"Estamos deseando que llegue el lunes para descansar"

Ciudad

Vecinos de la calle Isabelo aseguran que ya no soportan más el ruido e inseguridad de los fines de semana y piden al Ayuntamiento que les permita instalar la barrera que aprobó en marzo

Un coche de uno de los residentes en la zona.
A. C.

25 de octubre 2022 - 06:00

La calle Isabelo, las mañanas de viernes, sábados, domingos e incluso lunes.

"Esto no tiene fin". Los vecinos de la calle Isabelo ya no pueden más. Hace ya más de diez años que sufren las consecuencias de la movida de los bares de la zona de la avenida Álvaro Domecq. "Todo el aparcamiento de estos locales los tenemos aquí los fines de semana, con lo que eso conlleva: de todo, botellona, mierdas, defecaciones, orines, destrozo de coches, actos sexuales... Bueno, a mi coche de hecho le rociaron ácido hace ya casi once años. Y ahí seguimos, sin solución", cuenta el presidente de la comunidad de vecinos de la calle, Bernardo Muñoz.

Los residentes todavía están peleando por una salida a esta problemática, "y es que no sabemos cuánto vamos a durar. El pasado mes de marzo tuvimos una reunión con el Ayuntamiento, con Movilidad y Urbanismo y la Policía Municipal, en la que nos comunicaron que nos aprobaban, a falta de un tramite por parte del departamento jurídico municipal, la colocación de una barrera en la calle las noches de los fines de semana para evitar estas situaciones. Salimos muy contentos, pero desde entonces, todo son largas o directamente no contestan. Esa barrera la pagamos nosotros. He mandado correos, no contesta nadie y aquí tenemos problemas todos los fines de semanas. Estamos deseando que llegue el lunes para descansar".

Los vecinos tienen miedo. "No queremos enfrentarnos a ellos, a los jóvenes que aparcan aquí. Pero aquí viven niños, personas mayores, gente enferma que tiene que descansar... Y se ponen a llamarte a tu casa, al telefonillo, a las cuatro de la mañana, se encaran, pegan patadas a las puertas. Todo lo que te puedas imaginar eso que hacen. En calle Alazán, que es una calle pública, está cerrada con rejas. Y no pasa nada. Pero nuestra problemática sigue. En su día pusimos una cadena con un disco, luego el Ayuntamiento también puso una señal que limitada las horas de aparcamiento, pero ya la gente no hace caso. Y la cosa está cada vez peor, empieza el jueves y sigue hasta el domingo por la noche. Y ahora llegan las Navidades, zambombas... Todo lo que se celebre en esos bares repercute aquí. Y el problema no es que aparquen, es cómo vienen luego, de madrugada, a beber, en el coche, con el maletero abierto, la música alta, gritos... Y esperando la solución de la barrera ya. Tenemos derecho al descanso y a la tranquilidad y a no levantarte un sábado y encontrarte el espejo de tu coche roto. Cuando hay jaleo llamamos a la policía y a veces vienen más rápido y otras menos. Hasta que un día pase algo, y pasará".

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