, cosa que no deja de ser un alivio, es de que se trata de la temida xylella fastidiosa, que en España ha hecho auténticos estragos en determinadas zonas, sobre todo en olivar.
Vara y Pulgar, empresa dedicada al asesoramiento del viñedo, elaboró un informe fechado en julio del año pasado bajo el título 'Pérdida de cepas en nuevas plantaciones' en el que recoge datos sobre la situación del viñedo de Sanlúcar afectado por este problema tras una visita realizado con los titulares de las viñas, "viticultores con sobrada experiencia en el manejo del viñedo".
Ante la falta de incidencias en las muestras enviadas al laboratorio, los responsables de Vara y Pulgar llegan a la conclusión en su informe de que "no sabemos qué pasa, pero sí a quién y dónde", en alusión a la localización del problema en plantaciones de 161-49 de la zona de Sanlúcar, "zona privilegiada para la crianza de la viña" y en la que el patrón utilizado es "una garantía para sus tipos de suelo".
La elaboración del informe responde a "la problemática existente en Sanlúcar en viñedos de nueva plantación", señala la empresa, que detalla que "los daños se concentran en los pagos de Miraflores y Carrascal" y "sorprende la falta de síntomas en plantaciones nuevas en Jerez y otras zonas de Sanlúcar, como Mahína, Cabeza Gorda y Callejuela".
Puede que así fuera en 2017, pero según confirma el presidente de los viñistas independientes de Asevi-Asaja, Pedro Guerrero, el problema se ha extendido finalmente hacia los pagos jerezanos del interior, en los que sin embargo ha pasado más desapercibido, ya sea por el tamaño mayor de las viñas, ya sea porque los viticultores no le han prestado mucha atención hasta la fecha.
El Consejo Regulador no tiene constancia de esta problemática detectada en la madera del Marco, por la que sí se ha interesado el Rancho de la Merced, centro del Instituto de Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), cuyo director ha mantenido diversos contactos con el gerente propietario de Vara y Pulgar, Luis Mateos, con el que se centrará al término de la vendimia en la búsqueda de respuestas y posibles soluciones.
Tanto Mateos como el presidente de los viñistas independientes reconocen que "hay mucho miedo" en el sector, sobre todo por el desconocimiento del mal y la forma de combatirlo, ya que los tratamientos convencionales, que se muestran más efectivos con los hongos aéreos como el mildiu y el oidio, no así con los que habitan en el interior del patrón, no han logrado ponerle freno.
Los primeros ensayos realizados en el Marco con ozono, sistema novedoso al que Asevi-Asaja dedicó el viernes una asamblea informativa, arrojan de momento mejores resultados, pero la asociación de viñistas independientes los pone en cuarentena, ya que en las parcelas pulverizadas con agua ozonada también se han realizado tratamientos con productos químicos esta campaña.
En el informe de Vara y Pulgar, que alude a la cada vez más frecuente clorosis en plantaciones nuevas, que no responden al tratamiento con hierro, además de falta de vigor de las estacas y floración de escasas yemas, sólo se observan los síntomas en el patrón 161-49 Couderc. Asevi, sin embargo, sostiene que no es el único afectado, ya que también se ha detectado el problema en otros portainjertos.
Según los datos recabados por Vara y Pulgar, los síntomas dan la cara en plantaciones de dos y tres años -en las de un año es difícil apreciar ninguna sintomatología-, y en menor medida en las de cuatro y cinco años. Y En el caso de una de las parcelas visitadas, el informe llama la atención sobre el estado de una viña que en la campaña anterior "tenía un aspecto muy bueno".
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